La MaldiciÓn De La Luna Escarlata

CAPÍTULO 12 UNA RED DE MENTIRAS

Te regalo este poderoso y hermoso don,

Si tus ojos están apagados con mi sangre los sanaré,

Y este elixir que del cielo robé,

En tus manos  pondré.

 

P. F. CANYUL

 

 

Estuve dormida por más de 14 horas.

Lo más triste de todo esto era que mi padre no había notado mi ausencia.

Me sentía mejor después de dormir tanto con todo esto había bajado la guardia y abrí mis ojos sin tener cuidado.

Estaba sola en mi habitación, me senté y note que no me dolía nada rápidamente tome el espejo de mi mesita de noche y me sorprendió ver que no tenía ni un moretón, mi cara estaba limpia y sin un signo de violencia mi cabello había sido emparejado hasta los hombros, todas las magulladuras habían desaparecido.

De pronto una cálida respiración me hizo ponerme en alerta, levante la manta y en mis muslos descansaba el pequeño cachorro, sus ojos estaban cerrados al moverme parpadeo lentamente y se acomodó más cerca.

—   Te dije que no podías subir. — dije a regañadientes.

Me debatía entre tomarlo en brazos y bajarlo o solo patearlo al suelo, su proximidad me hacía sentir un poco incómoda, de pronto me di cuenta de algo, la chispa habitual no estaba.

Las últimas veces que lo toque había sentido una corriente recorriendo mi cuerpo ahora no estaba ahí.

—   Kelpie no puede dejar a la humana, mi amo dijo “kelpie no dejes que se lastime”. — me dijo mientras se acurrucaba más cerca.

—   ¿Qué dijiste? — mi voz había salido en un chillido bastante vergonzoso.

Esta era la primera vez que me hablaba y su respuesta me había sorprendido, salte de la cama tirándolo al piso en el proceso.

—   Oye yo te estoy cuidando y así me lo agradeces. ¿porque me lastimas? — me dijo con un poco de resentimiento en su voz.

Sus ojos se dirigieron a mí y pude notar que el color era oscuro no era el lapislázuli que estaba acostumbrada a ver, no lo había pensado hasta este momento ¿acaso sus ojos no habían estado cambiando de color en los días anteriores?

—   ¿Me estás hablando? — de pronto vi temor en sus ojos.

—   Estás soñando yo no hablo. — dijo mientras se volvía a subir a mi cama y se acomodaba para dormir.

—   Mi amo se enojará conmigo, todo es culpa de esta humana que no me deja cuidarla. — murmuraba muy bajito. Aun así, yo escuchaba lo que decía.

—   ¿Puedes hablar? y por qué no lo habías hecho antes. — le dije un poco más tranquila.

—   Se supone que no debes asustarte o mi amo se enojara conmigo y kelpie odia que su amo se enoje. — me dijo mientras me observaba fijamente.

—   ¿Quién es tu amo? ¿por qué no quiere que me asustes? —

—   Kelpie no puede decirlo. — me respondió desviando su mirada a la puerta.

Toc Toc

Unos golpes en la puerta me hicieron voltear.

—   Yulianne no vas a ir al colegio, el director me habló y me dijo que necesitaba presentarme contigo. — mi padre sonaba molesto.

O Dios el director es el padre de Alfonso.

¿Esto significa que estoy en problemas?

Nunca habían llamado a mi padre para ir a las juntas del colegio, pero ahora lo llamaban.

¡¿Qué era lo que iba a hacer, todos los recuerdos del día anterior vinieron a mi cabeza?!

¡¡¡¿Cómo iba a explicar lo que había pasado?!!!

Abrí lentamente la puerta, los ojos de mi padre estaban inexpresivos hasta que vio mis hombros y frunció el ceño.

—   Tú cabello pensé que te gustaba tenerlo largo. — expresó mi padre mientras me miraba fijamente.

—   Yo…— me sentía avergonzada por ser tan débil.

Sentí calidez en mis mejillas mientras mis lágrimas se desbordaron.

—   Yo quería cambiar mi look. — Dije con la voz ahogada.

Mi padre se acercó y me abrazó fuertemente, pude ver todos sus recuerdos y pensamientos, todos eran sobre mí y mi madre, él se sentía culpable por los años que habían pasado.

Pero sus pensamientos estaban llenos de temores por los accidentes ocurridos, aun así, el amor hacia mi estaba ahí. Mi padre me amaba a pesar de no demostrarlo.

—   ¿Qué fue lo que pasó? — susurro acariciando mi cabeza.

—   No pasó nada. — dije abrazándolo más fuerte, habían pasado años desde que mi padre me abrazaba y se mostraba preocupado por mí. Me podían culpar de ser codiciosa, pero quería que este momento nunca se acabara.

—   No me mientas el director de la escuela me llamó, dijo que atacaste a unos alumnos con una navaja.

Espera que.

¿Qué fue lo que dijo? me aleje inmediatamente y lo mire a los ojos.

—   Padre yo nunca haría eso. — contesté

—   Lo sé, pero al parecer el director no está convencido, me dijo que atacaste a cinco estudiantes y heriste a tres con una navaja, que necesito presentarme contigo porque serás expulsada si no te presentas con un buen abogado.

Estaba en shock y de pronto me sentí muy frustrada, ¿porque de ser la víctima pase a ser el victimario?.

—   Necesitamos arreglar esto, cámbiate te esperare en el auto. — me dijo mi padre mientras se daba la vuelta, su semblante frío había vuelto.

Quería gritar todo esto era tan injusto, me di la vuelta y miré a Alin viéndome curioso, o su nombre era Kelpie había escuchado que se refería a ese nombre para sí mismo.

Ya no sabía cómo llamarlo.

—   Bueno al parecer seré expulsada por algo que no hice. —  dije mientras me dirigía al closet y sacaba un conjunto.

Ya eran más de las 10 de la mañana, había perdido mis primeras clases y ahora me dirigía a un futuro incierto.

Me metí al baño a lavarme un poco la cara, miré mi reflejo y mi cabello estaba bien recortado, al parecer alguien había arreglado el desastre en el que se encontraba.




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