Morgan
Decidí enfocarme en mis clases con mi tía más de lo normal (que era poco), después de casi ser asesinada por una criatura de más de trescientos años. Debía de conocer la mejor manera en la que podía utilizar mi magia. Se que la mía era la más complicada de todas al no haber nacido en territorio lunar. La luna había aceptado mi destino en el aquelarre pocos meses después de llegar.
De hecho, no conocía mi lugar de nacimiento exacto. Todo lo que sabía es que mamá era una bruja elemental y su poder era el agua, que mis primeros recuerdos de vida son movernos de un lado a otro con mi madre, hasta que ella murió y fui adoptada por el aquelarre más cercano.
Las brujas lunares.
No conocía nada más. Mi padre jamás estuvo en mi vida y mamá tampoco me hablo del durante nuestros años juntas. Supongo que fue un simple humano, que no sería el primero ni el último en concebir con otra bruja que después desaparecería.
—Creo que la escena con el vampiro de hace unas noches te impacto, Morgan—dijo mi tía observando como realizaba una opción con una joya lunar.
—Si, el vampiro—sonreí para ocultar la mentira detrás de mis decisiones de practicar el hechizo.
—Te servirá para ocultarte, no te dará invisibilidad, pero si engañara los ojos y oídos de la otra persona—me explico entregándome el hechizo—Inténtalo.
—Velum nocturnum—dije en voz alta y espere unos segundos hasta que un humo púrpura impregno el ambiente—Perfecto.
—Bien hecho, Morgan—dijo con una sonrisa satisfecha—Sigue así y estarás preparada para la ceremonia del grimorio la próxima semana.
—Si…Espera ¿La próxima semana? Creí que sería en seis meses.
La ceremonia del grimorio se llevaba a cabo en todos los aquelarres. Es un acto de vinculo mágico y espiritual, donde las brujas creamos nuestro grimorio y despertamos toda nuestra magia.
—Lo era, pero después de lo que paso hace unos días el consejo y yo pensamos que es mejor tener más bruja preparadas en el aquelarre. Que dejen de ser estudiantes y pasen a crear su propia magia. Por supuesto estarás en ella con tres chicas más.
—Pero, aún no he cumplido los veinte.
—Lo harás en un mes y no existe problema alguno—sonrió y palmo mi mejilla—Incluso le pedí a nuestra costurera que cree un nuevo vestido para ti. Sera una noche especial—dijo antes de salir de casa.
Observe la piedra que brillaba en mis manos y maldecí internamente. No podía ser el único hechizo que supiera hacer a la perfección.
La ceremonia del grimorio no había sido una broma de mi tía. Lo supe desde que vi a Farren, Calia y Adira practicando con su magia a tan solo unos metros del claro de las tres piedras, donde sería la ceremonia como en años anteriores.
—Morgan—Farren, la más alta de todas se acercó a mí con una sonrisa, que no era amigable y que había aprendido a distinguirla después de muchos años—Escuche que te unirás a nosotras en la ceremonia.
—Es correcto—le dije sosteniendo la bolsa que siempre cargaba para ir al lago.
—La verdad es que nos sorprendió escucharlo.
— ¿Ah sí? ¿Por qué?
—Porque eres una fracasada en la magia, Morgan—rio mientras yo sentía como una ráfaga de enojo me consumía—Todas lo sabemos desde hace tiempo. Haznos un favor y retírate de la ceremonia antes de que hagas todo mal y arruines nuestra noche—sus amigas asintieron mirándome con desprecio.
—No te preocupes, mi hechizo será perfecto—el sonreí mientras me daba la vuelta y caminaba con la cabeza en alto lejos de ellas.
***
—La verdad es que no sé qué voy a hacer—le dije a Cailyn que me observaba con una sonrisa— ¡No te burles!
—No me estoy burlando—se defendió rápidamente—Bueno, debes tener al menos una pista del hechizo que puedes hacer.
—No hacer piedras de protección es seguro—admití dejándome caer sobre el prado.
—Eso ya es un avance—me dijo leyendo de su grimorio— ¿Qué tal si aprovechas la luz lunar y haces un hechizo?
—No es mala ideas, pero todas hacen eso—murmure jugando con magia que salía de mis manos—No debería ser tan complicado.
— ¿Qué cosa? —dijo observándome.
—Todo esto. Y es que, soy una bruja igual que tú, que mi tía y todas ellas. Parecen crear todo con mucha facilidad demostrando que lo llevan en la sangre, mientras yo solo logro proyectar en piedras que ya son poderosas—mi mejor amiga me miro con pesar— ¿Tú crees que la magia puede cambiar?
— ¿Cambiar cómo?
—Como si no fuera una cosa estática. Como si creciera…contigo.
Mi mejor amiga suspiro. Sus ojos verdes brillaban y su cabello naranja se movía por el viento.
—La magia cambia, Morgan. Pero no se inventa. Solo despierta lo que está en nuestra sangre, en nuestro linaje.
—El linaje—murmuré—Estaría bien saber cuál es, ni siquiera se donde nací.
—Tal vez si lo descubrieras te ayudaría a conectar con lo que está dentro de ti—dijo antes de levantarse y sacudir su vestido—Iré al pueblo ¿Quieres venir conmigo? —negué, otro día hubiera aceptado con rapidez, pero quería enfocarme en el hechizo—Esta bien, pero ten cuidado.