La Mafia Negra

Capítulo 26

           Jackson Romanov

 

—Entonces Debois¿No piensas hablar?

— Por tercera vez Jackson, no se dé que mierdas me hablas.— pierdo la paciencia, Nick me pasa una navaja, se la entierro en el hombro haciéndolo quejarse.

— Habla.— determino. Se queda callado, saco la navaja y la entierro en su hombro con más fuerza. Melany se desespera y le da una patada entre los huevos. Joder hasta a mí me dolió, Nick y Sam hacen el mismo gesto que yo al ver lo sucedido.

— MALDITA PUTA, ME LAS PAGARÁS.— maldice.

— Ya que no quieres decir nada interesante, tendré que hacerlo de nuevo.— ella hace el intento, pero él la detiene.

— Hablaré.— Dios, por fin.

— Suelta todo lo que sabes.— dice Nick.

— Solo sé que Jonathan va para Italia, piensa buscar ayuda de los italianos.— no sé por qué, pero Sam y Melany se dan una mirada algo extraña por la mención de dicho país.

—¿Es todo?— cuestiono.

— Sí, lo juro, déjame en paz.

— Nick, llévate lo y manda a que lo lleven a la bodega, me encargaré de él más tarde.

—¡¿Qué?! No, por favor.— sigue rogando, pero no le hago caso.

Tomo a Melany de la cintura para ayudarla a salir de la oficina, Sam viene cuidándonos la espalada mientras Nick lleva arrastrando a Bruce a la salida, Bajamos al segundo nivel donde se encuentra una balacera, Dilan está tratando de matar a todos, pero son demasiados, por lo tanto, le digo a Nick que saque al traicionero por la puerta de atrás, Melany aparta mi mano de su cintura y se coloca atrás de una pared para empezar a disparar, Sam y yo hacemos lo mismo.

Comenzamos los disparos, al pasar de los minutos la sala parece fosa común de los tantos cuerpos que hay tirados, cuando creemos que estamos por terminar, entran más personas.

— Se me están acabando las balas.— dice melany agarrándose el abdomen.

 Sara, Óscar, los necesito en el segundo piso.— el mensaje dura más para ser recibido que para ellos iniciar a disparar. 

Jackson, ya tengo a Bruce en la camioneta, me lo llevaré, Will se va conmigo.

— Está bien.

Siguen los disparos tanto de nosotros como los de mis francotiradores, pasan tres minutos y por fin acabamos con todos, chequeamos el área y cuando vemos que no hay moros en la costa decidimos salir y bajar a la primera planta donde afortunadamente todo estaba bien.

Sara y Óscar bajan de donde estaban y todos nos montamos en la camioneta, yo conduciendo, Melany como copiloto, Sam, Dilan, Sara y Óscar atrás.

Llegamos a la mansión y Nick me cuenta que ya están rastreando el vuelo de Jonathan a Italia, que en cuanto aterrice sabremos las coordenadas de en donde está, lo dejo y voy con Melany a mi habitación.

—Siéntate, buscaré algo para revisarte la herida, te agarrabas mucho el abdomen.— digo dejándola sentada en un sillón de la habitación.

—No tienes que revisar nada, estoy bien, y si hice eso es solo porque me dolía en su momento.—se excusa.

—No importa.— digo volviendo con ella.

Le quito la chaqueta, no tengo que levantar su polo, ya que usa un top, quito el vendaje y puedo ver que la herida está un poco hinchada, cojo mi teléfono y llamo a Nick para decirle que me busque analgésicos y desinflamatorios, en menos de dos minutos entra a mi cuarto entregándome lo pedido, busco un poco de agua y le doy las pastillas a Melany para que se las tome, sin protestar se las bebe; tomo unas gasas y comienzo a limpiar la herida, cuando termino pongo nuevamente el vendaje.

— En un par de horas te sentirás mejor, deberías dormir un poco, más temprano seguiremos con todo.— hago el intento de irme pero me detiene.

—¿Podrías quedarte?— dice sujetando mi mano.

—No lo sé bichito, tengo muchas cosas que hacer.— su expresión cambia drásticamente. 

—Puedes dejar a Michael o a Nick a cargo, también te vendría bien dormir un poco.— me convence. 

—Está bien.— me recuesto del lado derecho de la cama y ella del izquierdo, manteniendo la distancia entre nosotros.

 

                                                                                                  ...

Siento a alguien abrasándome, abro los ojos y veo que es Melany, la cual duerme con toda la tranquilidad del mundo, no me muevo para no despertarla, pero tocan la puerta, Nick entra avisando que ya tiene las coordenadas, solo asiento, él se da cuenta de la situación y sonríe.

—Me encantará ver tu faceta de enamorado.— dice riendo.

— Vete a la mierda.— vuelve y ríe.

—Me voy, pero no porque me lo dijiste, sino porque tengo que organizar cosas.— se va riendo.

¿Enamorado? No lo creo, que sea amable con una persona, no significa que me guste o que la ame, es sencillamente eso, amabilidad simple y pura amabilidad, o eso creo.

—Bichito— la llamo.— Bichito debemos prepararnos para ir a Italia.— la remuevo levemente.

—¿Qué hora es? — pregunta.

—No lo sé, pero debemos levantarnos.— se da cuenta de que me está abrasando y se aparta algo sonrojada.

—Mmm... Está bien.— se levanta con algo de dificultad, pero lo hace.

—Te dejaré un pantalón y polo que puedas usar, me iré a bañar a la otra habitación.— ella asiente.

La dejo, y voy a la otra habitación a darme un largo baño, ya que presiento que el día será bien largo, aparte de que he dormido pocas horas mi humor no está tan mal la verdad.

Duro alrededor de 20 minutos, me pongo ropa cómoda porque iré a hacer lo que más me gusta, matar y torturar. 

Salgo de la habitación, yendo jardín donde todos están desayunando, cuando entro veo que Mel está recostada en las piernas de Sam, ignoro el sentimiento que me provoca verlos así, llego a donde están los demás y me siento a desayunar. Después de un rato, Mel y Sam se nos unen, sentándose uno al lado del otro.



#9608 en Novela romántica
#5067 en Otros
#841 en Acción

En el texto hay: traicion, desepcines, violence

Editado: 10.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.