Melany Russo
Cuando aterrizamos en Italia, ya nos están esperando, tanto los hombres de Flenter como los míos.
—Flenter, Lombardo, vienen conmigo, Sam te necesito dirigiendo los dos grupos.—asiente.
—Will, la dirección la envías a cada camioneta.— ordeno y lo realiza de inmediato.
Todos nos vamos en nuestras respectivas camionetas, voy conduciendo y Flenter como copiloto, luego de unos minutos nos adentramos en las calles de Italia, según las coordenadas el almacén se encuentra afuera de la ciudad de Roma.
—¿De qué color eran las camionetas en las que venían Sam y los demás?— pregunta Lombardo.
— Eran de fibra de carbono. ¿Por qué?— cuestiono.
— La que nos viene siguiendo hace veinte minutos es de color Negro.— responde Lizzy y por instinto miro por el retrovisor y confirmo esto.
—¿Sam?— digo por el comunicador.
No responde.
—¿Dilan?
Tampoco responde.
— No tengo comunicación con mis hombres.— digo y me quito el comunicador.
—Nosotros tampoco.
Mierda.
Más adelante en la carretera veo un túnel, maldigo, pero obligatoriamente hay que pasar por ahí, es lógico lo que viene ahora, debí pensar en que era una trapa.
Antes de adentrarnos al túnel, escribo un mensaje a Nick, ya que Jackson aún debe estar molesto, presiono la tecla de enviar, pero al parecer no tengo señal.
Al entrar al túnel, la camioneta baja de velocidad por un momento y luego vía el aire acondicionado un gas el cual conozco bien, puesto que es utilizado mayormente para dejar al que lo aspira en un estado de inconsciencia suprema, tratamos de bajar los cristales para no aspirar el aire, pero estas no ceden.
— Resistan lo más que pueda, trato de comunicarme con Romanov.—dice Flenter, pero cada vez es más difícil contener el aire.
Mis ojos comienzan a cerrarse y trato mantenerlos abiertos, miro hacia atrás y Lombardo ya está inconsciente.
—Melany, aguanta.—Me pide Lizzy quedando inconsciente, su teléfono cae al suelo.
Vuelvo a tratar enviar el mensaje a Nick y esta vez el mensaje se envía, por lo menos tendré la seguridad de que en algún momento lo verá y avisara a Sam o a Jackson.
Ya no resisto más, mis pulmones exigen oxígeno, no me queda de otra que aspirar el maldito gas.
Siento como mis pulmones se llenan de este aire y la vista se me torna borrosa hasta el punto de ya no ver más y perder la conciencia.
Jackson Romanov
No, Nick no puede estar muerto.
¿Cómo se atreve a morirse? ¿No sabe que no puedo liderar sin él?
—Lleven el cadáver al laboratorio, necesitamos confirmar que si era él.— demando.
Se llevan el cuerpo al laboratorio para realizar unos estudios, Michael se acerca a mí con una mirada de poco amigos.
—¿Qué? ¿También me vas a golpear como cuando madre murió?— cuestiono ante sus facciones
—Fue muy estúpida la idea de hacer explotar los detonantes.
—Si no lo hacía perdía a todo mi personal, eran más que nosotros, no me iba a arriesgar a perder tanto cuando podía prevenir.— respondo ante su acusación.
— Y mira ahora, ¿de qué te valió? Perdiste a Nick, no te sirvió de nada.
Estoy considerando internarlo en Brainstrong.
—Escúchame muy bien Michael Romanov Smirnov, que sea la última vez que escuche que estés cuestionando mis decisiones, porque lo has hecho varias veces y te las he dejado pasar, pero no seguiré soportando tus cuestionamientos a mis órdenes, hago lo que sea mejor para el imperio te guste o no.
No permitiré que siga desafiando mis decisiones, tengo más experiencia que él en esto, sé lo que es bueno para el imperio, además de que no tomo las decisiones a la ligera, ¿Cree que no me importa el hecho de que Nick este muerto? Por qué me importa y mucho.
— Y si tanto te molesta te puedes ir, hay varios lugares por donde salir gracias a la explosión.
Entro a lo que una vez fue la mansión más hermosa que he tenido, tendré que mandarla a reconstruir, pero mientras tanto tendré que ir a la mansión del oeste, es más grande que esta, pero no me gustaba porque está frente a la playa y odio la arena, pero ahora tendré que ir ahí porque es la que más capacitada esta.
Antes de ir al laboratorio ordeno a todos mis hombres empacar todos los equipos para trasladarnos a dicha mansión.
Al entrar al laboratorio, veo el cadáver acostado en una camilla mientras le hacen unos cuantos procedimientos para confirmar que sea él.
Espero y no sea él.
Me siento en una de la silla a esperar el resultado de las investigaciones.
—¿Quién quiere un café?— entra alguien al laboratorio.
—¡No ves que estamos ocupados investigado si el cuerpo es de Nick!— reprendo al inconsciente.
—¿¡Cómo que estás investigando mi cuerpo!?
¿¡Que!?
—¿Nick?— reparo más en su persona.
—Cuando dijiste que nos apartáramos de los puntos claves, una camioneta de LR se marchó, la seguí y cuando los atrape, los hice decirme donde se encontraba LR y solo me dijeron Italia.— me pasa un café, el cual acepto.
—¡Maldito hijo de puta, pensaba que te habías muerto!— lo reprendo.
—¿Qué? ¿Lloraste por mí? Sé que me amas.— me dan ganas de meterle un balazo.
—Tiren el cuerpo, y recojan todo, nos vamos a la mansión del oeste.— ordeno.— La próxima vez que hagas eso te mataré yo mismo.
—Tú y yo sabemos que no vives sin mí, le doy humor a tu vida.
Lo ignoro y salgo con él a donde ya deben estar todos listos para partir a la otra mansión, Tomo las llaves del McLaren 720 s, no dejaré que nadie más lo conduzca, Nick toma su auto favorito y nos vamos con mis hombres detrás.
Luego de tener todo instalando en la mansión, iremos a Italia porque esto así no se queda, talvez Russo me mate por matar a Sam, pero así no me quedaré.
Melany Russo
Despierto y estoy amarrada en una silla con los ojos vendados, trato de soltarme, pero se me es imposible, trato de agudizar mi oído para ver si puedo percibir algo, pero todo está en silencio.