La Maldicion de la Bruja Roja

Capitulo 30: El dolor es bueno

Llegaron a la habitación de Scarlett, se fijó que nadie estuviera cerca para escucharlos, Jayde no tardo en saltar hacia la cama agotada, Luka se sentó a su lado, esta se acercó a uno de los cajones de su estante y saco unos papeles, se los tendió a Luka para que los viera.

-Esto es todo lo que pudo conseguir de mi tío -hablo seria-. No fue nada fácil colarme a su estudio, todo lo tiene estrictamente guardado bajo llave, por suerte soy buena con las cerraduras, no fue problema hasta que mi tía por poco me descubre, tuve que irme y solo alcance agarrar unos cuantos papeles.

Jayde se sentó interesada, alzando su cabeza para leer los papeles que tenía este en sus manos.

-Por la expresión de Jayde pudo decir que no les fue tan mal -supuso Scarlett-. De lo contrario estaría diciendo groserías en español como otras veces lo ha hecho.

-Si quieres decir que no nos fue mal por el hecho que no fuimos asesinados por unos edimmus estas en lo correcto -ironizo Luka-. Cuando quieras yo pudo ser el que saqueé un estudio y tú puedes acompañar a Jayde a escabullirse a una granja maldita.

-Busco aventuras no la muerte querido -replico Scarlett-. ¿Qué encontraron?

Luka le conto todo lo que había pasado desde que entraron aquella granja hasta la conversación que tuvieron con el campesino, mientras Jayde leía atenta los documentos que tenía en sus manos. Aquellos documentos era el reporte de la policía sobre el incendio, no sabían cómo había empezado menos quien lo había provocado, el viento era ligero por lo que si una ligera chispa hubiera caído en la granja no pudo haberse propagado tan rápido, tampoco no había ningún combustible cerca como para poder iniciar el incendio, ni siquiera después del incendio había rastro alguno. Los policías estaban tan confusos como lo estaban ellos en este momento, dio la vuelta a la hoja y se encontró con un viejo papel con una noticia escrita, Jayde lo miro fascinaba, no sabía de qué se trataba y miro a Luka esperando una respuesta.

-Es un viejo periódico -contestó Luka, sin la necesidad de que le preguntará-. Es un papel en el que se escriben noticias locales para informar a toda la comunidad, es un medio de comunicación muy útil.

- Que interesante -susurro Jayde, el papel estaba amarillento, pero aun podía leerse sus palabras-. Nunca había visto alguno.

- ¿En Baviera no tienen periódicos? -preguntó Scarlett incrédula.

Por un momento se había olvidado de Scarlett, rápidamente pensó que podría decir para cubrir su mentira.

-En la corte no leemos mucho de eso -dijo sin importancia-. Al menos la información que trajiste nos da un comienzo para recrear el accidente.

El periódico tampoco les daba muchas pistas, decía casi lo mismo que la policía en aquel reporte: incendio misterioso que acabo con la vida de doce campesinos dejando a sus viudas desamparadas, nadie sabe cómo empezó o si alguien lo provoco. Leyó atrás una pequeña noticia acerca de que seguía sin llover desde hace varios meses y que los sembradíos comenzaban a secarse. 

- ¿Recrear? -preguntó Luka.

-Tenemos que saber exactamente que paso para poder darles paz -respondió seria, miro a Scarlett-. ¿Crees poder hablar con tu tía sobre eso? Necesitamos ver esto desde todos los ángulos posibles.

-Mi tía no creo que me diga mucho -dijo pensativa-. Pero María si puede decirme.

-Bien -repuso firme-. Esperemos que la noche caiga para ver a su invitada sorpresa, yo iré a recolectar la información, si quieren pueden dormir si los necesito los despertaré -se levantó de la cama, aventando a un lado los papeles-. Iré a darme una ducha que nadie me moleste menos tu tía y que me suban la cena a mi habitación -le guiño un ojo a Luka-. Ya sabes cómo me gusta; con grandes porciones de comida.

-Claro jefa -dijo sarcástico.

Jayde salió de su habitación y le indico a una de las doncellas que le preparan una ducha con agua caliente y que rociarán algunas de las gardenias que había en el jardín para poder relajarse. Mientras las doncellas alistaban todo, ella agarro un libro que había en el estante de su habitación sobre el renacimiento italiano titulado “La cultura del renacimiento en Italia” por Jacob Burckhardt, no sabía que era, así que lo leyó para informarse sobre la época en la que habita. Observó como las doncellas agarraban cubetas llenas de agua caliente y la vaciaban en la bañera de porcelana. Una de las doncellas le ayudo a desvestirse, se sintió libre sin tanta prenda que la apretaba, la enrolló en una toalla y se dirigieron al baño. Cuanto sintió su piel tocar el agua caliente se sintió nuevamente viva, era aquello lo que más extrañaba después de varios siglos encerrada.  

No tenía derecho a sentirse bien después de todo lo que había hecho, aún estaba en deuda con Pilar, la única manera en poder ayudarla era liberándola de aquellos edimmus y de paso ayudaba a toda una ciudad, esperaba ver cuantos puntos de karma podía acumular. Se hundió por completo en la bañera sintiendo como el agua le llegaba hasta el cuello, las doncellas comenzaron arrojar pétalos de gardenias, se sentía en un estado placentero lleno de tranquilidad que sintió como sus preocupaciones se desvanecían.

-No me molesten al menos que la hacienda este en llamas -les advirtió-. Si se atreven a entrar sin mi permiso dense por muertas -cerro los ojos disfrutando de su paz-. Esperen afuera de la habitación y no entren al menos que yo se los indique.




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