La Madrastra

Capítulo IV

 

 

 

Habían pasado casi dos semanas desde su matrimonio, y Alison seguía siendo una extraña en esa casa, los empleados habían seguido ignorándola, y a excepción del ama de llaves ninguno de los demás empleados se había acercado a ella, y la única razón por la cual del ama de llaves se acercó a Alison fue para dejarle claro que no tendrá ninguna responsabilidad como la señora de la casa; lo que claramente significaba que ella le estaba quitando todo poder como duquesa, la había rebajado a tan solo ser un objeto andando por la casa, era simplemente una duquesa de nombre que no podía siquiera acercarse a sus ahora hijos, menos a su esposo, a quien no deseaba molestar, ya que se sentía mejor estar en esa casa que estar en la calle como lo estaría si el Duque la echaba. 

 

 

–Aisha, ¿crees que pueda pedir unos bocadillos? 

 

 

Alison se encontraba sentada en uno de los jardines de la residencia del Ducado mientras tomaba el té que su doncella había preparado para ella. 

 

 

–Claro, señora, iré por algunos 

 

 

Alison asintió y vio a su doncella volver a entrar a la casa, dirigiéndose hacia la cocina, por lo que estando sola, se puso de pie y caminó un poco por los jardines, que el ama de llaves le había dejado claro que había sido diseñados a gusto de la antigua Duquesa, y aunque eso no molestó para nada a Alison ya que respetaba el hecho de que en esa casa antes de ella hubo alguien más, si sintió un mal sabor de boca por él como la mujer se lo dijo, ella no planeaba creerse mejor que la antigua Duquesa, y mucho menos tomaría su lugar, ese sentía que nunca podría llenarlo. 

 

 

Después de unos minutos, caminando por el Jardín, Alison sintió la ausencia de su doncella, por lo que planeaba entrar a la residencia en su búsqueda ya que creía que las cosas no habría salido bien en la cocina, pero antes de entrar en una de las ventanas del segundo piso pudo ver a su hijastra; Daphne Lancaster, la menor de los dos hermanos y quien había formado una muy obvia barra entre ella y Alison, por lo que después de unos días de intentar acercarse a ella, Alison se dio por vencida, no planeaba obligarla a nada. 

 

 

Después de dedicarle una sonrisa a su hijastra y ser ignorada por Daphne que solo desvió la mirada, Alison entró a la casa, Tomando camino hacia la cocina, Alison solo podía pensar en cómo su vida se había restringido solo a sentirse cómoda en esa casa, había pasado de ser una joven de 22 años que había enviudado y al fin se sentía libre, a una mujer de 22 años que no quiere darle problemas a su esposo para no acabar en la calle, si vida se escuchaba miserable. 

 

 

Después de ir pérdida en sus pensamientos todo el camino a la cocina, Alison se detuvo en la entrada de la cocina del ducado, apretando su vestido al escuchar hablar a una de las criadas de la Casa: 

 

 

–¿Cree usted que nosotras tenemos tiempo para encargarnos de lo que desea su señora? 

 

 

–Mi señora es la duquesa, recuerde eso, solo está pidiendo bocadillos para acompañar el té–la voz de Aisha se escuchó bastante molesta por lo que Alison se disponía a Intervenir, pero a su lado apareció Daphne que al parecer al ver a su madrastra dirigirse a la cocina la siguió, aunque Alison no se esperaba que lo que la joven hija del duque fuera hacer. 

 

 

–¿Quienes creen que son para negarse a un pedido de la Duquesa? –habló la niña de forma autoritaria y haciendo que las jóvenes criadas dirigieran sus miradas a la puerta bajando la cabeza al notar la presencia de las dos féminas  

 

 

–Señora, Duquesa, sentimos lo...–la ama de llaves que se encuentra sentada en la cocina iba a intervenir 

 

 

–¡Silencio! –volvió hablar Daphne, pero Alison la detuvo poniendo su mano sobre su hombro 

 

 

–Señora Jean, ¿No es usted la encargada del comportamiento de las criadas? 

 

 

Alison fue quien habló esta vez, reprendiendo al ama de llaves. 

 

 

–Señora... 

 

 

Alison la detuvo 

 

 

–Guarde Silencio, ahora todos preparan los bocadillos que he pedido, y hagan racimos extras para darlos a las mujeres y niños del pueblo–La voz de Alison salió Fuerte, sin importarle con quién hablaba–Y recuerde, que no soy su señora, soy la duquesa de esta casa y espero de esa forma ser tratado. 



#2138 en Novela romántica
#700 en Chick lit

En el texto hay: romace, amor, familia real

Editado: 12.01.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.