Jackson Romanov
—Es Nick.— dice y tomo el teléfono rápido.
—¿Qué sucedió?— pregunto desesperado.
— Está estable, Melany está estable, ya está fuera de peligro.— dice.
Siento como todo comienza a destensarse en mi cuerpo.
Está estable.
— Gracias a Dios.— suspiro.
—¿Ahora te volviste religioso?— dice Sam de fondo.
—Nick, dime que no me tienes en alta voz.— paso mi mano por la cara.
—Hablamos luego, la señal se está cortando.— cuelga.
Ese hijo de puta.
Le doy el teléfono a Michael y vuelvo a mi anterior actividad, me acerco a uno de mis cajones de utensilio de tortura y busco mis pinzas favoritas.
—Espero y recuerden todo lo que le hicieron a mi mujer porque les haré lo mismo, pero mucho peor.— aseguro sentándome para estar más cómodo para cortar lo de dos de los pies de Lombardo.
—¿Cómo no voy a recordar? Si aparte de la droga fue mi tortura favorita. — menciona.
Respiro profundo para no perder el control y mandar todo a la mierda y matarlo, sé que quiere que lo mate, por eso me provoca, quiere tentar su suerte.
Tomo las pinzas y comienzo a cortar los dedos de raíz, mientras voy arrancando uno a uno procuro echar gotas de ácido fénico, este ácido se caracteriza por ser peligroso y tóxico con contacto con la piel provocando quemaduras graves en la piel y lesiones oculares graves.
Cuando término con Lombardo hago lo mismo con Flenter calculando las mismas cantidades del ácido.
Ya terminada la pedicura, pido a todos que se retiren del área de tortura, ya que, en unos minutos el ácido hará su efecto y solo quiero que le haga efecto a ellos.
Salgo junto a mi personal y me dirijo a mi habitación a ducharme y cambiarme la ropa, debido a que esta está llena de sangre.
Llego y abro la puerta adentrándome a mi habitación, me quito la ropa y de inmediato me meto a la ducha.
Mientras el agua cae recuerdo todo lo que ha pasado hasta llegar a la actualidad. ¿Que diría el Jackson de 6 años si viera todo lo que hemos pasado y logrado?
Estoy orgulloso de ti.
Escucho a la vocecita de mi cabeza.
Luego de unos minutos salgo de la ducha, me seco el cuerpo y voy al closet, elijo algo informal, ya que no tengo juntas por el momento.
Ya vestido me acerco a la mesita de noche y tomo mi teléfono, cuando lo enciendo veo un mensaje de Sam.
"Por si quieres venir, Mely está en la habitación 23."
¿Por si quiero ir? Es más que obvio que iré.
Salgo de la habitación, bajando las escaleras aviso a Michael sobre mi salida de la Mansión, vuelvo y subo al McLaren Senna, enciendo los motores y acelero.
Cuando llego al centro de salud donde se encuentra Melany voy directamente a la habitación a donde Sam me había indicado.
Desde que entro en el pasillo veo a Will y Nick, me acerco a ellos.
― Aún no despierta. ― me informa Will.
Asiento y entro a la habitación donde está Sam al lado de Melany sostenido su mano, aún no se percata de mi presencia.
―No sé qué hubiese hecho si no hubieses sobrevivido. ― suspira. ―eres más que mi jefa, eres mi mejor amiga eres mi familia Melany, te juro que no hubiese podido soportar tu perdida, eres una de las personas más importantes en mi vida, desde que te conocí supe de inmediato que seriamos grandes amigos y que dependeríamos del otro, talvez puedas escucharme o talvez no, pero quiero que sepas que estoy para ti y siempre lo estaré.
―¿No podrías ser más empalagoso Lanssere?
―¡Joder!― se sobresalta.― ¿Hace cuanto tiempo has estado ahí?
―Lo suficiente como para ver lo empalagoso que eres.― me burlo.
―Púdrete.― me dice.
Creo que a veces se le olvida que me debe respeto, aunque nunca le he oído hablarle a alguien con respeto, claro a excepción del señor Russo, todos lo respetamos.
―Largate y vete a ver a Cecilio.― ordeno.
―Si le cuentas a alguien sobre lo que acabas de ver...
¿Me está amenazando?
―¿Qué haras?― tiento.
―Le diré a Mely que violaste mi privacidad y escuchaste una conversación privada mía.
¿En serio?
―Qué infantil eres Sam.
Saca la lengua y luego se marcha.
No sé cómo Melany lo aguanta o más bien todo el imperio, aunque su personalidad congenia con la de Nick, la única diferencia es que Nick se sabe controlar, no saca su lado bromista e infantil en momentos serios, en cambio, Sam, saca ese lado cada que puede.
Me acerco a Melany y me quedo unos minutos observándola.
― No sé que haría sin ti bichito.― tomo asiento a su lado.
Solo es cuestión de que despierte para que nuestras vidas comiencen a tomar sus rumbo, desde que despierte sé que todo se arreglara, todo volverá a la normalidad.
Sam Lanssere
Salgo de la habitación de donde estaba Melany, dejándola con Jackson.
―Nick, sígueme, iremos a ver a Cecilio.― digo y se levanta.
Ambos caminamos al otro lado del centro de salud, mientras pasamos por los pasillos dos enfermeras se nos quedan viendo, una pelirroja y otra peli negra.
―¿Qué dices?― pregunto.
―Quiero a la pelirroja.― responde.
―¿Tan traumando te dejo tu novia?― rio.
―Exnovia.― me corrige.
―Espera.― lo detengo.―¿y qué con nuestra Relación?― ríe.
―Lo siento hermano, espero y lo entiendas.― dice con fingida lástima.
―Pensé que teníamos algo especial.―digo negando.
―No eres tú, soy yo.― dice serio.
Ambos reímos y seguimos caminando, cualquier persona que nos escuche pensaría que somos pareja.
Luego de un minuto estamos en el pasillo donde se encuentra la habitación de Cecilio, antes de abrir la puerta, esta se abre dejando ver a varios médicos rodeando la camilla, mientras una enfermera a nota algo en un la libreta.
―¿Qué está sucediendo?― pregunto.
―Guarden la calma.― nos pide una enfermera.