Daniel Broker
Juliet permanecía quieta frente a aquel chico, está era la oportunidad perfecta para acercarse un poco a su víctima.
— Disculpa que boba no te ví – salió de los labios de Juliet ocultando el sobre con la información.
— No hay problema solo ten más cuidado – respondió frunciendo el ceño.
Juliet soltó una pequeña risita, era increíble como hacía el papel de niña inocente.
— ¿Qué te causa risa? – pregunto el chico con sus dos amigos riendo detrás de él.
— No te lo tomes personal pero tú expresión es graciosa – se sorprendió bastante al oír sus palabras.
— Lo tomaré como un cumplido supongo – contestó levantando los hombros.
— Tómalo como quieras, bueno es mejor que me vaya – Juliet estaba dispuesta a marcharse sin embargo Daniel la detuvo sosteniendo su brazo.
— ¿Cuál es tu nombre?
Juliet río internamente, se había comido a un peón en el ajedrez.
— Juliet, gusto en conocerte – dijo sin más continuando su camino.
El grupo de chicos la miraban con una sonrisa maliciosa.
Y Juliet no podía dejar de reír como había chicos tan ingenuos como para caer tan rápido.
Regreso a su casa y prendió inmediatamente su portátil.
Se metería a investigar más a fondo en sus redes sociales.
Era impresionante, parecía que era un nerd pero también bastante popular, era la combinación perfecta de cualquier adolescente.
Tenía muchos seguidores así como amigos, todos igual de geniales como él.
Juliet bajo a la cocina por una taza de café caliente, y tomó un sorbo mientras veía sus fotos, instantáneamente escupió el café que retenía al ver una de sus fotos, se veía bastante atractivo más de lo que era y muy sexy.
Un pequeño destello de rojo se manifestó en las mejillas de Juliet, no podía evitarlo era demasiado lindo para ser real.
Se pegó una cachetada, tenía que concentrarse en su trabajo y evitar a toda costa tomarle cariño ya que eso lo haría muy complicado.
Dejó su portátil y se aventó a su cama, pensando en el engaño perfecto para no tener que asesinarlo tan fríamente.
»¿Por qué carajo te preocupas por tu víctima? Eso solo te traerá más problemas« se decía a cada momento.
Cuando finalmente se quedó dormida.
El ruido de los botes de basura moviéndose la despertaron, enseguida Juliet tomó la pistola que tenía en su buro y se asomó por la ventana.
Lo que vió la dejo paralizada, era Daniel tratando de escalar a su balcón, ¿Sería está la oportunidad perfecta para asesinarlo?
Juliet escondió la pistola bajo su almohada y abrió las puertas de su balcón.
Le parecía gracioso pensar en la obra de Romeo y Julieta.
Daniel se asustó al verla y cayó de los botes.
Juliet soltó una carcajada, eran las dos de la mañana y un chico trataba de escalar a su balcón.
— En verdad me siento como Julieta – susurró Juliet para no despertar a los vecinos.
— Pues en ese caso seré tu Romeo — dijo aún en el suelo.
— Ahora entiendo el lugar de Shakespeare...
— Si sí, una novela de poesía facina a cualquiera, ahora es mejor que me vaya mi intento fue fallido y quedé como un tonto ahora mismo – dijo, se levantó y la miró a los ojos, brillaban con intensidad en la oscuridad.
— Nos vemos Julieta – dijo finalmente saltando la cerca.
Juliet volvió a entrar y se tiró en la alfombra, su corazón latía con fuerza y ella se tocaba el pecho desesperada.
— No ahora, no ahora...