La Maldición Del Anillo.

Capítulo 3. En el pasado, (Parte uno).

Isaac intentó ir detrás de Stiles pero Scott lo detuvo agarrándole fuertemente del brazo.

- Scott déjame ir - sentenció enojado el de rulos.

- Isaac, si vas detrás de Stiles me temo que tendrás que abandonar la manada - espetó Scott mirándolo retadora mente.

- Prefiero dejar esta manada de mierda a que seguir en ella - acotó Isaac saltándose del agarre del alfa verdadero para ir detrás de su verdadero amo.

Corrió hacia la cancha de lacrosse y sin bajar de velocidad se adentró al bosque para buscar a su amigo, sabía perfectamente que cuando Stiles se encontraba enojado, triste o tan solo para pasar un tiempo a solas consigo mismo, el chico siempre iba al bosque, se detuvo unos momentos después de correr por unos minutos para poder olfatear al aire buscando el aroma del castaño. Se preocupó por unos instantes al no percibir  nada pero luego de unos segundos logró captar un ligero aroma perteneciente de dicho chico que estaba buscando, sin perder más tiempo, Isaac retomó su recorrido hacia donde provenía del aroma.

Se detuvo cuando llegó al lugar en donde el aroma era más fuerte, miró a su alrededor pero no vio a nadie, al bajar la mirada se sorprendió pues estaba justo frente al nemeton, esta vez más que preocupado comenzó a llamar a Stiles repetidas veces mientras recorría a pasos rápidos el lugar pero sin alejarse mucho del nemeton, al no encontrar a nadie por los alrededores volvió al nemeton llevándose las manos a la cabeza, el aroma de Stiles se iba perdiendo poco a poco y eso le preocupó más.

- ¿Stiles, dónde estás? - preguntó al aire esperando una respuesta que jamás llegó.

De repente un destello de luz púrpura que provenía del tronco lo cegó por lo que se vio obligado a cubrirse los ojos con el antebrazo, cuando el destello de luz se extinguió se descubrió los ojos y antes de que pudiese preguntarse sobre el extraño acontecimiento vio a Stiles acostado sobre el nemeton, inconsciente. Preocupado y dejando las preguntas a segundo plano sobre como el chico había aparecido ahí corrió a socorrer lo.

- Stiles... Stiles, reacciona - le hablo al mismo tiempo que le daba leves palmadas en sus mejillas pero el chico no reaccionó, esta vez temiendo por la vida del castaño, ya que se percató de que los latidos del castaño eran muy débiles, se apresuró a cargarlo entre sus brazos y corrió en dirección a la carretera, al llegar pudo divisar como una patrulla se iba acercando - gracias a Dios - susurró el beta y sin pensarlo mucho caminó hasta pararse al centro de la carretera esperando que el sujeto que venía en el vehículo se detuviera.

El pobre hombre que venía conduciendo, al ver al rubio en medio de la carretera se detuvo de golpe a tan solo unos centímetros del chico golpeándose fuertemente la frente con el claxon. Con el corazón a mil por hora, el sujeto alzó la mirada para ver al chico parado frente a la patrulla sin inmutarse ni un poco, cosa que no duró mucho pues el joven rodeó la patrulla para abrir la puerta trasera del vehículo sin pedir siquiera permiso.

- Por favor, llévame con el veterinario Alan Deaton - pidió ante la mirada confundida del hombre quien volteó a mirarlo una vez se había acomodado con Stiles sobre su regazo.

- ¿Disculpa? - preguntó indignado el hombre.

- Disculpado, ahora andando - ordenó Isaac viendo como el sujeto lo miraba incrédulo - no hay tiempo que perder, llévame de inmediato - ante la mirada del hombre, Isaac acarició la mejilla de Stiles que se encontraba pálida.

- ¿El chico se encuentra bien? - preguntó el agente de policía volteando hacia el frente para poner en marcha la patrulla.

- No - negó Isaac percatándose que cada vez más los latidos de Stiles se volvían más lentos.

- ¡¿Que?! Entonces deberíamos llevarlo al hospital - aseveró el sujeto mostrándose preocupado.

- Usted solo llévame con el veterinario, agente Parrish - espetó el de rulos mirando al hombre por el espejo retrovisor.

El agente Parrish rodó los ojos pero igualmente condujo hasta dicho lugar con Isaac indicando le que dirección tomar, al llegar, ni bien se detuvo el chico se bajó con Stiles en brazos y corrió al interior de la clínica abriendo la puerta de una patada.

- Maleducado - susurró para si mismo el hombre, mirando por unos segundos la puerta de la veterinaria debatiéndose si ir o no, al final decidió volver a su trabajo.

Deaton, quien estaba leyendo un libro sobre la camilla donde atendía a los animales, se sobresaltó cuando la puerta fue abruptamente abierta.

- Deaton tienes que revisarlo - fue lo primero que escuchó de Isaac cuando vio al chico con Stiles en su brazos.

- ¿Que le ha sucedido? - cuestionó el moreno quitando el libro de la camilla para que Isaac pudiese acostar al castaño.

- No lo sé, bueno algo pasó en el instituto y Stiles fue al bosque, lo busqué y lo encontré inconsciente sobre el nemeton - respondió con una verdad a medias, no tenía tiempo para contarle todo lo acontecido a detalle - su respiración se a vuelto lenta y su corazón palpita demasiado lento igual.

Deaton al escucharlo se acercó al chico para examinarlo, pero cuando tomó la mano derecha de Stiles para tomarle el pulso se percató del extraño accesorio que adornaba la mano del chico.

- Isaac, ¿Que es esto? - preguntó el hombre, nunca había visto ese extraño anillo en su vida.

- ¿Que cosa? - el rubio se acercó al hombre para ver lo que había visto, cuando vio el anillo-pulsera en el dedo y muñeca de Stiles, abrió los ojos incrédulo, reconoció en ese mismo instante el anillo, el mismo que había llevado a la tragedia a su amo, ¿Como había llegado ese accesorio a Stiles? Ahora podía comprender un poco la situación.

El anillo de plata en forma de dos serpiente rodeaban el dedo medio del chico, pero lo que más sobresalía era el diamante blanco que era abrazado por las dos serpientes, se quedó analizando los ojos de las pequeñas serpientes viendo que uno de esas serpientes tenía los ojos rojos, extrañado ante eso frunció el ceño, si mal no recordaba, los ojos de ambas serpientes deberían de ser púrpuras, subió su mirada por la cadenita que conectaba el anillo a la pulsera viendo la forma de una serpiente también, rodeando la muñeca de Stiles con delicadeza, sus vistas sobre cayeron sobre los ojos de la serpiente y notó que una de ellas tenía los ojos rojos también.




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