Hace un mes.
Juliet caminaba junto a Dalia, su mejor amiga, al menos podía hablar libremente con ella ya que sabía su secreto.
Había sido responsable de 10 asesinatos sabía que no era la persona más pura pero de alguna manera le parecía abominable los crímenes que cometían sus víctimas.
Acababan de salir de la escuela y caminaban rumbo a su casa.
Juliet vivía sola ya que su familia había muerto en un accidente y había quedado a cargo de su abuela que falleció hace un año, técnicamente estaba sola.
El teléfono de Juliet comenzó a vibrar, era su jefe, Juliet se apresuró a contestar.
— ¿Diga?
— Juliet que bueno que contestas, tengo un trabajo para tí, necesito que vengas para brindarte la información
— Estaré allí en diez minutos.
La llamada se cortó y Juliet se despidió de Dalia para marcharse.
Al llegar Fabian se mantenía en su escritorio con un par de guardaespaldas a su lado.
— Que bueno que llegas, tu próxima víctima es hijo de mi mayor enemigo, Daniel 17 años, estatura mediana, castaño y piel clara.
La descripción concordaba con uno de sus compañeros de escuela.
— Te advierto que es difícil ya que tiene guardaespaldas y su casa es imposible de penetrar a excepción de que seas una visita, te doy 3 semanas y vendrás aquí con su cabeza.
Juliet asintió y recibió unos documentos con más información, al instante se marchó y caminaba mientras los leía.
A Juliet no le gustaba asesinar sin un motivo, el hijo de su enemigo no tenía nada que ver.
Hiba tan distraída en los documentos que no se fijó qué un grupo de chicos caminaba hacia ella.
El golpe llegó, Juliet se estrelló contra uno de ellos y al levantar la vista vaya sorpresa que se llevó.
La descripción de su víctima concordaba perfectamente, vaya quien diría que se encontrarían ese mismo día...