El fuego se comenzó a repartir entre los presentes y los que ya se encontraban, pequeñas fogatas se alzaban, la temperatura comenzó a ser cada vez mayor obligando a que comenzara una ola de calor en los invitados de la tierra.
Las horas pasaron y el fuego lejos de consumirse se mantenía prendido, hasta Brended volvió con los señores del bosque de piel húmeda y una posición curva demasiado pronunciada aun así más altos que un elfo pero menos que un gigante de piedra.
Brended logro que los demás señores los siguieran y en camino los enanos al no poder crear algo para cubrirse de la noche. A un así los señores se lentamente se ha cercaron al fuego principal donde ya dormidos estaban greit y la enana.
-Esto no es más que fuego sin ignición, el de nuestro mundo es así pero solo en las cuevas más profundas, ir a esas cuevas seria la muerte y crear algo como esto imposible fuera de ellas- El erguido y encauchado hombre del bosque hablo roncamente y su voz con poco eco pero seca.
-Esto entonces no es obra de alguna manipulación.
-No Brended esto es natural, a un así es menos eficiente que la manipulación actual pero sirvió antiguamente para que surgiéramos.
-Bien entonces el peligro no es algo de qué preocuparse cierto.
-No lo es pero debemos mantenerlo al menos hasta encontrar un lugar más iluminado. Dirigiendo sus manos al cielo el encapuchado comenzó a estirarse rebelando un cuerpo delgado.
El comenzó a caminar torpemente entre cuatro piernas de forma recta hasta un árbol, donde los demás de los suyos lo siguieron.
-Brended, no bajes la guardia pero toma también un descansó el día apenas ha empezado nosotros cubriremos arriba veremos si acaso hay dragones en este mundo.
Brended asustado y confundido por lo que acababa de suceder no pudo más que quedarse quieto y responder.
-Si mis hombres… cuidaran abajo hasta la llegada de los enanos.-El pragmatismo por la extraña forma de las creaturas lo dejo mareado y sin casi respuesta.