Kate Hilton
Maldita Melany Russo, pensé que cuando se había alejado de Jackson por fin desaparecería de su vida, pero la perra es muy insistente. Ella no lo merece, él es mucho para ella y el inocente de Jackson no se da cuenta de lo que ella representa, todo lo que ha sucedido es por la culpa de esta estúpida niña tonta.
Pero no la odio.
El sentimiento supera al odio.
A provecho que los hombres que Jackson puso a mi cuidado cambian de turno y saco una pequeña botella la cual he guardado desde hace unas semanas.
Si no quieren separarse por las buenas, será por las malas.
Tomo el frasco y lo guardo en unos de mis bolsillos.
Calcule todo de manera cautelosa, hoy es el único día que mis horarios y los de Jackson coordinan, por lo tanto, aprovecharé esta oportunidad.
Cuando veo que Jackson se aproxima espero a estar más cerca de él y cuando lo estoy soplo el polvo haciendo que él caiga de inmediato. Actúo rápido ya que solo tengo pocos minutos; Entro a la puerta que nos queda a paralelo, lo acomodo en un sillón y me coloco encima de él, saco mi teléfono y tomo varias fotos y videos con audio. Ya cuando tengo las suficientes imágenes, salgo de ahí y vuelvo a mi camino para que nadie se dé cuenta.
El polvo solo lo mantendrá algo sedado por unos minutos más, luego solo se sentirá algo mareado, como si estuviera drogado... bueno... básicamente lo está.
Cuando los minutos pasan vuelven mis escoltas y me dirigen nuevamente a donde he pasado los días últimamente, no negaré que la habitación es lujosa, pero no es suficiente para mí, no pararé hasta lograr ser la reina del imperio Russo, me convertiré en la mujer más poderosa de los imperios, eso lo tengo por seguro.
Al llegar a mi prácticamente cárcel, los guardaespaldas cierran la puerta y yo voy directamente a uno de los sillones, me siento y observo las fotos que he tomado.
Son perfectas para acabar la relación entre Melany y Jackson y no creo que Russo perdone una infidelidad aparte de que está muy traumada con eso de las traiciones.
Busco su número y le envío las fotos, talvez no vea el mensaje ahora, pero lo verá en algún momento y su relación llegará a su fin.
Sam Lanssere
—¿Sabes Nick? Si nuestros jefes nos ven perdiendo el tiempo, sin duda nos matarán.— ambos estamos sentados bebiendo.
—No pueden culparnos por descansar cuando ellos lo hacen todo el tiempo.
—Concuerdo.
—Joder, que lastima que Lombardo resulto ser un hijo de puta, ya me comenzaba a caer bien.—dice.
—Olvídate de ese idiota, debe estar pudriéndose en el infierno.
—Conjunto a su maldita Jefa.
Ambos nos reímos.
—Bien, debemos parar de beber.— ambos soltamos las bebidas.
—Volveré con Melany, Lincon irá a verla hoy y debo de estar ahí para que el pobre hombre no muera.— me levanto.
—Bien, cuídate bro.
Salgo de la mansión Romanov y subo al Koenigsegg, enciendo los motores y me conduzco a la mansión Russo. El camino se hace silencioso, solo se escucha el sonido del motor mientras acelero.
Luego de unos minutos llego a la Mansión, me abren las puertas y conduzco al estacionamiento y estaciono el deportivo.
Entro y me dirijo a la oficina de Russo, mientras voy pasando los hombres me dan un pequeño asentimiento.
Cuando llego entro y la encuentro sentada con la computadora y unos cuantos papeles a su lado mientras los revisa.
—Llegó el amor de tu vida.—Cierro la puerta detrás de mí y ella alza la mirada y sonríe.
—¿No querrás decir mi dolor de cabeza?
Tomo asiento frente a ella.
—Me ofendes, Mely — finjo.— se nota que me extrañaste.
—¿Dónde estabas? Últimamente te desapareces mucho.
—Donde Romanov, con Nick.— simplifico.
—Has bebido, el olor llega hasta aquí. ¿Estás listo para recibir a ... Lincon?— alza una ceja.
—¡Por supuesto! No bebí demasiado, sabía que debía de estar aquí.
—¿Jackson sabe que estuvieron bebiendo?— cuestiona.
—Si y no, es decir, nos vio, pero nos ignoró, se veía algo extraño, me refiero a que se veía algo decaído.
—De seguro es por el trabajo, La bratva está teniendo un pequeño desacuerdo con la mafia Alemana, eso debe consumirlo, lo iba a llamar hace unas horas, pero el teléfono se me ha descargado y no he tenido tiempo de ponerlo a cargar.
—Lo llamarás luego.
Entra la asistente de Melany y anuncia que Lincon Flenter está aquí, Mely le indica que lo puede dejar pasar y ella lo hace.
Lincon pasa y estrecha la mano conmigo y con Melany, ahí ella le indica que se siente y él lo hace.
—He revisado los tratados con la Francesa y hay uno, el cual se está por vencer y quiero discutir algunos puntos y otros asuntos.
Lincon saca de su maletín unos papeles y Mely yo lo comenzamos a leer.
—En efecto, ¿Cuáles están dispuestos a renovar? Teniendo en cuenta su reformación.— menciona Melany
—Afortunadamente, nos hemos recuperado rápido y estabilizado, por lo tanto, si la Francesa está dispuesta los renovaríamos todos — menciona Lincon.
—¿Sabes que al ser parte de los tres pilares hace que los contratos sean más complicados de romper? Por lo tanto, debes de estar seguro de que se beneficiarían de manera igual.— habla mi jefa.
—Por supuesto, conozco eso. Y el imperio está más que de cuerdo con renovar.
Ambos toman los documentos con las nuevas cláusulas y los firman reafirmando sus alianzas tanto como imperio como mafias, mientras ellos firman decido conectar a cargar el teléfono de Melany.
Luego de unos minutos de discutir acuerdos y reajustando todo, la junta se da por terminada.
—Fue un placer hacer negocios con usted.— Lincon está a punto de irse, pero Melany lo detiene.
—Lincon... Puedes tutearme, no eres como... ella...
—Gracias... Rus... Melany, y te pido disculpas por lo que ella hizo.
—Tranquilo, no fue tu culpa.
Él asiente y sale de la oficina de mi jefa.