La Mafia Roja

Capitulo 34

Jackson Romanov

―¿A caso se te olvido que lleva a mi hijo imbécil?― me levanto rápidamente.

Ignora lo que digo y lanza a Kate hasta que queda en medio de la oficina.

―Esa maldita puta nos engañó a todos.― dice Michael.

―¿De qué hablas?― cuestiono.

―Toma.―Michael me arroja un sobre el cual tomo y abro.

Mientras saco lo que aparenta ser una hoja de análisis de sangre miro a las personas que han irrumpido en mi oficina.

Saco la hoja por completo y miro en la parte baja.

Prueba de embarazo: Negativa

―¡Me hiciste creer que estabas embarazada, Me viste la cara de idiota!―arrojo el papel con el sobre.

―Lo siento, pero no soportaba la idea de que estuvieras con Melany.― dice llorando.

Mis instintos me gritan que la mate, pero mi lado cuerdo me recuerda la promesa a sus padres.

¡Maldita promesa!

―Sabes que lo único que te protege es la promesa que le hice a tus padres, pero quiero que tengas en cuenta que la promesa solo la hice yo.― me acerco a ella y levanto su mentón para que me mire.

―Lo siento mucho, hice las cosas sin pensar.― si lo que quiere es calmarme lo único que hace es enojarme más de lo que ya estoy.

¡Casi hace que me corten los huevos!

―¿Qué haremos? ― cuestiona Nick.

― Asígnale a alguien que vigile todos sus movimientos.―ordeno.― perdiste toda mi confianza.

―Lo siento.― repite.

―Quítenla de mi vista, ¡ahora!

Maldita puta, engañarme con que estaba embarazada para separarme de Melany, es una maldita estúpida porque de los planes que tenía en ninguno Melany estaba excluida.

En estos instantes ganas de matarla no me faltan.

Lo que más me molesta es que me haya mentido a la cara, traicionó la confianza que coloqué en ella, me vio la cara de estúpido durante semanas.

Salgo de la oficina y voy al área de tortura, abro la puerta y lo primero que veo son a Flenter y a Lombardo con la cabeza agachada.

―¿No que no agachaban la cabeza ante nadie?― me burlo cerrando la puerta detrás de mí.

― ¡Vete a la mierda Romanov!― vocifera Flenter.

―¿Cómo se sienten? Después de todo han tenido el privilegio de que los torture.―tomo una silla y me siento al frente de ambos.

―Créeme que no es la gran cosa.―responde Flenter.

―Dinos, Romanov, ¿Cómo está, Cecilio? ― dice riendo Lombardo.

―Disfruten su tranquilidad, porque cuando Melany vuelva, desearán no haberse metido con los imperios.― me acomodo en la silla.

―¿Melany?, no creo que haga algo, ya que cuando se entere de la muerte de su amado abuelo, volverá a recaer, tiene una mente bastante débil, no soportará y recaerá.

No puedo negar la veracidad de sus palabras, pero algo si puedo negar, no es débil, talvez le tome un tiempo en aceptarlo, pero sé que podrá seguir adelante, ha perdido mucho y nunca la he visto estancarse.

―No dices nada porque sabes que es verdad.― vuelve a atacar Lizzy.

―No digo nada por el hecho de que dejaré que te ilusiones.― me levanto, me acerco más ella y la tomo por el mentón haciendo que me mire.― porque aquí, entre tú y yo sabemos qué es capaz de transformar el dolor en poder. Le temes, aunque no lo quieras admitir, porque si hubiese sido lo contrario, ¿Por qué no la mataste estando en Brainstrong?, sabías que para llegar a ella necesitabas encontrar su debilidad, porque de lo contrario no hubieses podido hacer absolutamente nada y lo sabes.― Tomo algo de distancia.

― Y, por otra parte, estoy yo, sabías más que nadie que ella era mi debilidad, por lo tanto, solo la usaste y mataste a dos pájaros de un tiro, pero te digo algo Lizzy, se te olvido un pequeño detalle, mi debilidad por ella nunca ha sido el tipo de debilidad clásica que te quita fuerzas y te despista, mi debilidad por ella siempre ha sido lo contrario, y ya lo has podido apreciar.

―¡Vete al diablo Romanov!

―Tranquila, lo iras a ver primero que yo.

La puerta se abre y entra Nick agitado, al parecer ha corrido hasta aquí.

―¿Por qué pareces que has corrido un maratón?― cuestiono.

― Melany se acaba de enterar.

¡Joder, lo que me faltaba!

―¿¡Quién diablos le dijo!?

― Killian Flenter fue verla y le dijo.

¡Malditos Flenter!

Ganas de acabar con su maldita descendencia no me faltan.

―Vámonos.

Al salir escucho que Lombardo dice algo y le disparo en las dos piernas y a Lizzy en los dos hombros.

Nick y yo bajamos al estacionamiento, tomo las llaves del Bugatti veyron, lo enciendo y conduzco rápido por la ciudad para llegar antes de que Killian se vaya.

―Luego de que mate a Killian iremos a Dinamarca y atacaremos la base de los Flenter.― digo mientras giro el volante.

―Esperaba que digieras eso.

Luego de unos minutos, llegamos al centro de salud, Nick y yo entramos corriendo, atravesamos los pasillos hasta que por fin llegamos.

Entro, y la escena hace que mi corazón se detenga por unos segundos.

Melany está abrazada a Sam, temblando, su llanto es silencioso, pero el dolor se percibe en el ambiente.

―¿Por qué, Sam? Yo debí morir en su lugar.

―No digas eso, Mely.

―¿Dónde está?― pregunto y ambos alzan la mirada, Melany tiene los ojos hinchados.

―Will lo está rastreando, en un momento me manda la dirección. ― responde Sam.

Me acerco a Melany, la abrazo y ella comienza a llorar en mi hombro.

―¿Qué debo hacer ahora, Jackson? No sé cómo continuar sin él; siempre me ha guiado, apoyado y ayudado, lo extraño mucho. ¿Acaso no puedo crear alguna droga que pueda revivirlo?

―Tranquila, bichito, confía en ti, si podrás seguir sin él.― la abrazo más fuerte.

―No, claro que no podre.― se niega.

―Piensa en que habría querido Cecilio. ¿Dime, que él hubiese querido?

―Él diría, que no dejara que las demás mafias viera que me afecta la situación y que regrese al liderazgo con más fuerzas y poder, también que hiciera pagar a los responsables.― dice con la voz temblorosa.



#1555 en Otros
#265 en Acción
#4251 en Novela romántica

En el texto hay: , arrepentimiento, desepciones

Editado: 18.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.