Jayde la abrazo despidiéndose de ella, había sido un apoyo fundamental para ellos, sin ella no lo habría logrado. De las pocas terrenales que conocía Dilara era a quien más respetaba, incluso deseaba lograr ser igual de fuerte que ella, con una determinación y coraje inquebrantable. Dilara sonrió y le dio unas palmadas en la espalda reconfortándola. Se separaron lentamente, Jayde le sonrió agradecida al igual que Luka. Esta frunció el ceño mirándola sospechosa.
-Puedo deducir que pudiste salvar a los niños de lo contrario el pueblo estuviera en duelo -dijo asertiva-. Entonces no veo porque tienes esa cara larga.
-Siento que esto no ha terminado -dijo dudosa-. Orlena me dijo que su venganza ya estaba en marcha, los niños no eran su objetivo principal.
-La gente como ella puede mentir -trató de consolarla-. Estaba loca, no puedes confiar en su palabra -apretó su mejilla-. Salvaste a siete niños debes de estar orgullosa -aun así, sus palabras no la tranquilizaba dándose cuenta esta-. Mira si sucede cualquier cosa anormal en la ciudad te enviare un mensaje ¿de acuerdo?
-Las cartas son muy lentas -replico insegura-. Tal vez será mejor quedarme más tiempo para…
- ¿Crees que este bar es solo para humanos? -dijo entre risas, le guiño un ojo dejándola confundida-. Me va muy bien en este negocio, conozco ciertas personas que podrán comunicarse de inmediato contigo.
- ¿Atiendes a sobrenaturales? -susurro Jayde-. ¡Estas loca!
-Los guardianes nunca me han descubierto incluso hasta se unen -dijo segura-. Deberías estar marchándote.
-No fue tan mal haberte conocido -admitió-. Si necesitas cualquier cosa puedes buscarme en Turín.
Estos comenzaron a marcharse, detrás de ellos escucharon su voz
-Adiós niño lindo -dijo Dilara coqueta, se voltearon observándola-. Lástima que tengas que irte tan pronto.
Luka no dijo nada siguió su camino sintiendo sus mejillas enrojecer, Jayde se preguntó como un hombre podría ser tan tímido como él. Se subieron al carruaje poniendo en marcha hacia la mansión Cavaglieri, estaría abarrotada de brujas si es que todavía no se marchaban, Matteo y Jayde sabría lo que significaba, se miraron preocupados.
- ¿Por qué esas caras? -inquirió Amadeo-. ¿Tienen que luchar contra algo?
-Podría haber problemas -respondió Matteo serio-. Tal vez no quieran dejar a Nirelle salir del clan, ella huyo, pero no fue exiliada. Todavía tiene un deber que le puede exigir su clan.
-Si eso llegará a suceder tendríamos que prepararnos para luchar contra un aquelarre -mencionó Jayde-. No podemos dejar que se queden con Nirelle.
-Por cierto -recordó Matteo-. No sabía que eras el portador del anillo de Febo ¿Cómo supiste invocarlo?
-Oye si -concordó Luka extraño, había estado pensando sobre ese beso toda la noche que se le olvido por completo que Amadeo había sido capaz de invocar un arma mágica-. Nunca me mencionaste sobre ese anillo, me siento traicionado ¿Cómo pudiste guardar ese secreto?
- ¿Me habrías creído? -dijo escéptico, soltó un bufido-. Seguramente habrías creído que estaba drogado -meneo la cabeza asertivo-. Lo cual no habría sido tan falso, puede que una vez haya inhalado opio -Luka lo miro molesto-. Eh, pero no quieras cambiarme de tema, tú también me ocultaste muchas cosas -se puso pensativo-. Por ejemplo, tu anillo ¿Cuándo pensabas decirme?
Luka se quedó callado sabiendo que Amadeo tenía razón, este sonrió orgulloso por haberle ganado, mientras Jayde miraba todo con una sonrisa divertida. Una vez que llegaron al bosque Matteo le indico a su cochero que los esperara porque no tardarían. Se adentraron en lo profundo del bosque, ya que era mucho lo que debían de caminar se le ocurrió una idea a este.
- ¿Si nos vamos por parejas? -propuso-. Llegaremos más rápido que ir caminando ¿Qué tal si Luka y tú se van juntos? Mientras que Amadeo y yo nos vamos juntos.
Una parte de Jayde quería aceptar la idea, pero otra parte le decía que tenía que irse con Luka, la idea le parecía incomoda, tenía que decidir pronto porque los tres tenían atenta su mirada hacia ella. Amadeo aceptó rápidamente, tanto Luka como Jayde se vieron indecisos lo que empezó a levantar sospechas en Matteo.
-De acuerdo -accedió.
Matteo tomó de la manga a este y desaparecieron entre las sombras, Jayde y Luka se miraron incomodos, esta le tendió insignificante su mano esperando que la agarra, pero en cambio se negó.
-Necesitamos hablar sobre lo de anoche -le recalcó-. No podemos estar evitándonos, tarde o temprano nuestros amigos se darán cuenta.
- ¿Es necesario hacerlo ahora? -preguntó apresurada-. Necesitamos alcanzar a los demás…
-Jayde no fue mi intención haberte besado -interrumpió tajante, esta lo miro sorprendida-. No sé qué sucedió en ese momento, me disculpo por mi actitud inapropiada, seguramente debes de estar incomoda o enojada -le hizo una reverencia-. No te culpo, fue algo indecente -bajo su mirada avergonzado-. No soy capaz de verte a la cara de lo avergonzado que me siento.
-Está bien Luka -lo tranquilizo-. Se lo que mi belleza puede hacerle a los simples mortales como tu -este rio-. ¿Qué te puedo decir? Mi belleza es mi bendición y mi maldición. No te culpo por besarse ¿Quién no quisiera besarme? -este levantó su mirada tranquilo-. Estamos bien ¿de acuerdo?