La Maestra Del Amor

Después de tocar fondo sólo queda subir

Pasados los meses, llegó de nuevo la primavera.  Y con ella volví a tomar mi rumbo otra vez. Encontré de nuevo la tranquilidad y la paz que había perdido.

Un sábado en una calurosa noche, pues estábamos ya en pleno verano, quise salir del el encierro de mi casa.

La noche se prestaba con su luna completa y brillante alumbrando las calles. La temperatura se prestaba para una bebida fría.

Decidido salí de casa y caminando sin rumbo fijo encontré un pequeño bar. “Encuentro” mostraba un rótulo de madera en su exterior. Se escuchaba una ligera música, elegante, con estilo. Decidí entrar.

Me senté en la barra donde había una mujer sola. Nos miramos.

Me sorprendió su belleza. Ataviada en un sencillo pantalón de mezclilla, zapatos de tacón y una blusa de flores, resaltaba su labial rojo y su cabello negro.

Otra vez esa sensación que ya había sentido en ocasiones anteriores volvía a mí. Me negaba aceptarlo pero me sentía atraído mucho por ella.

 Me gustaba mucho su sonrisa. No sé si coqueteaba conmigo, pero reía por cualquier cosa que dijera yo y eso que a veces decía cosas sin sentido... pero para ella, eran graciosas.

 Muchos pensarán, ¿Quién era ella? Ella era la contadora de una famosa firma de abogados de la zona.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.