Comenzamos a caer en picada la distorsión del movimiento con el que entramos horizontalmente comenzó a cambiar a uno en picada, no pude observar nada de lo que estaba ocurriendo era un oscuro absoluto pero sentía como mi cuerpo caía.
Un frio recorrió mi cuerpo comencé a sentir una corriente de aire; aun sin observar nada hasta que puntos blancos lejanos comenzaron a aparecer junto con destellos de grises y negros que aclararon mi vista pensé que saldría a un vacío eterno las lejanas luces no parecían alcanzables.
Pero el aire se frenó en seco dejo estar en todas partes a estar detrás de mí salí disparado de un hueco en la tierra, solo para recibir un cielo negro con puntos blancos.
-No trates de levantarte Greit- la voz preocupada de una enana resonó con eco.
-¿Porque no debería levantarme?- Escuchando muy tarde las palabras de la enana, el gigante sintió como su lava ardiente dentro de sí mismo se enfriaba algo que le causo una inestabilidad causando que muchas partes de su cuerpo casi se quedaran paralizadas.
-Quédate quieto no podemos no sabemos cómo sea el ambiente en este mundo y menos los peligros- Extendió sus manos en un intento de sujetarlo.
-No lo toques si llegas a hacerlo podrías romperte las manos si te cae encima o peor quemarte viva con una sola gota de su lava.
-Aparte debes guardar silencio no sabemos que peligros hay en estas montañas.
En el suelo Greit comenzó a estabilizarse miro a su alrededor observando con más calma como los tonos se iluminaban observando a más de la gente de su mundo a un aturdidos y otros observando el cielo viendo un objeto blanco.
-Parece una joya del mar atezado verdad
-No estoy de humor para que hables de nuestro mundo lo sabes Atlan.
-Nadie lo está Greit, nadie.
Se miraron mutuamente esperando algo uno del otro, no fue así solo una mirada con rechazo a su nuevo destino.