Melany Russo
Cuando, Sam y Jackson se van, Nick me dice que irá a buscar un café o algo así, en verdad, no escuche bien, solo puedo pensar en Cecilio.
Creí que podría soportar la noticia, pensaba todo lo contrario, pero ahora veo que tenían razón. Me quema la garganta, me resulta imposible tragar saliva o agua, siento un vacío inexplicable, como si me hubieran arrancado el corazón.
Cecilio era mi persona favorita en el mundo, mi refugio seguro, la persona en quien siempre podía confiar, sin importar la situación. Fue mucho más que un abuelo para mí; en realidad, fue como un padre.
Cuando me dieron la espalda al entrar a Brainstrong, él fue el único de mi supuesta familia que estuvo a mi lado.
Sería un engaño decir que lo olvidaré y seguiré adelante con mi vida diaria, tener un abuelo como Cecilio, que siempre ha estado ahí para ti hasta volverse indispensable, es increíblemente difícil de dejar atrás y superar.
Si tuviera la oportunidad de morir por él, claro que lo haría, a pesar de que él no lo permitiría.
Me siento Horrible, mis ojos duelen, pero no más que el dolor interno que me provoca su perdida.
Se suele decir que la peor pérdida para un ser humano es la de su madre, sin embargo, cuando se pierde a alguien que te inspiró a ser mejor, que te apoyó en tu superación y crecimiento personal, esa afirmación puede ser cuestionada.
Me levanto de la camilla, y tomo la bolsa que trajo Kilian, la abro y encuentro dos jeringas cargadas de RRF.
Dudo de tomarlas, pero agarro una, al lado de esta se encuentra una liga.
Sé que no debería drogarme, pero, el dolor es insoportable, y la única manera que sé que puedo líder con esto es haciéndolo, lo siento mucho por las personas que tenían puesta su confianza en mí, pero no lo puedo resistir.
Tomo la liga y la coloco en mi brazo haciendo presión, luego agarro la jeringa, muevo un poco su contenido y le quito la tapa.
Nick James
Cuando tengo el café en mis manos, me dispongo a regresar con Melany, ya que no es bueno que la deje tanto tiempo sola después de lo de Cecilio.
Luego de un minuto llego a su habitación, abro la puerta y la veo despaldas, echo una ojeada a la bolsa que está a su lado, cuando noto que es droga me apresuro a ella.
―¿¡Qué diablos crees que haces!?― le arrebato la jeringa.
―¡Dámela!― trata quitármela, pero no puede.― la necesito para dejar de sentir este maldito dolor que me está matando.― dice con los ojos llorosos.
―Lo siento, pero no dejaré que te vuelvas a drogar.― tomo la bolsa donde se encuentra la otra droga, cuando estoy por salir para entregarle la bolsa a uno de los hombres que están cuidando la puerta, siento el cañón de un arma en mi espalda.
―No te la llevas a ningún lado.― me volteo para verla de frente.
―Melany, por favor.― trato de tomar el arma, a consecuencia de esto le quita el seguro.―entiende, drogándote no llegarás a nada.
―No, entiende tú.―comienza a llorar.― esta es la única forma de la que me puedo sentir bien.― aprovecho su momento de debilidad y le quito el arma.― Nick, ¿no entiendes el maldito hecho de que Cecilio era todo para mí?
A pesar de que no soy muy bueno para consolar, me acerco a ella y la abrazo, ella me abraza fuerte y comienza a llorar sobre mi pecho.
―Todo va a estar bien, Melany, te lo prometo.
No me muevo, y no pienso hacerlo hasta que ella me lo pida. Sé que es difícil por lo que está pasando y por muy entrenada para manejar sus emociones que este, esta situación la sobre pasa.
Jackson Romanov
Luego de unos minutos, Sam y yo llegamos a una casa abandonada, en las afueras de la ciudad, los dos nos desmontamos y quitamos el seguro a nuestras armas.
―Vamos, piedra, papel o tijera.― Sam se pone en frente de mí.
Saco tijera y él saca piedra.
―No te preocupes Jackson, dejaré que le des algunos golpes.― dice sonriendo.
Niego sonriendo.
Ambos entramos, Sam tumba la puerta de una patada, por lo tanto, avisa nuestra llegada.
Alguien dispara hacia la puerta, Sam y yo lo esquivamos.
―Esta es la mejor bienvenida que me han dado.
― Te lo creo.
Nos adentramos a la casa, en el interior todo está algo desgastado, se nota las malas condiciones en la que se encuentra.
―¿A quién buscan?― habla una voz al final de un pasillo.
―¿Qué? ¿Ahora te crees interesante?― Sam dispara al pasillo y al parecer acierta porque, la persona se queja.
―¿Tú viste huevos para decir lo de Cecilio y no para confrontarnos?― Sam y yo nos acercamos.
― ya veo que lo cobarde es de familia, ¿O no Flenter?― dice Sam, Kilian se muestra ante nosotros.
―¿Te crees muy gracioso, Lanssere?
―No me creo, soy.― le dispara en el hombro.
Kilian se abalanza sobre él y entre los dos se comienzan a repartir golpes, yo no interfiero, ya que dejaré que Sam sea el primero.
Kilian toma una navaja de su bota, pero Sam es más rápido y se la clava en el abdomen, luego le da una patada en el mismo lugar mandándolo al suelo. Kilian se levanta y le da un golpe en la cara a Sam haciéndolo caer y escupir sangre, Sam se levanta rápido y le devuelve el golpe mucho más fuerte.
―Romanov, tu turno.
No espero a que Kilian se levante, me abalanzo sobre él y comienzo a golpear su cara, a pesar de que intenta cambiar los lugares, no se lo permito, Sam me pasa la navaja, le corto la lengua y luego se la hago tragar.
―¿Últimas palabras?― pregunta Sam.― Oh, pero cierto, no puedes hablar, no tienes lengua.― ambos reímos.
Me levanto y de inmediato Sam le dispara dos veces en la cabeza.
―Bien, ¿Nos vamos?― pregunta y asiento.
Busco unas toallas para limpiarnos mientras salimos de la casa, ya estando afuera mi teléfono suena.
―¿Qué sucede Nick?― respondo, lo pongo en alta voz.
―Melany intento drogarse.