Capítulo X--Extra

Siete meses después 

Alison con un poco de esfuerzo bajo las escaleras de la residencia Lancaster, y despacio fue caminando hasta la cocina donde sorprendió a todos allí por su presencia, pero poniendo su dedo índice sobre sus labios les pidió que guardaran silencio, ya que tenía prohibido andar por la casa, su embarazo estaba demasiado avanzado y el enorme vientre abultado que tenía le impedía moverse mucho, por lo que era no era muy seguro para ella andar sin supervisión por la casa, así que sin su esposo o alguno de sus hijos no era muy probable que la dejaran salir. 

–¡Mamá! –sobresaltarse y dejando caer la manzana por la que había bajado a la cocina, Alison se giró, al escuchar la voz de Daphne quien se veía bastante molesta por el hecho de que su ahora madre estaba andando sin cuidado por la casa. 

–Cariño–Alison viendo como su hija iba hacia ella, le sonrió y acarició su vientre cuando sintió a uno de sus hijos moverse 

–¿Qué haces acá? ¿papá lo sabe? 

Alison negro esto último un poco apenada y temerosa, porque sabía que si su hija le decía a Aaron que andaba por ahí sola se molestaría y volvería aún más sobreprotector con ella: 

–Vine por una manzana–señaló la fruta que se le había caído antes, y la cual su hija recogió al saber que su madre no podía agacharse 

–Vamos, te acompañare a tu habitación y pediré frutas para ti 

Sonriéndole Alison acepto y caminó hacia su habitación con su hija, aunque estando a punto de subir las escaleras se encontraron con el Duque que, cruzado de brazos, le sonrió negando a su esposa, que finge inocencia dedicando una sonrisa dulce: 

–Ven aquí–El duque cargo en sus brazos a Alison haciendo que Daphne sierra por la reacción de su madre 

–¡Espera! puede caminar, Aaron 

–No puedes, tu vientre pesa demasiado, ya te lo advirtió el doctor–negó el duque cargándola hasta su habitación donde la dejó sobre la cama y beso su frente al ver a su esposa hacer puchero 

–Mamá, los bebés no tienen mucho espacio por eso tienes que estar tranquila. 

–Entiendo. 

Alison le dio la razón a su hija por la tierna forma en la que le explico porque no podía moverse mucho, y le extendió la mano para que se acercara a ella y la abrazara, cosa que el duque se encontró demasiado tierno por lo que beso la frente de sus dos damas, y Oliver que acaba de llegar se unió a la escena cuando se acercó a su padre y lo abrazo, de igual forma que las dos féminas. 

*** 

Era el cumpleaños número cuatro de los mellizos, Alison que peinaba el cabello de Daphne mientras su hija menor, quien ese día cumplía cuatro años dormía, sonreía feliz por tener a su familia unida, y claro que también porque ese día volvería a ver a su hermana, Willow que se había vuelto a casa, la visitará para que pudiera conocer a su sobrino, ya que hace años había dado a luz un pequeño hijo y Alison no había podido conocerlo aún. 

–¿Cómo me veo, mamá? –la pregunta de Daphne cuando Alison término de peinarla la hizo sentir demasiado feliz y abrazó a su hija por detrás y beso su mejilla 

–Estás preciosa, despertaré a Mila, tiene que estar lista pronto así podrán bajar juntos, se verán hermosas. 

Hace ya cuatro años Alison había dado a luz dos mellizos, una niña y un niño, Mila y Alexander, los consentidos de la casa Lancaster y las luces de los ojos de sus hermanos mayores, quienes siempre los consientes y los cubren cuando hacen cualquier travesura, y eso sin contar que Oliver, quien ya era todo un jovencito, veía a Mila como su tesoro, su hermana menor era lo más preciado que tenía en la vida, y eso también con Daphne que no paraba de presumir a Alex siempre que podía, por lo que ese día estaba muy feliz que poder celebrar el cumpleaños número cuatro de sus hermanos junto a toda su familia. 

Una vez todas estuvieron listas, Alison bajo junto a sus dos hijas hasta la fiesta, donde se encontró con su esposo y sus dos hijos, que ya los esperaban allí, para empezar la fiesta, pero antes de que todo fiera inicio y de empezar a recibir invitado, El duque les entregó a todos un pequeño corre, donde veía un collar con la insignia de la familia y sus nombres, era un pequeño pedacito de él, y todos felices lo recibieron, además de que a Alison le entregó el anillo de la familia Lancaster, jurándose su amor para siempre: