La Maldicion de la Bruja Roja

Capitulo 58: Manzana Podrida

Jayde se levantó aquella mañana temprano, volteó a su lado y se dio cuenta que Luka había desaparecido, no le parecía extraño, más bien le parecía lo más correcto recordando que casi estuvieron a punto de besarse si no fuera por este que lo evito. De solo verlo le daría vergüenza, trató de alejar esos pensamientos, tenía que estar más concentrada que los días anteriores. El sol estaba reluciente en el cielo claro, agarro un vestido azul marino hecho de terciopelo, de cuello alto con dos picos largos con bordado de flores blancas, las mangas eran largas y el puño era ceñido, se puso sus botas estando lista. Camino hacia la vuelta entrando sin pedir permiso en la habitación de Scarlett, esta seguía dormida, se acercó a ella observando que babeaba mientras duerme. Agarro una almohada y le pego sin delicadeza en la cara, un golpe basto para despertarla asustada, al ver a Jayde enfrente de ella se asustó pegando un grito de temor.

- ¿Tan malo es soñar conmigo?

-Eres peor que una pesadilla -murmuro somnolienta-. ¿Qué haces aquí? ¿Todavía es temprano?

-Apenas son las diez de la mañana… creo -dijo insegura-. No tengo idea.

- ¿Por qué estas levantada sin que yo te despierte?

-Tenemos que visitar algunas brujas -dijo seria-. Creo que nos pueden ayudar.

Scarlett se le quito el sueño, la miro incrédula como si estuviera loca.

- ¿Sabes que nos matarán apenas lleguemos? -inquirió seria-. Bueno a mí, tu ya estas muerta.

-Tranquila, no creo que suceda -dijo con desdén-. Tengo que darles algo a cambio.

- ¿Y eso que es?

-Un par de brujas fugitivas -dijo audaz-. ¿Recuerdas que Nirelle menciono que habían escapado del aquelarre? Seguramente su clan estará encantado con la idea de recuperarlas.

-No lo sé -dijo insegura-. Es jugar con fuego, podemos llegar a quemarnos.

-Vale la pena arriesgarnos -repuso con firmeza-. Con el clan plateado de nuestro lado no podrán vencernos.

- ¿Y si no aceptan? -inquirió Scarlett-. ¿Qué tal si nos rechazan?

-Entonces seguiremos por nuestra propia cuenta -contestó obvia.

-Digamos que acepto -dijo seria-. ¿Cómo piensas encontrar su aquelarre? Seguramente deben de estar protegidas por un campo antirrastreo, ni siquiera con el anillo de Diana podremos encontrarlas.

-No es necesario rastrearlas tontita sino pensar como ellas -le explico-. Hay que pensar en un lugar en la ciudad que este lejos de la gente donde no se atreverían a entrar, un lugar que sea propicio para la magia negra y que sea grande para albergar a todo un aquelarre.

Se pusieron pensativas, pero ningún lugar se les ocurría entonces pensaron en la persona que podría tener una idea: Matteo. Esta rápidamente se vistió mientras Jayde desvía la mirada hacia la pared dándole privacidad. Al voltear la vio con un vestido negro de cuello alto abotonado, con mangas acampanadas con holanes dejando descubiertos sus hombros y la falda era con capas. Salieron de la habitación hacia la de Matteo, tocaron la puerta varias veces hasta que se dignó abrirles, las miro somnoliento, sus ojos lucían cansados, traía baba seca en su boca.

- ¿Qué hacen aquí? -pregunto con sueño.

- ¿Tienes alguna idea donde pueda estar el clan plateado escondido? -inquirió Jayde-. ¿Alguna zona que este alejada del pueblo?  

-De hecho, la hay -dijo pensativo-. Hay una zona de bosques que está ubicado cerca del lago de Osiglia, existe una pequeña villa abandonada ubicada ahí, pero muchos lugareños afirman que está maldita y muchos evitan ese lugar. Se encuentra en el pueblo de Osiglia, no está lejos de aquí.

- ¿No era esa la ciudad natal de su madre? -preguntó Jayde-. ¿Cómo llegamos?

- ¿Para qué quieren ir ahí? -preguntó confundido, seguía estando medio dormido-. ¿Qué piensan buscar?

-Un aquelarre de brujas plateadas -respondió Scarlett.

- ¿Cómo saben que están ahí? -cuestiono-. Podrían estar en cualquier parte…

-Porque no hace falta tener mucho cerebro para poder deducirlo -interrumpió irritada-. Es obvio, las hermanas son de esta ciudad y escaparon de su propio aquelarre, entonces su aquelarre se encuentra cerca del pueblo, si son brujas plateadas deben de estar muy bien escondidas por lo que villas abandonadas, bosques, sería el mejor lugar para ocultarse.

-Tiene sentido para mí -dijo cansada-. Tendrán que pasar por el lago para pasar al otro extremo donde se encuentra esa villa -se puso pensativo-. Probablemente hagan media hora de ida, ¿piensa ir en caballo o carruaje? Puedo prestarles el mío

- ¿Por qué no podemos abrir un portal para llegar? -repuso apesadumbrada-. Odio los viajes en carruaje.

-Porque no conoces la zona ni donde podemos llegar -explico Scarlett-. Sin querer podríamos llegar a España o Portugal, por eso es importante abrir un portal si conoces el lugar.

-Bien, será el carruaje -aceptó Jayde-. No pasaríamos tan desapercibidas si ven a dos mujeres montando a caballo.

- ¿Piensas decirle a Luka? -preguntó curiosa.

-Para nada -respondió obvia-. Querrá venir con nosotras y será más una carga que ayuda, nosotras dos lo haremos bien.




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