La Maldicion de la Bruja Roja

Capitulo 3: Riña Familiar

Aquello le parecio lo más extraño a Luka, juraría que la anciana habia salido a despedirlo, añadiendo que no recordaba ver a otra joven en la tienda o en el barrio. No le dio tiempo de responder a todas esas preguntas al escuchar el grito de una mujer asustada, entonces se dio cuenta que no se habia dado cuenta que estaba de vuelta a las calles transitadas y que no se había dado cuenta que una mujer se encontraba cruzando la calle. Por suerte pudo parar a tiempo a su caballo antes de tocar un solo cabello de la señorita.

-Oiga debería de ver mejor cuando cabalga -le reclamo-. Pudo haberme matado.

Aquella chica era de estatura baja, era la primera vez que veía a una chica pequeña como ella, suponia que debía de medir al menos 1.55 de altura, lo cual se consideraba ante la sociedad una estatura pequeña. Tenía unos singulares ojos de color ambar, una rareza, nunca habia visto tal color de iris. Debía de ser de alguna familia noble por como vestía, su cabello castaño cobrizo lo tenía perfectamente recogido en un moño que cubria con un sombrero azul marino que combinaba con su vestido de terciopelo y contrastaba con su piel aperlada.

- ¿Por qué me mira tanto pervertido? -le reprocho-. ¿Piensa seducirme mirandome de esa forma?

Para ser tan pequeña tenía un carácter fuerte y muy gruñon, sino fuera por su forma de vestir diría que era una simple plebeya.

-Ah ya se porque no puede dejar de mirarme -dijo audazmente-. ¿Es por mi estatura, no es así?

Luka al ser descubierto, aparto inmediatamente la mirada de la señorita que tenía enfrente suyo y agacho su mirada sintiendose culpable.

-No era mi intención ofenderla señorita -se disculpo-. Iba tan ocupado en mis pensamientos que no vi hacia donde iba y me temo que ese le provoco un susto de mi parte, así que me disculpo ante usted formalmente.

-No es necesario -dijo tajante-. Ya se ha disculpado y con eso me basto a mi.

- Me podria decir su nombre -le pidió-. Quisiera disculparme como se debe.

Miro a sus lados arrogantemente y luego le miro con una mueca fastidiada.

-Bien que sea rapido -dijo fría-. Mi nombre es Scarlett Zenari.

Luka enmarco una ceja extrañado.

- ¿Zenari? -dijo confundido-. Nunca habia escuchado el apellido de esa familia ¿Son de Italia?

Ella lo miro incredulo, en un fracción de segundo pudo ver en su rostro un atisbo de miedo, pero despues se compuso y adopto su mirada arrogante de siempre.

-¿Es acaso usted un noble para saber que ese apellido es de una familia de la nobleza? -inquirio.

-Soy parte de la nobleza -afirmo, sin intenciones de revelarle su verdadera identidad-. Nunca habia escuchado ese apellido y creame señorita yo conozco a todas las familias de la nobleza italiana y ninguna tiene ese apellido.

-Pues no ha escuchado muy bien entonces -dijo molesta-. Y no tengo que darle explicaciones a un simple extraño como usted -le miro con furia-. ¿Y mi disculpa? O solo me va a cuestionar.

Luka rectafico su error, aunque se decia mentalmente que en cuanto llegará ordenaría buscar a la familia Zenari entre los nobles, tal vez ella estaba diciendo la verdad y el no se acordaba. Al menos le debía a Scarlett el beneficio de la duda, no podía decirle que era una impostora cuando no lo sabia con certeza, hace mucho que ya no iba a la corte, seguramente su familia era nueva y por eso no habia escuchado mucho de ese nombre.

-Mil disculpas ante usted señorita Scarlett Zenari -dijo cortesmente-. No debí de actuar como lo hice hoy, al menos dejeme compensarselo -Scarlett le empezó a prestar atención-. Puedo llevar a su casa de regreso.

-No es necesario -se nego rotundamente.

- ¿Por qué? -cuestiono Luka-. Al menos dejeme compensarselo.

-No necesito de un hombre que me lleve a mi propio hogar -dijo cortante-. Yo solita puedo ir caminando.

No dijo ninguna palabra mas, sin mas se marcho dandole la espalda por completo, soltando un bufido ofendida. Luka en cuanto se fue por fin pudo respirar tranquilamente, Scarlett tenía un carácter que lograba sacar de quicio a cualquier hombre, su padre debería de dar una gran dote al hombre que logre aceptar a su hija como su mujer.

Despues de aquel inafortunado e inesperado encuentro con la señorita Scarlett Zenari, llego al palacio más agotado de lo normal, estaba cansado tanto fisica como mentalmente, lo unico que quería era llegar a su estudio para poder relajarse. Le pidió a uno de sus mayodormos que se llevará por la puerta de servicios el espejo junto con el retrarto de aquella joven, lo que menos quería era que su madre o Faustine lo vieran porque comenzarían atormentarlo con preguntas que no tenia la suficiente capacidad mental para poder responder. Lo unico que pedía era entrar a su casa con tranquilidad, sin ruidos o gritos, pero entonces pareció que Dios le dio la espalda.

En cuanto entro escucho la colera de su madre dirigida a Faustine, estaban tan concetradas peleando entre ellas que no notaron la presencia de Luka, se debatió mentalmente si debería de dejarlas peleando o afrontar aquella pelea. Suspiro profundamente antes de interponerse entre esas dos, a veces parecía como si Faustine y Amalia no fueran madre e hija, vivían peleandose como perro y gato, el día que no lo hicieran Luka rezaría todo un dia para dar gracias a eso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.