La magia primigenia

5.- Soy padre después de un susto de muerte.

Después de escribirle la carta a Lucas converse con Midas un poco más, para mi desgracia me explico que cuando regresé al primariun orbis (el primer mundo) no será en mi casa ya que me moví del lugar donde había llegado a ese mundo, pregunte como regresaría a casa y fue cuando el rey enano me extendió una piedra verde que tenía una runa muy extraña de color rojo. Mire la piedra e imagine a Papa Noel usándola para viajar de casa en casa, en ese instante escuche que se despedían los reyes y de inmediato levante la vista, me encontré en un bosque de árboles, sin hojas de tronco y ramas verdes. Y de suelo pálido.

Yo había visto esos árboles cuando visitaba la provincia de Manabí, pero eso no era lo peor, lo peor era que estaba perdido en un lugar que de seguro no estaba en el mapa de Google. Era noche, y miré a todos lados con un pánico desesperado, cuando sentí un movimiento a mi espalda, era Gabriel quien volaba sobre mi cabeza, solo vi cuando comenzó a desvanecerse.

Sentí que me quedaba solo, pero una para mi fortuna una criatura me acaricio la pierna derecha y aunque salte del miedo [debo admitir que casi me muero del susto] vi que era Nino y me tranquilice.

Maldije que no me hubieran explicado cómo se usaba la piedrita navideña, así que pregunté con una esperanza si es que Nino sabia, pero el movió la cabeza de forma negativa.

Decidí caminar por aquel bosque del terror, consciente de que quedarme en ese lugar era igual que desear no regresar a mi hogar, ese fue mi gran error del día (nunca camines en un bosque de noche sin saber cómo llegar a la carretera o en que ubicación exacta estas).

Camine casi por unas dos horas y no encontraba más que mas árboles horrorosos. Pero uno de esos árboles era más grueso, mejor dicho, este árbol no era igual al resto, era más verde y brillaba con la luz del alba que comenzaba a darse.

El supuesto árbol que veía realmente era una serpiente gigante de más o menos unos 7 metros y de un ancho de más o menos un carro, estaba de perfil mirando el suelo muy distraída como para verme. Sus ojos rojos que brillaban cómo si fueran dos esferas de hierro al rojo vivo, su boca se abría para dejar ver unos dientes descomunales como dos dagas de cazador, y unos más pequeños de igual forma. Su lengua era verde y sobre su cabeza tenía una cresta como la de un gallo. Sus escamas eran de color verde.

Había una criatura que al principio me pareció muy apreciada a un pájaro muy grande, hasta que note que sus patas delanteras eran felinas y ralladas.

Vi que estaba respirando muy poco, casi muerto y que protegía unas esferas de color naranja pastel con líneas negras que me recordaron una a la clase de geografía cuando estudie los meridianos, no sé qué me paso, pero comencé a gritar como

-Hey tu reptil deforme.

Parecía que el insulto no le cayó muy bien porque sin esperar se lanzó tras de mí con un siseo. Logre esquivarlo al tirarme al suelo, y la cabeza de la mega serpiente se estrelló contra el suelo a un lado de donde yo me había tirado.

Cuando me puse en pie, me di cuenta de lo estúpido que había sido al intentar coger algo para atacarla y no tener nada [sé que lo estás pensando, que clase de idiota se lanza a pelear sin un arma contra una serpiente que lo puede tragar] quería salir corriendo, pero en mi mente oí la voz de Nino que me decía que no debía ver la mirada de la criatura y recordé que había leído sobre la leyenda del basilisco.

Me asuste, y comencé a maldecir mi estupidez, no sabía cómo enfrentar a esa criatura horrenda y lo que era peor es que a Nino no lo veía, comencé a sentir un mareo y vi como el cuerpo de la serpiente gallo se lanzaba hacia donde me encontraba su velocidad era la de rayo, pero para mi sorpresa y de forma inconsciente tome entre mis manos cada parte de la mandíbula del mega reptil, y vi como Nino trepaba por un costado de la descomunal criatura y llegaba hasta su ojo izq. Le dio un zarpazo que hizo que la criatura levantara la cabeza.

El movimiento de la cabeza de un lado a otro me lanzo hacia un lado y para mi fortuna caí de pie, aproveché la confusión de la bestia y corrí lo más rápido que pude cerca de un árbol, vi para atrás y comprobé como el gallo serpiente intentaba acertarle un mordisco a mi gato, lo cual me pareció algo detestable.

Decidido a atacarla con un trozo de madera que tome del suelo, pensé que como su ancho era considerable, como si se tratara de un garrote de los que sacan en las películas de comedia de cavernícolas. Llame la atención del monstruo con gritos e insultos y parece que resulto demasiado bien porque de forma inmediata se fijó en mí y comenzó a lazarse para acabar con mi vida.

Se levanto como una de esas serpientes en los documentales que muestran su forma de atacar y me pareció que mi vida llegaba hasta ese instante, pero en ese momento algo la detuvo.

Vi como la serpiente comenzaba a desaparecer en una neblina de color verde y unas manos de dedos alargados con hojas.

Era un árbol que se movía, su cara estaba en medio del tronco su nariz era alargada formando una rama muy pequeña, su boca era un corte que parecía hecho con hacha de filo destrozado, sus ojos estaban serrados o eso creo, pero se notaba sus cejas como dos surcos que se movían al examinar el lugar, su boca dibujo una sonrisa que me parecía de terror y comencé a temer que ese monstruo árbol me fuera a matar.




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