La Maldición de las Cortes (the Courts #1)

CAPITULO 30. El canto.

Cuenta la historia cantada en las hogueras que se celebraron en el siguiente cambio de cetro sobre la vida de la princesa Aglae quien había nacido como hermana menor de la princesa Summer, cuenta el canto sobre como ambas habían sido concebidas bajo el árbol de Hojas Ámbar y sobre como la princesa Aglae había conocido al príncipe Rae de la Corte de Invierno en una visita a la Corte de Verano.

Dice el canto con emoción como el amor del príncipe Rae le había llevado a rechazar a las demás damas pero entonces la princesa Aglae murió y se realizó un milagro en la despedida a sus padres señalando así tambien su despedida.

Entonces no es el canto de una princesa y un príncipe sino el canto del milagro de aquel guardapelo desaparecido y de cómo el príncipe que amo, nunca más volverá a hacerlo.

Las pequeñas damas en la corte escuchaban fascinas la historia de amor y con secreto en sus corazones guardaban la esperanza de que el guardapelo desaparecido significase algo importante cosa que intrigaba y por lo que no eran las únicas en escuchar.

La princesa Summer las observo con tristeza marcada en sus facciones recordando a su hermana mayor, una a la que había alejado porque Aglae le recordaba la realidad del peso que llevaba en sus hombros pero aun así la amaba y no podía decidir qué hacer con esos sentimientos.

Ya no quería oír más y se levantó frustrada rumbo a su jefe de la guardia real de las espadas rojas.

Él se quedó observándola en silencio, dudando si abrazarla para reconfortarla o si mantenerse al margen, como siempre.

Ella no espero nada de él pero fue a hablar a su lado de todas maneras.

– ¿Crees que este bien? – pregunto Summer indecisa.

– Lo está. Aglae siempre ha encontrado el camino a la felicidad.

– ¿Tú crees que era feliz aquí? – pregunto de nuevo ella abrazándose a sí misma.

– Siempre fue feliz a donde fue.

– No lo creo – hablo ella y él trato de dar un paso más cerca sin embargo dudo de nuevo, y se quedó en su lugar, observando la espalda de la delicada y poderosa reina de Verano.

– Yo confió en ello. ¿Sabes que dice la historia sobre Aglae? – sonrió y Summer negó con la cabeza girándose a observarlo indecisa por si escuchar o no – dice que la princesa se convirtió en guardapelo y entonces ella espero por el príncipe de Invierno, espero hasta que él la reconoció y volvió a ser ella para así amar al príncipe de nuevo.

– Aglae no estaba enamorada del príncipe Rae – hablo Summer pero él rio.

– No lo sabemos, así como no sabemos qué historia se escribirá pero puede que tengan razón.

– Reina Summer, estamos listos para ir rumbo a las tierras del Lord Áaron – hablo un guardia y Bastián se tensó con oír aquel nombre.

– Bien, ¿están preparados los regalos de boda? – pregunto Summer y el guardia asintió fielmente.

– Todo está listo mi señora – y observo a Bastián tragando en seco – felicidades por su compromiso, reina Summer.

Al otro lado del mundo unido por un bosque lleno de magia que conectaba todas las cortes, estaba la tierra de invierno, lugar en el cual se entonaban canticos iguales.

La historia comienza con el aparecimiento de una pobre humana que sumaba la desgracia en ella pero sobrevivió gracias a la bondad del príncipe Kyle quien con esfuerzo había dejado que el príncipe Rae fuera por ella.

Este canto no es de amor sino de aventuras sobre como aquella humana se había enfrentado a la guerra, a los reyes de Invierno, a su humanidad y había salido con vida, casi victoriosa.

El canto narraba sus hazañas como si los narradores también lo hubiesen vivido y siempre terminaba igual. La humana había vivido y desparecido por el mismo bosque por el que había llegado.

El canto era cierto porque Rae la había llevado en brazos recorriendo el lugar por donde la había llevado a palacio en un inicio y entonces, entre el abismo que separaba la corte de Invierno y la de Verano, él la dejo en la nieve y se encargó de abrir una puerta para que Levitán ingresase con ella, de vuelta a un mundo que él creía conocer pero no lo hacía.

Kyle había escuchado tantas veces aquel canto encantado por como lo narraban y más de una vez había invitado a Rae a oírla con él, pero él se negaba siempre y no hablaba de Lae desde que se había marchado, caminando siempre con aquel ceño fruncido.

Kyle había sonreído un día de esos cuando el príncipe Kalay, nuevo mejor amigo del príncipe Kyle había llegado a palacio y Rae los había encontrado a ambos compartiendo un vaso de vino de uvas de Siembra.

Ellos habían estado hablando de Lae solo porque ambos insistían en adivinar como estaría viviendo y porque la extrañaban de igual manera, porque ambos la amaban y porque temían olvidarla.

– ¿Por qué siguen hablando de ella? – había preguntado molesto, levantando ligeramente la voz.

– Porque la extrañamos – había respondido su hermano con la misma molestia que Rae.




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