La Mafia Roja

Capítulo 4

Melany Russo.

— ¡Lanssere, no te lo vuelvo a repetir, quiero al responsable de las últimas explosiones ahora mismo o juro que comenzaran a rodar cabezas! — digo por el teléfono.

— ¡Hago lo que puedo, Mujer!

— Llévate a Scott si quieres, pero quiero al responsable, vivo. ¿Entendiste Sam?

— Sí, mujer, entendí. — dice cerrando la llamada.

Ya hace varios días que Sam y yo salimos heridos en una explosión en Francia, no le dimos importancia porque pensábamos que lo habían hecho uno de los nuevos clanes surgentes, pero ayer me explotaron la mansión del norte de Londres y un buque, ya se metieron con mi buque y mansión, y eso no lo permitiré. Salgo de la oficina para ir al centro de investigación, donde encuentro a mi equipo tratando de dar con el o los responsables.

— ¿Encontraron algo? — entro y todos se voltean.

—No, no hay nada, no hay huellas y mucho menos rastros, las personas responsables se manejan bien. — responde Dilan.

— Mierda. No hay crimen perfecto, debe haber algo. — digo yendo a chequear las cámaras de seguridad, pero al reproducir momentos antes de la explosión se apagan y vuelven cuando ya todo se vuelve un desastre. — Revisa las cámaras que están alrededor.

— Están iguales. — Contesta.

— ¡Joder, ya me estoy hartando! — digo.

Salgo de nuevo para la oficina para intentar ponerme en contacto con mi vieja amiga quien ahora es líder de uno de los tres imperios.

— Lizzy necesito que me ayudes en algo. — digo al momento que ella responde mi llamada.

Claro Mely, nunca te negaría algo. ¿Qué necesitas?

— Necesito que me ayudes a buscar a alguien. — Lizzy tiene un increíble don para localizar personas, recuerdo que cuando estábamos en Brainstrong ayudo a los principales del internado a localizar a un ex interno que escapo.

 Claro, voy de camino.

Lizzy es una o más bien es mi única amiga en sí, ella estuvo en mi momento de decepción cuando Jackson Romanov rompió al estúpido órgano que ahora entiendo que solo sirve para bombear sangre. 

...

—Dilan, mueve esa cámara un poco a la izquierda. — pide Lizzy. — ¿Ves eso? — enfoca la mejor la cámara. — es una matrícula, es poco, pero hay algo. — dice.

— Gracias Lizzy, si no encontrábamos algo Melany iba a poner a rodar todas nuestras cabezas. — dice Sam riendo.

— Sí, denle las gracias. —porque ahora mismo estarían muertos.

— De nada, fue un placer. — dice Liz saliendo conmigo al jardín.

 

Jackson Romanov.

 

—¡Necesito más balas! — Grito y al segundo me pasan un nuevo cartucho.

Estamos en medio de una emboscada, lo extraño es que pocas personas sabían que estaría en Rusia encargándome de la droga que se transportaría.

— Nick, cúbreme. — logro decir para poder disparar al cilindro de uno de los vehículos haciendo que explote y se lleve a la mitad de los hijos de puta que están intentando matarme.

— jefe, se me acabaron las balas. — dice Sara por el comunicador.

— Maldición, lo que faltaba.

— Michael, ve a ayudar a Sara. —ordena Nick.

Siguen los intercambios de balas, esto parece no terminar, tengo por seguro que el hijo de puta que este detrás de esto tienes sus malditas respiraciones contadas.

— Jackson no vamos a poder con ellos, necesitamos salir de aquí. — dice Nick colocándose a mi lado. — Ve a la camioneta yo te cubro, sal de aquí, nosotros te seguiremos.

— James, ¿Cuándo has visto que el líder deja atrás a sus seguidores? — respondo matando a tres de un tiro. — Todos suban a las camionetas, yo los cubro, es una orden, necesito que se encarguen de que la droga llegue bien al puerto. — digo por el comunicador. 

— Yo me quedo, si morimos, morimos juntos. — Nick dispara a alguien detrás de mí.

Los demás acatan mis órdenes y suben, cuando doy la orden de que todos se vallan, las camionetas sirven de escudo dándonos la oportunidad de matar a más hombres.

Nick y yo nos colocamos de tras de unas paredes para intentar cubrirnos de los tiros, aunque matamos a la mayoría los tiros no cesan, son tiros tras tiro, y nos andamos quedando sin balas.

— Si muero quiero que sepas que mi herencia se va conmigo junto con mi hermoso arsenal de armas. — dice mi amigo diciendo sus supuestas últimas palabras. 

Lo siguiente que escuchamos es el sonido de una explosión que llama nuestra atención, cuando todo se despeja salimos a ver quién fue el responsable y juro que jamás en la vida había estado tan feliz de ver a mi padre.

— ¿Qué tal todo, hijo? — dice sonriendo.

— Mark Romanov. — digo en forma de saludo.

— Señor Romanov nos acaba de salvar el pellejo. — menciona Nick.

Suena un disparo y los tres nos volteamos a ver, lo siguiente que veo es el cuerpo de Nick caer al suelo, sin pensarlo dos veces disparo al responsable. 

 

 



#4895 en Otros
#832 en Acción
#9251 en Novela romántica

En el texto hay: , arrepentimiento, desepciones

Editado: 02.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.