La manifestación del amor | Completa

18

Max

Mi hermano y Oliver no pararon de molestarme todo el regreso a casa. Su tema favorito: Joshua.

Desde que descubrieron qué Joshua era en realidad el tipo que los había regañado en un parque, pensé que lo odiarían, pero no. Alex estaba bastante seguro de que había algo más.

Los miré cansada.

—¿Cómo no lo reconociste? ¡Mis carteles tenían su foto!

—No presté mucha atención, solo vi que estaba bueno y ya.

Rodé mis ojos.

—¿Desde cuando tu enemigo jurado te invita a bailar, Max? —señaló Alex con una sonrisa lobuna.

—Su hermana quería actuar como cúpido. Al parecer pensó que haríamos buena pareja —puse mis ojos en blanco.

No era como si Josh se hubiera presentado como voluntario por que sí.

—A mí me pareció que fue obra suya —comentó Oliver.

—Eso es imposible —dije molesta.

—No te quitaba los ojos de encima, te puedo apostar mis dos mascotas favoritas a que ese tipo decidió acercarse genuinamente —dijo Alex.

—No. No lo entienden, Joshua odia este tipo de cosas. Solo lo hizo por obligación.

No quería admitir tampoco que fue un momento lindo. En especial cuando admitió qué había hecho un buen trabajo. Algo en mi pecho se alzó y me dejó helada. Joshua Lyle me había dado un cumplido y a mí me había gustado. O aquel abrazo que le di cuando me contó sobre sus padres, tan solo ver su expresión triste y desolada me hizo querer abrazarlo.

Era una escena que no paraba de repetir en mi cabeza, como si deseara no olvidarla.

—Está sonriendo —apuntó Oliver.

Junté mis labios.

—Solo me acordé de que ustedes se lo encontraron en el parque, no porque me guste o algo.

A este punto, era obvio que estaba mintiendo. Ni siquiera yo me podía creer que estaba alegre por algo así. Yo no le gustaba a Joshua Lyle, solo me tenía un respeto y ya. No era para tanto.

—Te dije que no enamoraras de él —dijo Alex.

—No estoy enamorada de él, tonto —rodé mis ojos.

Los dejé en la sala, discutiendo entre sí sobre si realmente nos gustábamos o no y me eché en mi cama.

Fue un momento extraño, podía admitirlo. Como si un tipo de química surgiera entre nosotros cuando antes no estaba ahí. Quizá por el ambiente romántico de la boda y ya. Seguro era eso.

Estaba bastante segura que regresar al trabajo iba a demostrar mi teoría. Solo fue un momento de distracción donde los dos la pasamos bien bailando. Nada más.

Al día siguiente, regresé a la oficina. Me encontré a Joshua en los elevadores, junto con Kennedy. Fue un momento extraño, le di una sonrisa a Joshua y él asintió con la cabeza. Nunca sonreía, pero ese día hubo algo que cambió y no supe definir qué.

Al llegar a la oficina, fui hacia mi escritorio. Joshua se detuvo y me miró.

—¿Max?

—¿Sí?

—¿Estás libre esta tarde?

La pregunta me dejó congelada. ¿De verdad acababa de preguntar o me lo estaba imaginando?

—Eh si, estoy libre.

—Bien, nos vemos en la salida.

No dijo más y se encerró en su oficina con Kennedy. Pero yo necesitaba más detalles, algo que me dijera cual era su intención.

¿Estaba invitándome a una cita?

No, eso era ridículo.

Traté de distraerme el resto del día con otras cosas, pero parecía que mi mente prefería recordar esa tonta pregunta. ¿Qué podría querer hacer por la tarde? Él nunca dedicaba tiempo extra a otras cosas que no fueran trabajo.

Cuando ya se acercaba la hora de salida, decidí ir al baño. Saqué mi bolsa de maquillaje, quizá era mejor ir preparada. Mientras me arreglaba, Sam la chica que conocí la otra vez entró.

—¿Preparándote para una cita?

Me sonrojé sin poderlo evitar.

—No, solo estaba... retocando mi maquillaje.

Me puse labial, tratando de actuar lo más normal posible.

—Está bien, espero te la pases muy bien. Tu jefe será muy guapo, pero es una lástima que sea amargado —suspiró.

Por alguna extraña razón, sentí la necesidad de defender a Josh.

—No es amargado como parece. En realidad, creo que no es como lo pintan.

Sam alzó sus manos.

—Solo decía.

—Tengo que irme.

Salí del baño casi corriendo, tratando de pensar porqué diablos hice eso. ¿Por qué quise defenderlo? Iba tan distraída que no me fijé hacia el frente y terminé chocando con alguien.

Era Josh.

—Deberías tener cuidado.

Lo miré, tratando de ignorar sus manos sosteniendo mi cintura. Él se dio cuenta de eso y me soltó.

—Disculpa, no me estaba fijando.

Josh asintió.

—¿Estás lista para irnos?

—Lista —sonreí nerviosa.

¿Qué me estaba pasando últimamente? Parecía una niña de secundaria que no podía controlar sus emociones. Seguí a Josh a su auto y noté que Kennedy no estaba ahí.

—¿Y Kennedy?

—Oh, él ya se fue. Iremos nosotros dos, ¿hay algún problema?

Negué y me subí al asiento de copiloto. Esta debía ser la primera vez que hacía algo sin Kennedy y me estaba poniendo más nerviosa que antes.

No podía ser una cita, al menos eso creía. Joshua parecía ser del tipo que prefería decir las cosas directas y no dar tantas vueltas. Estuvimos en un silencio tranquilo, hasta que llegamos a un lugar que reconocí de inmediato.

Eran los laboratorios de la empresa, donde nos habíamos perdido la otra vez. Joshua estacionó el auto algo más lejano esta vez y salió para abrirme la puerta. Le seguí por el camino que llevaba a las oficinas de ahí, pero el día estaba nublado como la otra vez.

Maldije haberme puesto el maquillaje. Era obvio que esto no era una cita.

—Pensaba que lo mejor era que vinieras conmigo. La verdad es que el doctor William no ha respondido mis llamadas. Me ha estado evitando desde nuestra última visita, ¿por qué haría eso?

Yo tenía una teoría y era lo más obvio, no querían que el director general supiera la verdad de las formas de producción y experimentación.



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En el texto hay: romance, enemiestolovers

Editado: 12.07.2024

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