- ¡Lo siento mucho!
Se había disculpado el chico, pero cuando sus ojos vieron el rostro del joven al que le había tirado su almuerzo encima, se quedó por completo congelado, sus ojos se abrieron a lo máximo que casi parecía salirse de sus cuencas. Los fríos ojos dorados le devolvían la mirada, unos ojos que en antaño había sido honrado de ver y admirar.
- Padre - musitó entre tartamudeo, el castaño no despegaba su vista de él, asimismo podía sentir los cientos de ojos sobre ellos, todos habían aguardado en silencio esperando lo que acontecerá a continuación, cuando el chico de cabellera negra se dio cuenta de lo que había soltado, se puso más nervioso, era obvio que reconocería donde sea que estuviese, a su padre, aún si este se viese más joven, sin importar cuánto tiempo haya pasado - disculpa, lo he confundido con alguien más - prosiguió a decir de manera rápida, el pelinegro pensaba que el mayor no sabía o recordaba nada del pasado.
- Jared - nombró Isaac al pelinegro, obteniendo como respuesta una mirada sorpresiva.
- Señor Adair - soltó Jared mirando al mencionado sin salir de su sorpresa.
- Ha pasado tiempo - dijo con una sonrisa el de rulos, después de salir de su propio asombro al volver a ver al hijo del príncipe.
- ¿Como..?
- Lo sabemos todo - comenzó a explicar Isaac, cuando notó la confusión del pelinegro.
- Entonces... - dirigió la mirada al castaño quien en todo momento había estado atento a la interacción de los dos chicos - Pa-padre, ¿Usted también lo recuerda todo? - Stiles asintió levemente - Yo... Siento mucho haber soltado mi almuerzo encima de usted - hasta entonces, Stiles se había olvidado de ese detalle, solo recordándolo cuando el contrario lo mencionó.
- Tranquilo, tu padre no te haré nada más que castigarte enrrollandote con el látigo durante toda la noche - sentenció Isaac serio asustando de sobremanera a Jared, en su vida pasada cuando era tan solo un niño, recuerda que su padre gustaba en enrollarlo con el látigo mientras el guardián espiritual del mismo lo custodiaba para que no intentase soltarse. Aunque claramente su padre y madre lo hacían por castigo cuando él solía meterse en problemas con los demás niños del pequeño pueblo. El castigo solo duraba menos de una hora, pues ambos padres terminaban sintiendo lástima y perdonaban a su pequeño pantera.
Después de que Isaac terminara riéndose a carcajada suelta supo que solo estaba tomándole el pelo.
Todos los que estaban en la cafetería miraban la escena confundidos, no entendían nada, más aún, algunos ni siquiera llegaron a escuchar de que estaban hablando los tres chicos. La manada desde su mesa estaban atentos a cada palabra dicha de Isaac, Stiles y el que ahora era conocido como Jared. A excepción de Lydia y Allison. La manada no comprendían por qué ese chico se refería a Stiles como; Padre, ¿De que se habían perdido? ¿Acaso Stiles tuvo a su primer hijo a los dos años? Por qué claramente el chico parecía tener apenas quince años y Stiles había cumplido los 17 hace menos de tres meses atrás.
- Eso no fue nada gracioso - especuló Jared.
- ¿Tu madre..?- Jared volvió su atención a su padre.
- Creo que este lugar no es el mejor para hablar sobre esos temas, ¿Por qué mejor no vamos a un lugar más tranquilo para hablar? - sugirió Isaac notando como todos a su alrededor parecían expectantes de lo que sucedía, además, la manada tenían los oídos en alerta escuchando todo.
- Ah... Si, creo que es lo mejor - aceptó Jared al darse cuenta de la presencia de la manada, desde el día anterior había descubierto a la manada de miembros variantes, él por su parte, no había sido descubierto por su gran habilidad de esconder su verdadero aroma.
- Bien, vamos entonces - aceptó el castaño y así los tres se dieron la vuelta abandonando la cafetería, dejando de paso, el desastre en el piso ocasionado por Jared.
Mientras iban a mitad del pasillo, y al no haber nadie alrededor, un destello azul cubrió el cuerpo de su alteza por unos segundos para posteriormente desaparecer dejando impecable la vestimenta blanca del castaño, como si nunca hubiese sido manchado, Jared y Isaac al ver aquello, por unos momentos temieron que alguien descubriera a Stiles, pero se aliviaron cuando nadie pasó por el pasillo.
Llegando al estacionamiento se dirigieron al Jeep, Isaac se apresuró en abrirle la puerta a Stiles, asimismo el castaño subió acomodándose en el asiento, dejando las mochilas en la parte trasera donde Jared también subió, Isaac tomó lugar en el asiento del conductor, sin más, Isaac puso en marcha el vehículo dejando atrás el instituto.
Mientras iban en camino, Isaac pudo darse cuenta del nerviosismo y la ansiedad que estaba viviendo el chico a su lado, supo de antemano la razón de aquel comportamiento en Stiles.
- Jared - llamó el castaño al chico, que en su vida pasada había sido su hijo y que para él aún seguía siéndolo, pues ese chico había sido el fruto del amor que se dedicaban él y Ciro, su amado Ciro.
- ¿Si padre?
- ¿Cuando recordaste tu pasado? - indagó mirando al frente con un rostro serio.
- Desde que tenía los cinco años comenzó a manifestarse mis recuerdos a través de sueños, a los diez me di cuenta que no eran solo sueños, siempre te veía en ellos y a mi madre también, recuerdo el día que intentaste cocinar para mi madre pero quemaste todo el contenido, ni siquiera la olla se salvó de las quemaduras - contó Jared reviviendo ese momento en su cabeza, en aquel entonces él tan solo tenía siete años, pero los recordaba perfectamente a pesar los años que habían pasado.
Isaac suprimió su risa al escuchar la anécdota y Stiles se sintió sumamente avergonzado, aún así no cambió para nada su expresión.
- ¿Donde has estado todo este tiempo? ¿Tus padres de esta vida te tratan bien? - preguntó Isaac al darse cuenta de las preguntas que el castaño quería hacerle a su hijo, pero no encontraba la manera de hacerlo, por lo que él decidió intervenir.
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Editado: 15.04.2021