El diario de Tomás revelaba una historia aterradora. La secta había llegado a la isla en 1945, buscando un lugar para realizar sus rituales oscuros. Su líder, Malcolm, había estado buscando una forma de invocar a la entidad antigua, un ser que había sido olvidado por la humanidad.
La secta había comenzado a construir un templo en la isla, un lugar donde podrían realizar sus rituales. Pero la construcción había sido interrumpida por la desaparición de varios miembros. La secta había estado experimentando con rituales cada vez más oscuros, y la entidad había comenzado a manifestarse.
El grupo se sintió aterrorizado al leer sobre los rituales. La secta había estado sacrificando animales, y luego, seres humanos. La entidad había comenzado a alimentarse de sus almas, y la isla había sido consumida por una energía oscura.
Sofía se dio cuenta de que el diario era la clave para entender la maldición. La entidad había sido invocada por la secta, y ahora estaba atrapada en la isla. El grupo decidió buscar el templo, esperando encontrar respuestas.
La niebla se hizo más espesa, y el grupo se perdió en la isla. La entidad los acechaba, y ellos sabían que estaban en peligro. De repente, escucharon un ruido detrás de ellos. Se dieron la vuelta, y vieron una figura en la distancia.
La figura se acercó, y el grupo vio que era un hombre. Estaba pálido, y sus ojos estaban vacíos. "¿Quién eres?", preguntó Sofía. El hombre no respondió. Solo se acercó más, hasta que el grupo pudo ver su rostro.
Era Tomás, el dueño del diario. Estaba muerto, pero su cuerpo había sido animado por la entidad. El grupo se sintió aterrorizado, sabiendo que estaban cara a cara con la muerte.