La Maldicion de la Bruja Roja

Capítulo 19: Dama Dorada


 


 

La puerta era de color rosado de un tono claro, se diferenciaba del resto de las habitaciones por eso, se notaba que tenía su propio toque personal que lo caracterizaba así que supuso que Mariela estaba diciendo la verdad, pensó que tendría una intención oculta por la que no quería que nadie fuera a esa habitación, pero estaba equivocada. Se dio cuenta que estar tanto tiempo en la corte le había hecho desconfiar hasta de su propia sombra. Puso la llave sobre el picaporte y la giro abriendo la puerta. Le indico a Luka que entrará, este al principio se veía rehusó hacerlo, pero al ver la mirada de Jayde lleno de angustia lo hizo.

-Espero una buena explicación acerca de tu comportamiento poco amable…

Se calló delante de él sentada en una silla a la misma fantasma que había visto en el recibidor, por alguna extraña sensación sabía que no estaba viva, tal vez fuera por el color de piel tan pálida que la delataba o el vestido rosa teñido de sangre, su cabello rubio miel lo traía suelto y lo miraba curiosamente con aquellos ojos verdes claros como el pasto.

-Por amor a Dios -exclamo asustado, llevándose una mano al pecho-. ¿Quién es ella? 

-Es lo que estoy a punto de averiguar -respondió Jayde, se volvió a este sorprendida-. ¿Puedes verla en este momento? -No hacía falta preguntar, Luka se puso pálido y miraba con horror aquella fantasma-. No me extraña seguramente debe de ser el efecto de estar unido a una criatura sobrenatural.

- ¿Cuántos más efectos voy a tener?

-Ni idea -dijo sin importancia-. Por ahora ese no es nuestro asunto -miro frívolamente a la fantasma-. ¿Quién eres?

La fantasma se paró de su silla y les hizo una reverencia.

-Mi nombre es Flaviana Facchini -se presentó cordialmente-. Perdón por asustarlos, no era mi intención, pero tampoco sabía que podían verme.

- ¿Hace cuánto tiempo llevas muerta? -cuestionó.

- Hace cinco años…

-Ah todavía eres una novicia -dijo comprensiva-. Eres como una bebe, así que no sabes lo esencial.

-Se lo que he visto…

- ¿Cuántos años tenías cuando moriste?
-volvió a interrogar.

- Tenía veinte años -respondió confusa-. ¿Por qué me haces tantas preguntas? Pareces como aquellos hombres que vinieron al morir… -se quedó callada, se llevó sus manos a sus labios ahogando un grito de sorpresa-. No me digas que eres uno de ellos y por eso puedes verme.

Jayde se acercó hasta quedar delante de ella, su mirada era gélida, no transmitía sentimientos algunos.

-Obsérvame bien.

Flaviana la miro atentamente a los ojos, se quedaron varios minutos mirándose fijamente como si tratará de reconocerla, hasta que pudo ver algo inusual en sus ojos: una llama celeste en ellos. Al saber lo que era se alejó asustada de Jayde y la miro como si se tratara de un monstruo, lo cual sorprendió a Luka porque pensó que eran de la misma especie, pero hasta ella que era un fantasma le tenía miedo.

- ¿Eres una…melínoe? -susurro anonada, se dejó caer a sus rodillas al suelo-. Perdóneme mi señora no pretendía ofenderla.

¿Mi señora? <<Pensó Luka extraño>> ¿Desde cuándo Jayde tiene algún estatus?

-Por eso mocosa debes de poner extremadamente atención a quien te diriges -le recriminó-. Por suerte soy una melínoe benevolente y no te haré nada, pero si alguien peor, podrían destruir tu alma en un chasquido -le ayudo a levantarse del suelo, Luka la miro intrigado, al parecer Jayde era capaz de tocar a los fantasmas-. Yo era así a tu edad.

- ¿Qué está pasando? -preguntó Luka confundido.

Flaviana desapareció del lado de Jayde y reapareció a un lado de Luka haciéndolo temblar desde los pies hasta la cabeza con solo tener su presencia cerca.

- ¿Él es igual que usted? -preguntó curiosa-. No noto ninguna aura sobrenatural en él -comenzó a oler su cuello-. Ni siquiera un atice de magia.

- ¿Podrías dejar de hacer eso? -pidió Luka amablemente, cerrando los ojos del miedo-. Vas a provocarme un paro.

Flaviana desapareció de su lado y volvió aparecer al lado de Jayde.

-Lo siento -se disculpó-. Hace mucho tiempo que no hablo con un terrenal, me emocione -miro con intriga a Jayde-. ¿A caso él tiene el tercer ojo?

-Digamos que si -respondió insegura-. Puede deberse a que lo unieron hace algunos siglos su vida a la mía.

-Oh, hilos entrecruzados -dijo comprensiva-. He escuchado acerca de aquel hechizo prohibido ¿no es nigromancia? -le susurro-. Está prohibido por los dos grandes clanes de brujas.

- ¿Enserio? -preguntó curiosa-. ¿Cómo lo sabes? Eres una novicia.

Flaviana al ver que tenía toda la atención de Jayde sonrió satisfecha.

-Te puedo revelar eso y otra cosa que sea de su interés -dijo codiciosa-. Pero todo tiene su precio.

Jayde le sonrió fríamente.

-Podría sacarte la verdad fácilmente y después destruirte -repuso con seriedad-. ¿Quieres eso? -se acercó a ella-. Ya viste quien soy y sabes de lo que soy capaz.

-Lo se mi señora -concordó, le sonrió victoriosa-. Pero también note que está muy débil ¿no ha comido bien? ¿verdad? -Jayde se alejó de ella molesta-. No puede hacerme mucho daño, es más dudo que pueda sacarme alguna verdad -desapareció de su vista y apareció acostada en la cama-. Es cierto que usted es de categoría once, pero soy una fantasma categoría seis… una Dilma.

Se acercó a Luka mirándolo con confusión.

-Aunque no sé porque mi poder no funciona en él -dijo incomprensiva-. Se supone que debería verme como una mujer bella ante sus ojos y debería sentirse atraído irresistible a mi -se quedó pensativa-. Pero en cambio parece que va a orinarse en los pantalones del susto -Luka trató de no sentirse ofendido, se volteó hacia Jayde queriendo recibir una explicación-. ¿Por qué es capaz de ver mi verdadera forma?

-Ya te lo dije -explicó impaciente-. Él está unido a mí, parece un terrenal cualquiera, pero no lo es. Supongo que la razón por la cual puede ver tu verdadera forma es porque su tercer ojo mejoro tras nuestra unión.




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