Sentí como me dolía todo el cuerpo, como algún liquido caía por diversas partes de mi cuerpo, en mis brazos, estomago, piernas y mi rostro; suspire intentando concentrándome en mis otros sentidos rindiéndome con el sentido de la vista, estuve intentando oler por varios minutos sin ningún resultado, hasta que cuando me iba a rendir me llego el olor a metal, estaba sangrando.
¿Cómo había llegado hasta aquí? Lo último que recuerdo es estar en la cancha en el colegio junto con los muchachos, luego había venido Isabel a molestarnos y lo último que recuerdo es que….mi poder se desato,
Intente moverme, pero algo me retenía en mis brazos y piernas, intente volver abrir los ojos, nada, gruñí ¿Por qué no puedo ver? Jale las que supongo son cadenas, intentando zafarme.
-no lo lograras pequeña bruja-escuche una voz gruesa y un poco desgastada, supongo que es alguien mayor.
-¿Quién eres? Y ¿Dónde estoy?-pregunte con voz serena, y mostrando un rostro de indiferencia.
-no eres como ella-dijo la voz, sentí como una áspera mano tocaba mi rostro, suspire mentalmente “nunca te muestres débil” recordé las palabras de mi madre, no aleje mi rostro- sin duda no eres como ella, tu no muestras sentimientos- la persona alejo la mano de mi rostros, me sentí completamente aliviada cuando deje de sentir su mano.
-no me respondiste mis preguntas-dije fría, que exasperante, quiero a Reed Weld, el me hace sentir protegida, aunque también quiero a mi lado a mi papa, Eliot y Bastián.
-me puedes llamar por L- dijo, ¿enserio? ¿Ahora qué? ¿Vendrá un shinigami y una libreta de la muerte? Que cliché.- y estas en el lugar donde nunca podrás salir-sentí un escalofrió en mi espalda ¿Por qué creo que tiene una sonrisa malvada?
-¿Qué quieres de mí?-pregunte intentando que mi voz no expresara el temor que me hizo sentir esa frase.
-¿de ti? Nada, solo quiero que me digas lo que tu madre no me quiso decir- él es el asesino de mi mama, él es el hijo mayor de los cazadores que quería a mi tía.
-no sé qué quieres decir-me hice la desentendida.
-¿no? Creo que te puedo hacer recordar-dijo y sentí un dolor punzante en mi brazo, me había cortado.
-ahhhhhhhhhh- por dios, duele como el mismo infierno.
-¿recuerdas ahora?- ya me está hartando este tipo.
-no lo sé, y si lo supiera dudo que te lo dijera-sentí un corte en mi mejilla, dios creo que mi aspecto es estos momentos es deplorable…espera, ahora que caigo en cuenta hace frio, ¿estoy en ropa interior?
-creo que esto es suficiente por ahora, nos vemos en un rato-lo escuche decir, al escuchar el sonido de metal golpeándose, estoy es una celda. Suspire.
-¿enserio porque lo malo solo me pasa a mí?- sin duda esa frase es perfecta para mi vida.
No sé cuánto tiempo paso, lo he sentido como horas, la sangre de la heridas que L me dejo ya se secaron y dejo de brotar sangre, no he podido abrir los ojos, solo un poco, pero cuando lo hago duele demasiado.
-¿Qué me hizo ese viejo en los ojos?-susurre a la nada, jale las cadenas, note una distancia prudente entre las paredes y el límite de donde podía jalar las cadenas, acerque mi rostro a donde estaban mis manos, con un poco de esfuerce y que mis manos se acomodaran correctamente logre que mi mano izquierda tocara mi rostro, toque mis labios, nariz y subí un poco hacia mis ojos, me quede quieta….tenía una raja, parecía de una daga, pero era más fina, ¿no volare a ver? Me arrastre con pánico, chocando con la pared, sentí como las lágrimas caían de mis ojos, rodando por mis mejillas que tenían sangre seca.
-tienes suerte que no se lo he dicho aun-dijo una voz, no era la del hombre, era de una mujer.
-¿Qué no le has dicho?-pregunte concentrándome en mi sentido del oído, “el hizo un trato con una bruja negra” recordé las palabras de mi padre al contarme la historia de mi madre.
-eso no importa, en un tiempo lo averiguaras-dijo con burla, parecía un zorro, siempre usando la inteligencia y astucia, pero en este juego pueden ser dos.
-¿Por qué una bruja trabajaría con un cazador de brujas?-pregunte con una sonrisa, escuche una pequeña exclamación de sorpresa.
-sabes la historia-afirmo más para ella que para mí, asentí sin quitar mi sonrisa.
-una parte, lo único que me causa intriga es ¿Por qué una bruja negra ayudaría a un cazador?-
-no te interesa-dijo con asco, aunque note un poco de nervio.
-¿fama? Serias la primera bruja que lograra controlar a un cazador….-lo pensé un momento, lo que investigue sobre las brujas de verdad me sirvió- no lo creo, ¿dinero? Tampoco, ¿celos?-escuche como sus dientes sonaban por el simple hecho de que los apretó, ja acerté-¿te enamoraste, cierto? Había dos complicaciones, él era un cazador de brujas negras y…-escuche sus pasos y como golpeaba mi rostro con su mano, perfecto-… él se había enamorado de mi tía, lo cual hizo que tu furia se extendiera por no poder tener a la persona que amabas, creaste un plan…-me dio otra cachetada, estaba a punto de abrir nuevamente la boca, pero me pateo el abdomen, creo que me goleo directo en los pulmones; sentí como el aire se me iba, debo recordar disculparme con Andrea, que te golpeen en los pulmones duele-dios…-sentí como sangre bajaba de mi boca, esa bruja.