La Maldicion de la Bruja Roja

Capitulo 31: Hijas de las Druidas

Scarlett llego corriendo a la habitación de Jayde, en cuanto llego la doncella pálida relatándole todo lo que había visto, no dudo en salir corriendo a la ayuda de esta, pidiéndole a su tía antes que se quedará tranquila y ella iría a ver lo que había sucedido. La doncella se veía asustada, estaba pálida y temblaba de los nervios, eso no ayudaba a Scarlett, por lo que le pidió que fuera con María para calmarse. Para cuando llego a la habitación de Jayde y entro al baño se encontró con una escena impactante: Jayde se encontraba semidesnuda en los brazos de Luka abrazándose los dos mutuamente, mientras esta lloraba. Ver llorar a Jayde era como ver estrellas fugaces en el cielo, no era imposible, pero tampoco muy probable. Se quedó en silencio al percatarse que ninguno de estos dos se había dado cuenta de su presencia. 

Jayde al fin podía sentirse con una carga menos en su corazón, no podía mentir al decir que se había llevado un gran susto con eso, primero fue el horror de volver a pasar por lo mismo, luego el revivir la sensación de como tu cuerpo inhalaba agua, el ardor que se sentía, le daba escalofríos volver a pensar en aquello. Nunca había experimentado aquella sensación, aquel miedo y esperaba no volver hacerlo. Se aferró a Luka como si fuera lo único que se interpusiera entre ella y una oscuridad abrumadora. Oscuridad. Entonces recordó quienes eran los culpables, esos malditos edimmus habían tratado de matarla, gran sorpresa que se van a llevar al ver que está viva. Un nuevo sentimiento la invadió, la tristeza había desaparecido y el sentimiento de coraje resurgió en su lugar.  

Jayde se encontraba temblando en sus brazos, sin pedirle permiso la cargo en sus brazos, se percataron que Scarlett los estaba viendo desde el umbral de la puerta, se preguntaron cuanto tiempo llevaba viéndolos, pero no le dieron importancia. Luka evadió a Scarlett y le indico que cerrará la puerta, esta lo hizo, cuando se volteó observó a Luka depositar cuidadosamente a Jayde sobre la cama, se veía mal, se acercó a ella confundida.

- ¿Qué te ha pasado? -preguntó seria.

-Morí eso es lo que paso -respondió con voz sombría-. Pero volví a la vida gracias a Luka -miro fuera por la ventana, estaba oscureciendo poco a poco-. Ahora estoy muy enojada y los haré pagar por haberme matado.

Miro a Luka tratando de buscar una explicación más lógica.

-Esas criaturas de las que te hablamos -dijo cansado, sentándose a su lado-. Intentaron ahogar a Jayde y casi lo lograron.

- ¿No me han dicho que eran sombras? -inquirió sorprendida-. ¿Cómo pudieron atacarla unas sombras?

-Yo tampoco tengo idea -contestó resentida-. Debieron de traspasar la barrera espiritual y llegar al plano terrenal desde ahí, por eso mi collar no pudo detectarlos.

- ¿Eso que significa? -preguntó serio.

-Que debemos de tener más cuidado con ellos -sentenció-. La paz se acabó cuando ellos me atacaron, ahora debemos de contraatacar.

- ¿Cómo? -dijo Scarlett-. Casi te matan dos veces este día.

-Pues que lo intenten una tercera vez esos bastardos -bramo furiosa-. Pero antes debo de recuperar la energía para poder vencerlos -cerro los ojos tratando de tranquilizarse-. Que este enojada no significaba que voy actuar con una idiota, ya que mis espadas no son un arma para ellos, mi inteligencia lo será.

- ¿Cuál es su plan princesa? -preguntó Scarlett.

Le pidió que la vistiera, se puso una camisón sencillo rosa pálido de manga larga, le cubría hasta la rodilla, su cabello lo comenzó a secar en una toalla mientras se miraba en el espejo. Luka había bajado para ordenarles que le trajera la cena, también le iba a explicar a Antonella que se había desmayado dentro de la bañera y que casi se ahoga. Scarlett no dijo nada, lo cual agradeció Jayde, debía de ser fuerte y que la hayan visto llorar había sido un golpe duro a su orgullo. Llegaron varias doncellas seguidas de este con varios platillos de pura carne, sintió su estómago rugir, en su habitación había una mesa donde le sirvieron la cena. Se paro del tocador y lo primero que cogió fue la botella de vino que habían dejado, ni se esperó a servirse en un vaso de cristal y se llevó la botella directo a sus labios dando un fuerte trago de su amargo sabor.

-Tranquila -calmó Luka-. Te vas ahogar si sigues a ese paso.

Bajo secamente la botella fulminándolo con la mirada.

-No menciones esa palabra -mascullo-. Lo que menos recordar es del reciente evento que acaba de suceder.

-Lo siento -susurro apenado.

Su semblante sombrío se desvaneció por completo al ver el gran buffet que habían dejado las doncellas, su mirada se iluminó por completo, el solo pensar que toda esa comida era para ella desvanecía cualquier enojo o tristeza que sentía. El momento solo le duro un rato al ver que Luka se sentaba junto con ella dispuesto a cenar también, lo miro confundida.

- ¿No habías ya cenado?

-Lo iba hacer cuando fui subí a buscarte para que bajarás también a cenar -respondió calmado, tomando un pedazo de ternera con el tenedor-. Fue así como te encontré -miro a Scarlett quien los miraba sentada desde la cama de seda roja-. Me imagino que si alcanzaste a cenar.

-Cuando escuché hablar a la doncella asustada acaba de terminar de cenar -respondió formal-. ¿Qué fue lo que le dijiste a mi tía?




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