El peso de Ally cayo como si su cuerpo se desplomara sin alma en la pequeña habitación que se le había entregado por parte de la empresa.
Se sentía un completo desastre.
Nada tenía sentido, a los chicos que había conocido no los reconocía...No eran los integrantes que ella conocía. No eran la misma persona en nada.
Tomo con pesadez aire cuando el sonido del timbre del departamento le hizo levantarse de un salto. Un yoongi adolescente se encontraba ahí con mirada de perdido y el uniforme de clases aun puesto.” Usted es la mánager... ¿cierto?”” dijo en un tono suave pero profundo.
Ally asintió con rapidez viendo como el pálido se adentraba expendiéndole un montón de composiciones en cuadernos escolares.” Todavía no estoy seguro de aceptar ser idol aquí. Pero quería mostrarle mis composiciones” dijo en un tono más suave, extrañamente cálido y cercano mientras él le entregaba una pila de cuadernos...El cálido color del atardecer se dejaba entrever por medio de las cortinas que dejaban ver el ocaso mientras ambos se mantenían acostados en la alfombra de la sala, Ally apoyada en el sofá y Yoongi con la cabeza en su regazo mientras el más pálido veía sus composiciones. Este, dedicándole una mirada felina enredo sus dedos en la nuca de la castaña plasmándole un beso a la vez que con su mano libre firmaba el contrato. Ally lo separo quedando sus miradas conectadas.” digamos que esto será nuestro contrato personal” ronroneo Yoongi mientras acomodaba su uniforme y se ponía de pie. “Adiós Manager, debo ir a clases” dijo sin el más mínimo ápice de sentimiento dejando en el olvido ese fugaz beso y la tarde de reunión entre ambos.
Ally ordenaba en silencio toda la ropa que ahora tenía mientras en su mente todo lo ocurrido daba vueltas sin cesar.
Sentia que iba a colapsar, había leído de tener un deja vu, pero jamás de viajar tantos años en el pasado (a uno en el cual ella aun ni existía realmente) y tener que hacer todo esto de unir a una banda y al parecer tener encuentros fugaces con los miembros de esta. ”me volví loca” murmuro recordando el suave tacto de los labios de yoongi sobre los de ella...la sensación de sus largos dedos enredados en su cabello...la volvía loca.
Esto no podía ser posible.
Ally se mantenía en su mesa de noche tomando una bebida energética enorme mientras anotaba rápido en un cuaderno.
No podía dormir y necesitaba ver que haría de aquí en adelante siendo mánager de, lo que se supone, serian siete chicos...
El silencio de la noche era profundamente exquisito mientras las teclas siendo presionadas resonaban creando una curiosa sintonía, o así fue hasta que la puerta sonó.
Ally se levantó dejando ver en la puerta a ese estudiante excéntrico y apático...Namjoon estaba de vuelta, ahora ya con ropa de calle y el cabello revuelto.
Ya tenía dos, solo faltaban cinco... ¿Que tan difícil podría ser?