La Maldicion de la Bruja Roja

Capítulo 18: Vercelli

NOTA DE AUTORA: AYYY estoy poniendo muchas notas de autora, pero solo quería decirles que les agradezco a todas las personas que estuvieron hace un año leyendo mi novela, entiendo que algunos tal vez ya hayan perdido el interés, pero como quiera quiero subir todo el libro, tal vez cuando tengan tiempo deseen leerlo otra vez :))

Les agradezco a todos de corazón 💖

 

 

Observó a lo lejos el río cristalino, hace muchos siglos que no había vuelto a ver uno, solo lo había podido ver en sus más profundos sueños, pensó que cuando saliera del espejo no se acordaría de su belleza, pero sí que lo hacía. Aquel encanto se rompió cuando sintió una gran ráfaga de viento que voló su sombrero, al no querer perderlo se estiro para alcanzarlo, sin darse cuenta que había sacado la mitad de su cuerpo y por poco se salía del carruaje sino fuera por Luka que la tomo justo a tiempo de la cintura y la metió adentro del carruaje poniéndola sobre su regazo.

Jayde al voltearse al mirarlo sintió sus labios cerca de los de ella, pudiendo sentir su respiración mezclarse con la suya, por alguna extraña razón aquella sensación le era tan familiar a Jayde como respirar, conocía aquel tacto, pero no recordaba de dónde.

Al mirar a Luka supo que el también reconocía aquella sensación, su mirada era tan atrayente que fue inevitable mirarlo aquellas joyas esmeraldas, su corazón comenzó a latir con mayor fuerza y de un momento a otro sintió unas inmensas ganas de llorar, su corazón dolía, su alma anhelaba aquello y no sabía por qué.

Hubieran podido estar en aquella posición sino fuera por Scarlett, que tosió fuertemente para llamar su atención, aquello rompió la atracción que los envolvía y los devolvió a la realidad. Scarlett al verlos de aquella forma prefirió sentarse en el asiento de adelante donde estaba antes Luka para darles más privacidad. Luka puso a su lado izquierdo a Jayde para que siguiera junto con la ventana.

-Parecía como si no hubieras visto un rio desde hace años -comentó sarcástica-. Por la manera en que te abalanzaste al verlo.

Jayde alejo su mirada anhelante hacia la ventana apoyando su cabeza sobre su codo.

-No lo entenderías -dijo melancólica, al ver lo patética que sonaba se recuperó-. Tu pequeña cabeza no es capaz de entenderlo, aunque te lo explicara.

Scarlett devolvió su mirada nuevamente al libro.

-Solo no trates de matarte mientras vamos en el camino -le pidió-. O todo nuestro plan se habrá echado a perder antes de ponerse en marcha.

Luka miro fijamente a Jayde, al sostenerla entre sus brazos sintió como si ya lo hubiera hecho antes, su corazón latió con tanta fuerza exigiéndole abrazarla, no sabía ni como tenía aquellas emociones si apenas llevaba un día de conocerla. Lo que si sabía es que Jayde extrañaba tanto el mundo, aunque quisiera aparentar que le daba igual, así que se propuso Luka enseñarle todo lo que sabía perdido del mundo mientras estaba encerrada.

-Ese es el Ponte delle Benne -le explico, atrayendo su atención-. Pasa por el Dora Riparia, se origina en Francia y llega hasta Turín.

-Vaya -murmuro asombrada-.

-Me imagino que debes de estar sorprendida porque eres nueva por aquí -repuso Luka, ayudando a encubrir a esta-. Baviera seguro que debe de ser igual de interesante.

Jayde le sonrió como agradecimiento. Siguieron todo el camino recto, Jayde no apartaba ni un centímetro su mirada de la ventana observando hasta el más mínimo detalle, dándose cuenta que Turín tenía muchas zonas verdes.

Después se dio cuenta que con el tiempo transcurrido se alejaba más de la ciudad, de los grandes edificios y arquitectura que los distinguen, solo había carruajes que al igual que ellos se dirigían a Vercelli. El camino siguiente fue todo un infierno, el suelo era terroso, el carruaje no paraba de moverse o de dar brincos con cada hoyo que se encontraba en su camino, Jayde ahora recordaba lo tediosos y molestos que eran los viajes.

Scarlett en todo el camino no despego la mirada de su libro hasta que se le hizo raro no escuchar las voces de Luka o Jayde, al azar su mirada observó que Jayde se había quedado dormida sobre el hombro de Luka y este apoyo su cabeza sobre la suya quedándose al igual que ella dormido. Meneo su cabeza como respuesta y volvió a meter sus narices sobre su libro que no era precisamente de historia.
 

Jayde sintió que comenzaba a menearse suavemente teniendo que despertarse, abrió poco a poco sus ojos encontrándose con la mirada de Luka, no se había dado cuenta en qué momento cayo dormida, solo recordaba haber cerrado un momento los ojos y ahora ya habían llegado a Vercelli.

Lo supo al ver que estaban enfrente de una plaza que tenía en el centro una gran estatura de acero de un soldado. Salió del carruaje estirando sus piernas como lo estaba haciendo Scarlett, pues después de haber pasado un par de horas sentadas sentía su trasero entumecido.

-Necesitamos quedarnos en una posada -anunció Luka-. Para que le puedan dar de comer a los caballos y en unas horas iremos a ver los tíos de Scarlett.

-No falta mucho para llegar al Castello di Gabiano -repuso Scarlett-. Los sirvientes de mis tíos me conocen, no dudarán en dejarnos pasar.

-No, esto es perfecto -replico Jayde-. Así puedo investigar sobre varios asuntos.

-Bien como quiera -dijo rendida-. Yo descansaré en la posada mientras ustedes hacen sus asuntos.

Su cochero pregunto a una pareja de lugareños donde había una posada cerca que tuviera un establo para dejar descansar a sus caballos y sus señores pudieran descansar, ellos les señalaron a que unas cinco cuadradas de donde estaban se encontraba una posada.

-Deberíamos primero indagar en la posada, tal vez la posadera o algún huésped nos pueda responder -propuso Luka-. Si no encontramos nada podemos salir a buscar esa información.

-De acuerdo -accedió de mala gana.

Llegaron a una posada muy bien cuidado de altura de tres pisos, su fachada era de color azul cielo comuna combinación de bloques color beige que le dan un toque sencillo, pero elegante. Solo había un balcón que daba vista hacia el establo que estaba a unas calles, estaba en medio de todas las demás ventanas, sostenido había una bandera de Italia. Era el único de los edificios más coloridos que estaban pegados a él, la zona era bastante concurrida, veía carruajes pasando por las calles y a gente paseando tranquilamente por la banqueta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.