No soy igual.

NARRACION DE HINIE.

Nunca había volado a una velocidad tan alta, y pues nunca lo había necesitado; he llegado a la ciudad de los humanos en un tiempo mucho menor a lo que hubiera esperado pero por más que busco en los alrededores no puedo encontrarlo. Los habitantes me han mencionado una casa donde parece que él vive, pero al ir esta estaba completamente vacía, pareciera que se ha mudado, “¿A dónde has ido…?” Pregunto en voz alta mientras lamento no poder verlo…

• ¿Hola? – Dice una voz que no alcance a saber de dónde proviene por lo que giré mi cabeza en todas las direcciones hasta ver a un joven con un arma muy desgastada. - ¿Dónde se encuentra el herrero? – Termino por decir impulsando un poco sus brazos mostrándome el arma.
• No lo sé… - Respondí con lágrimas y alejándome de ahí.
• ¡Espera! – Dijo el muchacho apenas me giré. – Puede ser que… ¡Eres un hada! – Al terminar de hablar se mostró sumamente feliz y de alguna forma me contagio un poco de su felicidad, lo cual necesitaba demasiado. – He escuchado historias sobre tu raza pero nunca había visto a alguna, ¡Eres hermosa! – El chico soltó el arma dejándola caer al suelo y se acercó a mí por mi espalda, extendió un poco sus manos e intento tocar mis alas.
• … - Yo no dije algo, simplemente me aleje un poco para que no las tocara.
• ¡Oh! – Exclamó con algo de vergüenza. – Disculpa, no quería ser grosero u ofenderte, es solo que nunca había visto a alguien como tú, y me intrigan mucho tus alas… Crees que… - Continuó con la vergüenza aún más notoria. - ¿podrías flotar al menos un momento para mirar como lo haces?
• Jajaja. – Comencé a reír, pues me parecía algo muy lindo, que alguien preguntara eso.
• ¡Oh vamos! – Gritó riéndose por dentro el chico. – Es normal para ustedes, ¡pero para nosotros no! – Terminó y con sus manos me hacía señales para que me elevara.
• De acuerdo, de acuerdo. – Le contesté y empecé a mover mis alas para elevarme un poco.

Los ojos se ese chico se abrieron tanto que parecía que se iban a salir de sus cuencas, y posteriormente comenzó a aplaudir con mucha dicha.

• Bien debo irme. – agregué y comencé a flotar en sentido opuesto.
• ¡Espera! – Respondió el muchacho a lo que regresé mi mirada. – Había escuchado que el herrero de aquí se fue de viaje, pero pensé que eran mentiras y vine a verlo.
• ¿viaje? – Pregunté. – ¿A dónde fue?
• Supuestamente le vieron ir en dirección al pueblo Goe, está en esa dirección. – Señalando hacia una montaña a la derecha. – Probablemente siga ahí. ¡Adiós muy bella hada!
• Adiós. – Dije por ultimo sintiendo y emprendiendo vuelo hacia ese lugar llamado “Goe”

En este momento algo se sintió… El agua me llamaba, este es el elemento que es más afín conmigo, y de alguna manera me indicaba que debía ir a un lado, ¿Qué encontraré allí? Pregunté, por lo que sin saber solo avance en esa dirección.

NARRACION DE NÉRUO

Una de las disputas estaba ya terminada, pero ahora seguía otra y por si no fuera poco seria mucho más complicada que esta que acabo de lograr. Los elfos son criaturas con vidas demasiado largas y algunos de ellos desde que nacen hasta que son adultos son entrenados, lo que significaría que entrenan por más de 1000 años ininterrumpidos y entre ellos están los elfos plateados; estos se caracterizan por una cosa: Honor, un elfo jamás traicionaría a su pueblo, pero los plateados derrocarían toda una nación con tal de que su honor no sea mancillado, por desgracia este rango es realmente difícil de conseguir aun para ellos y en este tiempo solo existe uno que lo tiene, lo difícil además de ganarle en una pelea seria llegar a él, pues que un simple humano te convoque es algo a lo que pocos irían.

Para mi suerte la ciudad de los elfos saliendo de la de los Goblins no queda a mucha distancia, pues aun en tiempos de paz los Elfos hicieron un juramento a las demás naciones hace mucho; ellos se encargarían de mantener a raya la estupidez de los Goblins y es algo que han estado haciendo por mucho tiempo, tanto que incluso toda su ciudad fue movida a escasas 4 horas de camino a pie desde donde estoy ahora.

• ¿Un humano combatiendo a un Goblin? – Preguntó una voz con sarcasmo.
• Un humano combatiendo a un goblin. – Respondió otra.
• Y no solo eso… - Empezó a decir la misma voz. - ¡Incluso ganó! Jajaja – Terminó de decir riendo histéricamente.
• Debe ser un humano bastante fuerte. – Agregó una voz diferente a esas dos.

De por encima de los arboles bajaron 3 elfos con armaduras algo desgastadas, pero ninguno portaba la que necesitaba que trajeran…

• Entonces. – Dijo el elfo del centro de los 3. - ¿Qué hace un humano combatiendo con Goblins?, y más raro aun: ¡Con el espadachín! – No parecía molesto, probablemente solo no entendía que sucedía.
• Preferiría no decirlo… - Alegué.
• ¡Oh vamos! – Gritó el elfo de la derecha. – Es muy raro que un Humano venga por estos sitios y lo es aún más que busque pelea con esas cosas, ¿para qué? – Se acercó a mí mirándome fijamente a los ojos y continúo. - ¿Venganza?
• No, no es eso. – Dije secamente.
• ¿Entonces? – Dijo nuevamente el Elfo que antes estaba en el centro.
• Amor. – Comentó el último elfo que hasta ahora no había dicho algo.
• ¿Amor? – Preguntaron los otros dos elfos al unísono. - ¡Amor!

Cuando terminaron de decirlo, se echaron a reír, después se irguieron y me miraron.

• ¿Amor? – Preguntaron con una cínica sonrisa en su rostro, no parecían estar queriendo ofenderme, y de hecho no lo hacían, solo parecían bromear.
• … - No respondí, pero asentí con mi cabeza y supongo que me sonroje pues los 2 comenzaron a reír siendo el último de ellos el más serio. – Necesito conocer al que tiene armadura plateada. – Dije con fuerza y todos giraron la cabeza hacia el que parecía ser más serio señalándolo.
• Estas de suerte humano. – Solo dijeron eso, pero lo entendí perfectamente.
• Es curioso. – Comenzó a decir ese sujeto. – Sentí que una magia poderosa me llamaba a este sitio, y cuando llegamos pensamos que la magia que me llamaba era la de ese Goblin de espada que combatía contra un humano, ahora que el Goblin se ha ido me intriga que la magia provenga de ti y no de él.