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Max

«Promete que le dejarás y aceptarás la culpa de esto, solo así él no irá a la cárcel» «Sabes muy bien que tú iniciaste esto, ahora puedes terminarlo de una vez por todas»

Esa había sido la condición de Williams a cambio de que soltara a Josh. Él regresaría a la compañía y sus cargos se retirarían. Sería como si nada de esto hubiera pasado.

Probablemente era una tontería. Pero Williams tenía razón de que todo esto era mi culpa. Sino hubiera insistido en que Josh investigara nada de esto habría llegado tan lejos. Odiaba lo que hacían con los animales, lo odiaba demasiado. Era injusto y lo sabía, pero no podía permitir que Josh fuera culpable de algo que no había hecho.

Perdería su vida por mi culpa.

Así que acepté el estúpido trato.

La parte difícil fue llevarlo a cabo. Josh no me creyó y para ser honesta yo tampoco lo habría hecho.

Había regresado a casa, intentando pensar una solución a esto pero nada venía a mi mente. Williams tenía todo y yo nada. Josh había estado llamando el último par de días, pero no le había contestado.

Alex me preguntó que me sucedía, pero no quería meterlo en esto a él también. Así que tuve que guardar esto yo sola. Estaba en mi habitación ahogándome en mi tristeza cuando recibí una llamada de Pablo. Yo me había comunicado con él para decirle que todo estaba bien con Josh así que no comprendía porque me llamaba de nuevo.

—Maxine —habló con esa seriedad tan típica suya.

—Pablo, ¿qué sucede?

—Hace unos días, tu amigo me dio un número para ubicar donde estaba Joshua.

Si, recordaba eso. Kennedy dijo que le había llamado y le dio el dato para que lo investigara.

—Sí, pero Josh ya regresó —respondí sin comprender a donde quería llegar con eso.

—Hay algo más. Él número que me dio tu amigo, no me llevó a ningún lugar, pero algo curioso pasó. Parece que ese número y el de tu amigo tenían más de una llamada. No era la primera vez que recibía una llamada de esa lada.

Me levanté de la cama de un salto.

—¿Quieres decir que Kennedy había llamado a ese número antes?

—Así es.

Negué, ¿cómo era eso posible?

Solo había una explicación: que estuviera implicado en el secuestro.

—¿Max? ¿De dónde conocías a ese tal Kennedy?

No lograba encontrar las palabras. No sabía mucho del asistente de Josh. Solo que siempre estaba ahí, desde el inicio que empecé a trabajar en la empresa. Siempre confié en él porque Josh lo hacía.

—Yo... No sé mucho. Solo sé que Kennedy ha estado con Josh como su asistente desde hace tiempo. Pensaba...pensé que era de confianza.

—Escucha, no hagas nada de momento. Pero ese tipo puede que esté involucrado en todo lo que le pasó a Joshua.

***

Sabía que era peligroso, pero no podía dejar que Josh siguiera confiando en su asistente. Kennedy parecía inofensivo, alguien que siempre estaba ahí para Josh. Pero viéndolo en perspectiva, siempre estuvo demasiado cerca para saber que era lo que hacíamos y qué no.

Él conocía todo de Josh y si alguien podía falsificar documentos a su nombre, ¿quién mejor que su asistente?

Aun ni lograba comprenderlo del todo. Porque Josh había pedido la ayuda de Kennedy en la búsqueda de pruebas y él se las entregó. ¿De donde había sacado esa información siendo unas simple asistente? ¿Cómo no lo notamos antes?

Incluso yo le había llamado para pedir ayuda cuando él era causante de todo esto. El doctor Williams hablaba como si alguien más estuviera al mando y no él. ¿Kennedy era su jefe directo?

Llamé al número de Josh, deseando contarle lo más pronto posible pero me mandó a buzón. Debía de estar en la oficina, la supuesta junta con los directivos sería pronto y yo debía de llegar para cumplir con la promesa que le hice a Williams solo que esta vez no lo haría.

Al llegar a las oficinas eran cerca de las cinco de la tarde y tomé el elevador llegando a la oficina de Josh. Toqué y sin esperar entré. Ahí estaba sentado en su silla de espaldas a la puerta.

—Josh, es Kennedy. Todo este tiempo fue él.

La silla se giró y no era Josh. Era Kennedy.

—Señorita Maxine.

Me eché hacia atrás, maldiciendo por lo bajo.

—¿Dónde está Josh?

Kennedy sonrió sombrío.

—Está ocupado, pero puedo comunicarle lo que desees. Por cierto, ¿no tenías una promesa que cumplir?

Tragué saliva. Estaba en la oficina, dudaba que pudiera hacer algo aquí. Sin embargo, miré hacia la puerta con recelo.

Kennedy nos había engañado a todos, había pretendido ser el inocente asistente de Josh mientras que siempre tuvo otras intenciones. Pero aun no terminaba de comprender del todo sus planes, ¿por qué nos había ayudado a buscar pruebas qué pudieran hundir más a la empresa? ¿Su empresa?

—No lo entiendo, ¿por qué harías todo esto? —regresé, mirándolo a los ojos.

Él volvió a sonreír, como si estuviera satisfecho con responder a mi pregunta.

—Estaba aburrido, desde que trabajé en esta empresa que le pertenecía a mi padre, me di cuenta que no quería dirigirla yo. Así que lo más fácil fue elegir a alguien más, elegirlo a él.

A Josh.

—Todo este tiempo fingiendo ser el asistente... —apreté los dientes ante la ira —habías autorizado esas pruebas en animales hace años y luego decidiste mentir para quedar bien ante las autoridades.

Se encogió de hombros como si fuera nada.

—La verdad es que esas pruebas eran las más efectivas, ¿yo que iba a saber que el mundo de repente pensaría qué los animales eran merecedores de una vida digna? Es ridículo, no iba a detener mis mejores productos solo porque una ley ridícula dice que los animales no pueden usarse para pruebas.

Apreté mis manos en puños, sintiendo la ira crecer cada vez más. Todo este tiempo debió burlarse d e nosotros.

—Así que usaste a Josh como un señuelo más.

—Joshua era el prototipo perfecto para dirigir mi empresa, como te digo, yo no quería ser el director general y ser la cara así que fue mucho más fácil crearme un personaje. El asistente Kennedy que siempre estaba cerca, así podía checar sus pasos sin que nadie sospechara y al mismo tiempo manejar todo a mi antojo. Desde que llegó Joshua él no hacía más que dar buenos resultados y era imparable. Pero el único defecto que tiene es su estúpida moral, siempre intentando hacer lo correcto incluso si eso lo hunde a él también.