La maldición de la sangre

Capítulo 5: El gato de humo

Morgan

Observe el collar que brillaba en mis manos. Pese a que la luz de la luna era la única que inundaba mi habitación, la piedra negra parecía brillar con luz propia. No debía de tener la mejor experticia en magia, pero podía sentir un poder antiguo en mis manos cuando lo tenía.

Era imposible, pero sentía que mientras más miraba el collar, más recordaba esos ojos de color rojo mirándome con diversión, y una sonrisa que fue creada para ocasionar miedo, en cambio no sentía nada de temor.

Kai.

Su voz se repetía en mi mente. Era como un hechizo creado para… ¿Atormentarme? No, no podía ser.

No dormí durante la noche y esperé a que amaneciera para ir en busca de Cailyn. Guardé el collar en el bolsillo de mi vestido y salí de casa. Nadie estaba por allí a esa hora, así que no tuve que recibir miradas ni susurros gracias a la decisión de incluirme en el rito del grimorio. Camine hasta una de las casas y con cuidado de no pisar ninguna flor de su jardín toque la puerta de mi mejor amiga un par de veces hasta que abrió casi dormida.

—Son las cinco de la mañana—me dijo mientras se movía a un lado para dejarme entrar. Cerro detrás de ella y como si supiera que algo había pasado chasqueo los dedos y una tetera empezó a calentarse en la cocina— ¿Qué tienes?

—Anoche lo vi de nuevo.

Tardo unos segundos en comprender y cuando por fin lo hizo me miro con sorpresa pasando una mirada de arriba abajo.

—Estoy bien, no estoy herida—le asegure buscando el collar en mi bolsillo—Me dio esto.

Cailyn camino hasta mí y tomo el collar inspeccionándolo por cada ángulo.

—Dijo que, si decía su nombre y tomaba el collar, el vendría—le explique yendo por la tetera y sirviendo dos tazas humeantes de té.

—Te dejo una noche y haces un trato con un vampiro—dijo tomando la taza de mi mano y dejando el collar en su mesa.

—No hice ningún trato—dije rápidamente—Solo hablamos un poco—ella alzo una ceja y se fijó en el colgante que reposaba allí.

Después se dirigió hacia sus libros apilados en una esquina y busco por unos segundos hasta que encontró el que deseaba. Lo abrió y empezó a ojear las páginas buscando algo, un minuto después dejo el libro abierto junto a la joya.

Era exactamente la misma. Me incline a leer lo que decía en letra cursiva.

Composición:

Obsidiana de cráter, piedra que absorbe la luz y la transforma en silencio. Cuarzo ahumado encantado, suspendido mediante hilos de plata rúnica. Cadena de cabello trenzado y sombra tejida, solo visible a la vista mágica. Sellado con una gota de sangre del creador y del portador original.

Usos conocidos:

Al ser sostenido con intención y emoción clara (miedo, amor, peligro), el collar envía un llamado silencioso a su dueño original. La conexión es indetectable por la mayoría de protecciones mágicas convencionales. Solo responde al vínculo de sangre, sombra o magia emocional entre ambos seres. Puede traspasar barreras físicas, sueños y reinos menores si el lazo es lo suficientemente fuerte.

Activación: Toma el collar con ambas manos. Cierra los ojos y piensa con fuerza en el ser vinculado. Si hay una conexión real, el cuarzo emitirá un parpadeo tenue. A partir de ese momento, el llamado está hecho. No puede deshacerse.

Advertencias: El collar no distingue entre llamada consciente o emocional. Puede activarse en sueños, durante crisis mágicas o en momentos de extrema vulnerabilidad. En manos enemigas, el portador queda rastreable si intenta usarlo. No usar como herramienta de manipulación. La magia de sombra es sensible a la traición.

—No es la primera vez que leo sobre el collar—me dijo mi mejor amiga sentándose—Es muy difícil de realizar. Y se descubrieron poco antes de que iniciara la guerra entre brujas y vampiros—explico— ¿Por qué te daría esto?

—Él dice que puede ayudarme a encontrar respuestas—tome el collar y pase un dedo por su piedra—Que, si algún día estaba lista para escucharlas, solo debía utilizarlos.

— ¿Lo harás?

— ¿No me dirás nada sobre mi conversación con un vampiro?

— ¿Prefieres que te juzgué? —me encogí de hombros—Sabes que no soy cazadora, no soy fanática de ellos, pero siempre estoy de tu lado.

Le sonreí. Aún podía recordar cuando conocí a Cailyn. Habían pasado solo dos años desde mi llegada aquelarre y la soledad era mi mejor aliado. Las niñas eran crueles y parecían huir de mi cada vez que me veían. Estaba dispuesta a escaparme una noche después de un muy mal día. Empaque mis cosas y cuando iba a embarcarme en mi viaje, una bruja traía en brazos a una chica herida con cabello rojizo.

Observe desde la ventana de mi habitación como trataban de despertarla con magia. La niña despertó y miro a todas con miedo cuando se fijó en las mujeres a su alrededor. Tal vez sin provocarlo atrajo ramas alrededor de ellas que se movieron con miedo.

— ¡Tranquila, no te haremos daño! —le dijo mi tía mientras se cubría de las ramas—Solo vamos a ayudarte.

—Estoy bien—se apresuró a decir mientras se levantaba y limpiaba su vestido, tal vez era un poco mayor que yo—Me llamo Cailyn.



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En el texto hay: fantasia, romance, romantasy

Editado: 16.12.2025

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