La Maldicion de la Bruja Roja

Capitulo 53: Estrategia

Por unos minutos todo se volvió oscuro, no era capaz de decir alguna palabra solo contemplaba la cara de angustia de Luka al verla de tal forma, Matteo se quedó perplejo, la bruja parecía no querer irse, pero se obligó a marcharse corriendo del bosque. Eso fue lo que hizo que reaccionará Jayde, se obligó a levantarse de los brazos de Luka y rompió la punta de la flecha que la atravesaba, se sacó el resto de la flecha sin poder evitar gritar del dolor. Entonces observaron como la herida comenzaba a cerrarse por sí sola, la sangre dejaba de derramarse, necesitaba sacar la flecha para poder sanar. Se obligo a levantar su cuerpo del suelo, después se puso a correr tras ella.

- ¡Al piso! -les grito-. Si esa maldita me dio desde varios metros de distancia a ustedes también -los tres cayeron al suelo-. ¡Esa maldita! -exclamo furiosa-. Paso solo una semana y ya trataron otra vez de matarme.

- ¿A dónde vas? -preguntó preocupado.

- ¡Por ella!

Jayde desapareció de su vista y reapareció justo encima de la bruja aplastándola al caer, no había huido lejos, por lo que fue fácil seguirla. La volteó obligándola a verla directamente a los ojos, ella intentó forcejear para librarse de su agarre, Jayde sonrió orgullosa y junto con ella volvió a desaparecer. Al pasar varios minutos sin presencia de esta, Matteo se paró impaciente, tenía que detenerla antes de que la matará.

- ¡Estas loco! -exclamo Luka, desde el suelo-. Podrían matarte con una flecha.

-Jayde murió ¿no? -murmuro Scarlett confundida-. Es la primera vez que veo eso.

-Para mí la cuarta vez -dijo reconfortante, lo miro serio-. Debemos esperar a…

-No hay tiempo -le acorto-. ¿Sabes dónde están ahora?   

Luka sintió por medio del anillo que había movimientos en el lago, cerca de donde se encontraban ahora, le indico a Scarlett donde estaban y esta los llevo hacia ahí. Era un lago claro rodeado de unos árboles apenas floreciendo, el viento soplaba sobre sus cabellos, en el centro se encontraban Jayde tratando de ahogar a la bruja exigiéndole a gritos que le dijera la verdad.

- ¡Habla maldita sea! -exclamo Jayde, tomándola del cabello y volviendo a sumergir al agua-. ¿Quién de ustedes es?

La dejo por un minuto y luego la volvió a sacar, esta dio una fuerte bocada de aire, se volvió contra Jayde comenzando atacarla, se encontraban peleando en el agua, ahora esta le tocó el turno de ser ahogada por la otra, no contaba con que Jayde desaparecería de sus manos y reaparecería sobre ella volviéndola ahogar.

-La va a matar -murmuro Matteo angustiado-. Hay que impedirlo.

Estaba dispuesto a socorrerla cuando Luka lo tomo del codo impidiéndoselo, este lo miro molesto.

-Confía en ella -le aseguro-. No lo hará.

- ¡No tienes ni una pizca de empatía! -grito desesperada-. ¡Son unos niños! ¡Maldita sea! ¿Qué les han hecho? -Jayde la levantó para que la viera al rostro-. Hay madres que se están muriendo de dolor, no solo matarás a sus hijos ¡las matarás junto con ellos! -la miro furiosa-. Si tienes un poco de bondad en ese retorcido corazón me dirás quien está ocasionando todo esto -miro a Luka-. O tendré que matarlas las tres.

Escondida detrás de un roble apareció la bruja, alzo su manos en modo de paz, y comenzó a caminar lentamente hacia ellos. Al verla se sorprendieron, especialmente Jayde que juraría que la tenía en sus brazos, pero al volver su mirada hacia su mano observó que no sostenía a la bruja como creía, sino que era una rama de árbol la que estaba ahogando, era una ilusión.

-Así que es verdad -susurro anonadada-. Mis peores temores se han hecho realidad, no creí que llegarían tan lejos.

Jayde reapareció delante de ella confrontándola, no podía aclarar sus ideas debido a que no paraba de temblar, el agua estaba helada, el viento no le ayudaba nada. Se encontraba empapada desde su cabello hasta sus pies, la sangra corría en todo su vestido.

- ¿Quién eres?

-Mi nombre es Nirelle Cavaglieri -se presentó-. Deberán perdonar las molestias, pero tenía que identificar si eran amigos o enemigos, ser una bruja plateada es difícil en estos tiempos.

-No entiendo -se rindió Jayde, masajeando sus sientes-. Me siento tan cansada que ni siquiera puedo procesar la información.

Luka se acercó a ella, se quitó su abrigo marrón y lo poso sobre los hombros de esta, lo cual le agradeció sonriendo, se sentó cansada en una gran roca.

-Por donde empiezo -dijo pensativa-. Hace poco me entere en el pueblo de que unos niños habían caído enfermos, tenían los mismo síntomas de un embrujo, creí que podría ser otra bruja cualquiera, pero entonces descubrí que mis hermanas lo estaban orquestando todo para algo mayor, pero no se para que -su mirada reflejaba su inocencia-. Yo nunca he salido de la mansión menos al bosque, pero fue una vez que me sentí atraída por la ciudad que decidí salir a pesar de las ordenes de mis hermanas -sonrió frustrante-. Ahora sé porque siempre me quisieron aislada del resto, no sé cómo pararlas, sé que su corazón alberga odio, pero esto es demasiado.

- ¿No estás de acuerdo con ellas? -inquirió Scarlett.

-Yo solo tenía seis años cuando mamá fue quemada -respondió melancólica-. No la llegue a conocer, nunca tuve una figura materna, mis hermanas trataban de hacerlo, pero no era suficiente, jamás lo sería porque ella jamás podrían ser el remplazo de una madre. Tampoco era un ambiente saludable estar en un aquelarre de brujas neuróticas -sonrió triste-. Mis hermanas tenían once y nueve años cuando vieron morir a nuestra madre, ellas habían aprendido a amarlas, fue más duro su perdida y el odio que dejo en ellas fue todavía mayor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.