La magia de la humanidad

Frustración

-Ahora es nuestra oportunidad de tener un comienzo después del infierno que fue la caída de las capitales y de nuestros compañeros, no es momento de buscar culpables.

-Todos fallamos incluso tu anciano, su arrogancia y ser tan perfectos hasta el hecho de aislarse con el mundo causo que su nación cayera al igual que la de los demás.

-Y si buscas un culpable vete a ti mismo, Alto, sabio, letrado todo eso y que pudiste hacer nada, nadie hizo nada ni lo suficiente, fue nuestra ¡culpa! la caída de nuestro mundo y de nadie más.-las piedras del gigante crujieron en esas últimas palabras ante la desesperación de ver cómo una vez más todos entraban en conflicto buscando culpables y no respuestas.

Las personas avergonzadas comenzaron a apartarse, abrieron el espacio al anciano que se fue sin decir una sola palabra no mostro ni ira ni odio pero su rostro reflejaba lo mismo que el gigante desesperación solo que esta vez silenciosa.

-No dejen que el fuego se apague en nuestra última opción, comprendo que le teman pero que más tenemos.

La pequeña enana se había apartado de la espalda del gigante solo para comenzar a recoger las ramas que los demás tiraron mientras hacía eso otros retomaron el labor y sin más opción el fuego comenzó a crecer más y más a un punto donde podían por fin el frio dejo de ser un problema.

-Greit, podrás pasar las ramas con fuego a los demás hay que propagar el fuego en estar ramas hasta que regrese Brended con los señores del bosque.

Los pequeños fuegos fueron poco a poco encendiéndose los demás comenzaron a poder sostener el fuego con facilidad no tardo mucho hasta la llegada de las demás razas de enanos y elfos.

Donde con la luz pudieron alzar pequeñas cazas con los materiales que lograron llevar, a un así los Gigantes y señores del bosque no lograron verse por ningún sitio esto dejo una incógnita por el hecho de que el Rey Brended había ido por ellos desde hace horas.

Los pocos refugiados lejos de asustarse pudieron quitarse sus armaduras y poder dormir algunos no pidieron ante la posible intrusión de fuerzas hostiles los cuales se designaron como guardias, entre ellos la enana mientras tanto por la pérdida de lava Greit solo se acurruco en el suelo al igual que algunos sin carpa para poder dormir al menos cerca del fuego.

-Dime enana tu padre realmente nos traiciono…

-No, él estudiaba una fuerza primitiva de nuestro mundo que parecía que había crecido por nuestra propia culpa al cambiar tanto el estado del mundo.

-Creyó ingenuamente que Lemer no era un enemigo si no algo más tal vez alguien que nos trajera ayuda, unión al mundo cayo en su juego y solo fue cuestión de tiempo para que muera al entrar a la capital con el primer estallido de las puertas de la capital, después de eso ya no pude saber más… pero no fue un traidor, si un ingenuo pero no un traidor.

-¿Entonces viste la caída de la cuidad de sus muros?

-Sí, no pidamos hacer mucho los enanos que fuimos de guardias más aparte el mar nos hizo naufragar hasta territorio Orco no pudimos hacer mucho solo avisarles a ellos.

-Y bueno ya conoces lo que los Orcos hicieron su sacrificio.

-Fue una lástima que al final solo pudimos entenderlos hasta que estábamos perdidos.




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