Capítulo VII

Habían pasado varios días, y la familia Lancaster estaba viajando hacia Bristol, esto por el inicio de la temporada de cortejo donde ningún miembro de la familia participa, pero la apadrinada de la casa Lancaster, sobrina de la antigua duquesa sí lo haría por lo que la casa fue invitada a varias actividades, y solo había aceptado asistir algunas, las cuales eran para toda la familia, lo que agradeció Alison ya que sería su primera temporada como señora de una casa, y no deseaba que las cosas por su culpa volviera a salir mal, no quería traer deshonra a su familia. 

Una vez el carruaje llegó hasta donde pudo antes de que los alcanza la noche, se detuvo en una posada, donde descansaran toda esa noche y partirían en la mañana, por lo que Alison y El duque dormiría nuevamente juntos esa noche, como lo habían estado haciendo cada día después del accidente del lago. El Duque había empezado a ir a la habitación de su esposa cada noche a dormir con ella, no había faltado nunca y a pesar de que sólo dormían, ambos se sentían más cerca el uno del otro y el hablar y acompañarse mutuamente no se les hace ya algo incómodo. 

–¿Te sientes mejor? –Alison estaba sentada sobre la cama que compartiría esa noche con el duque en la posada 

–Si, el mareo desaparece después de que me tome el medicamento–dijo al Duque que suspiro aliviado al saber esto y empezó a desvestirse, por lo que Alison se giró hacia la ventana para evitar ver su desnudez 

–¿Cree que podremos llegar antes de la competencia de caballos? –pregunto para aliviar el ambiente una vez el duque estuvo vestido con su ropa de dormir 

–Es posible, si nada se atraviesa en nuestro camino–dijo caminando hacia ella y acariciando su mejilla una vez estuvo lo suficientemente cerca, por lo que Alison cerró sus ojos relajada por la caricia del duque y solo se dedicó a ser mimada. 

–Me alegra escuchar eso, quiero que disfrutemos todas las actividades–confeso abriendo los ojos y fijado su mirada en los ojos negros del Duque 

–Haré todo lo posible para complacerte 

** 

–Los guiaré hasta su palco–El joven que trabajaba en el hipódromo donde estaba la familia Lancaster los guía hasta el palco donde se quedarían ese día para poder ver mejor la competencia, ya que para las familias nobles se habían separado lugares y como el Duque era dueño de parte del lugar ellos estarían en el palco principal. 

Alison estaba siendo escoltada por su esposo, que para su sorpresa no se había separado en ningún momento de ella, por lo que se sentía un poco rara, aunque no lo alejó, se sentía cómoda así, y los niñas, después del incidente del lago no la habían vuelto a rechazar, aunque Daphne se negaba hablar con su madrastra, cosa que Oliver, quien era el que más cercano se había vuelto de Alison le había explicado que era por su madre, Daphne no tenía muy buen recuerdo de ella y asocia eso con Alison, cosa que ella entendía al Daphne ser solo una niña de Ocho años, no podían entender todo a su alrededor. 

–Este es el lugar de sus tacones–le informo la doncella que las acompañaba a Alison y Daphne ya que no podían entrar con ellos al palco, por lo que los dejaron de lado estando solo con las medias largas blancas que ya tenían. 

Las dos damas que entrarían al palco de mujeres subieron hasta la parte superior, mientras, Oliver y El Duque se dirigieron hasta su palco, por lo que una vez estuvieron solas el silencio entre Daphne y Alison fue lo más notable, ninguna hablo, pero Alison se sentía incómoda por lo que quiso intentar hablar con la joven niña, después de todo eran familia y Alison deseaba ser parte de su vida. 

–¿Está tu tobillo bien? –preguntó Alison refiriéndose al incidente del lago, donde la niña se lastimó 

No habían tenido muchas oportunidades de hablar ya que Daphne se negaba a hablar con la mujer y siempre la evitaba por lo que hasta ahora Alison tuvo la oportunidad de preguntar: 

–¿No lo ve? Está bien. 

–Me alegro gro 

Intentando pasar por alto la forma de cortes en la que le respondió su hijastra, Alison mantuvo su postura, por lo que la niña solo crispó demostrando su desagrado a la situación.