Cuando estábamos frente a la gran entrada el agua cubría por completo todo impidiéndonos el paso, esa chica que antes estaba feliz se entristeció rápidamente y dio un paso hacia atrás, apenas darlo el agua comenzó a hacerse hacia los lados “abriendo la puerta” y dejándome pasar, cuando giré la cabeza para mirar a Hinie, ella se encontraba tallándose un poco los ojos mientras que con su mano me decía adiós.
La tome del brazo con fuerza y comencé a caminar hacia la salida, la puerta de agua que antes se había abierto se cerró abruptamente impidiéndome el paso, y en ese momento Hinie hizo fuerza para alejarse de mí.
Ante sus palabras la verdad no sabía que sucedía, pero lo que entendía es que este sitio y la razón de que las hadas no sean vistas en otras ciudades es que en realidad están atrapadas dentro de estas paredes…
La tomé del brazo y avance nuevamente hacia la entrada, evidentemente la “puerta” se cerró y el agua nos impidió el paso, pero era justamente lo que quería, sin soltar su mano toque con la mía aquella extraña pared de agua, cerré los ojos y comencé pensar en una sola cosa: “Soy un contenedor” La idea era simple… Si las hadas tienen un poder que desborda y les es difícil controlarlo, entonces una posible solución sea que ese poder que les sobra lo guarden en algún objeto carente de ello y donde se pueda almacenar; para bien o para mal pareció ser que mi idea no fue del todo tonta pues el agua que tapaba las escaleras que llevaban a la superficie se empezó a hacer a un lado dejándonos pasar, en esta ocasión Hinie no se mostró feliz quizás porque sospechaba que al final la puerta se cerraría dejándome pasar solo a mí y encerrándola a ella a escasos centímetros de la salida, yo impulsado por aquella loca idea camine seguro de mí mismo hacia afuera sin soltarle la mano a Hinie.
Una vez habiendo subido todos los escalones y yo estando fuera de aquel curioso lago Hinie se quedó dentro, tenía miedo de lo que había dicho aquella persona y claro que no quería lastimarme, pero eso no me importo: “Discúlpame” Le dije sonriente y en ese momento la jale con todas mis fuerzas sacándola de ese sitio; apenas dar un solo paso fuera todo se puso de color negro, abrí los ojos y era como si los tuviera cerrados pues no podía ver más que la eterna oscuridad.
Pero me sentía vivo (curiosamente) Me di cuenta de que estaba en el suelo y al intentar levantarme mi equilibrio estaba afectado, fue muy complicado lograrlo y caminar ni se diga… El suelo parecía estar lleno de agua pues se escuchaba como mis pasos pisaban “charcos” pero mis manos nunca tocaron agua cuando estaba en el suelo. Al mirar hacia todos lados pude ver a lo lejos algo que llamo mi atención (Y sería el colmo que no… Era literalmente lo único que podía verse) Cuando mis ojos lo enfocaron pude caminar con más facilidad, me acerque hacia aquella cosa que se veía y al estar cerca pude notar que era una flama de fuego azul que danzaba de una extraña forma sobre un pilar blanco que parecía de cuarzo marcado en el idioma de las hadas, esa flama parecía que me seguía pues al moverme la punta de la misma se movía hacia donde yo me moviera, pero si intentaba tocarla esta bajaba su intensidad y daba la impresión de extinguirse si posaba mi mano por completo sobre ella, pero apenas quitarla volvía a la vida nuevamente.
Editado: 26.03.2021