La manifestación del amor | Completa

25

Josh

La sesión de fotos fue un éxito para la junta directiva el viernes. Todos estuvieron de acuerdo en que ya se podían difundir en redes sociales, pero antes de eso, Maxine debía firmar un acuerdo de consentimiento debido al uso de su imagen.

Regresé a la oficina como siempre con mi taza de café diaria cuando vi a Maxine sentada en su escritorio. No me había dirigido la palabra desde anoche, cuando hizo que Kennedy detuviera el auto para bajarse e irse sola en la noche. De verdad que cada vez que me convencía que no estaba tan loca, ella iba y hacía eso.

¿Por qué se enojaba?

Me acerqué con los papeles para que los firmara, alzó su mirada. No parecía contenta.

—Son los papeles para autorizar tu imagen en redes.

—Ya —contestó con sequedad.

Asentí, dispuesto a irme, pero me detuve en la puerta de mi oficina. Volví hacia donde estaba ella.

—No contestaste mis llamadas —tuve que hablar tratando de no sonar molesto.

Se había ido anoche sola sin decir nada. Ni siquiera tuvo la decencia de responder un mensaje o mandar un emoji diciéndome que había llegado bien a su casa. No era como si la situación en las calles fuera beneficiosa para las mujeres actualmente.

Aquí estaba, preocupándome por ella cuando apenas y me miraba.

—Pues aquí estoy ahora, ¿qué ibas a decirme?

Puso su mano en su mejilla, mirándome expectante.

—Pudiste mandar un emoji al menos.

—¿Qué ibas a decirme, Joshua Lyle?

—Nada, que me avisaras si habías llegado a casa.

Juntos sus labios quizá en un intento de sonrisa que salió como una mueca.

—¿Eso era todo? ¿Solo me ibas a decir eso?

Asentí.

¿Qué otra cosa esperaba?

Comenzó a reírse, pero todo en su expresión corporal me decía que estaba enojada. Sus mejillas rojas fueron otra señal.

Me di la vuelta para evitar uno de sus momentos explosivos, solo que fue muy tarde porque escuché el golpe de un folder de plástico contra su escritorio y su voz clara y fuerte:

—¿De verdad? ¿No vas a disculparte? Ayer tuve que soportar un sin fin de cosas para tu sesión todo por ayudarte ¿y lo único que haces es decirme que no soy profesional?

Me detuve en la puerta y la miré, estaba con las manos en su cadera mirándome como si deseara matarme.

Okay, si había dicho que no fue profesional.

Pero eso era porque andaba platicando de cosas que no tenían que ver con el trabajo con un desconocido. El fotógrafo estaba insistente hablando de cosas que no tenían nada que ver con la sesión y ella no lo detuvo.

—¿Por qué esperabas una disculpa? Como dije, no estabas siendo profesional.

—Solo hablaba con Tom, no estábamos haciendo nada malo.

Tom, ese era el nombre del fotógrafo. ¿Por qué se molestaba en recordarlo de todas formas?

—Es trabajo, no centro de chismes.

Abrió su boca.

—No logro comprenderlo, actúas como si... —se detuvo, miró hacia otro lado como si no pudiera decir o admitir lo que pensaba.

—¿Actuo como qué?

Pareció pensarlo unos segundos antes de decir:

—Como si estuvieras celoso.

Celos, un sentimiento que desconocía en absoluto. Principalmente porque tenía que ver con inseguridades y yo no tenía ninguna. Además, ¿qué podría molestarme de ese tal Tom?

Entonces recordé como estaba riendo de algo que ella le dijo y el sentimiento de pesadez que eso me provocó. Lo atribuí a lo mucho que odiaba a las personas que no se enfocaban en su trabajo. Solo era eso y ese fotógrafo solo estaba perdiendo el tiempo.

No eran celos, eso era ridículo.

Para eso tendría que gustarme ella y era imposible. Como dije, no la odiaba, pero no era la clase de mujer que buscaba.

—Estás siendo ridícula —fue lo único que pude decir.

Max asintió mirando hacia otro lado.

—Para sentir celos, tendrías que gustarme y tu no me gustas —dije sin más.

Ella por un momento abrió sus ojos, mirándome con resentimiento hasta que algo cambió en su expresión.

—Vale, como tu digas.

Esperaba que se mostrara ofendida o al menos molesta, solo se dio la vuelta y salió como si nada.

Al terminar mis deberes del día, recogí mis cosas listo para ir con Kennedy al estacionamiento. Después de aquella extraña conversación con Max donde me acusaba de estar celoso, traté de olvidar que había hecho tal cosa y preferí tomarme varias tazas de café y acabar con el trabajo de ese día.

Como ya era costumbre, Kennedy me iba a estar esperando en el estacionamiento en lo que guardaba todas mis cosas. Al salir, me encontré con Max, quien estaba sentada en su escritorio al parecer muy ocupada hablando por teléfono con alguien. Cuando notó mi presencia, su voz pareció subir más de lo normal.

—Sí, te veré allí mañana Tom.

Me detuve. ¿Tom?

Ella terminó su llamada y me sonrió como si nada. Recogió sus cosas para ir al ascensor, yo la seguí porque también tenía que bajar.

—¿Tom?¿Estabas hablando con el fotógrafo?

—Sí, saldremos juntos mañana.

Bufé. ¿Por qué no me sorprendía esto? Max si era el tipo de persona que saldría con un completo desconocido sin importarle las consecuencias.

—Ni siquiera lo conoces y ¿vas a salir con él?

Max me miró con cara de pocos amigos.

—¿Por qué te importa de todos modos? Ya dejaste en claro que no te gusto.

—Y no lo haces, simplemente me parece estúpido reunirse con alguien fuera del trabajo, en especial si solo lo conoces por unas horas. Podría ser un asesino serial.

Puso sus ojos en blanco.

—Iremos al refugio donde habrá más personas para tu información. Mañana habrá una pequeña celebración y a él le gustan los animales. Iba a invitarte también, pero sé lo mucho que odias convivir entre animales así que...

—Tienes razón, odio los animales. No cuentes con mi presencia allí.



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En el texto hay: romance, enemiestolovers

Editado: 12.07.2024

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