-hola pequeña-dijo aquella mujer tan conocida para mí, vestía un hermoso vestido azul y su cabellera azabache estaba moviéndose por el aire; sin poder evitarlo corrí y me tire a sus brazos abrazándola con fuerza, no quiero que se vuelva a ir, no otra vez.
-mama-solloce, oculte mi rostro en su cuello.
-tranquila mi pequeña, ya todo paso-dijo acariciando mi cabello-ya todo estará bien-menciono.
-¿morí?-pregunte dudosa, no recuerdo nada después de dormirme, escuche como mi progenitora rio divertida.
-no pequeña, estas soñando-me aclaro, me separo un poco de su cuerpo y me miro-estas hermosa, mi pequeña….-me sonrió tranquilamente-te quiero mostrar algo-me jalo de la mano y comenzamos a caminar, todo era brillante y cálido, era un bosque parecido al que había hecho Elena en mi mente antes, pero entre más caminábamos, la luz comenzaba a volverse oscuridad, pero de alguna forma no dejaba de ser cálido; nos detuvimos cuando llegamos a una pequeña montaña. El bosque estaba dividido entre la oscuridad y la luz, ¿Qué es este lugar?
-¿mama?-pregunte al verla mirando todo con nostalgia y dolor-¿estás bien?
-sí, solo recordé algo no muy agradable-la mire con una ceja alzada.
-dímelo-dije con simpleza, se rio un poco.
-no cambias-dijo divertida mirando al cielo-espero que nunca lo hagas-susurro, se sentó en el pasto, yo la imite-puedes preguntar.-de verdad me conoce bien, sonreí emocionada.
-¿Dónde estamos?-pregunte mirando nuevamente el bosque.
-en tu núcleo-la mire raro, negó la cabeza sonriendo, ¿se está burlando de mí?-estamos en tu núcleo de magia, el centro de tu magia, como quieras decirle…. Como sabrás en tu sangre hay tanto magia blanca-señalo el bosque de luz-y magia negra-señalo la parte oscura- siempre en las brujas o brujos hay una parte que predomina, ya sea luz u oscuridad, de alguna forma tú tienes ambas esencias en completa armonía, tu eres una de las pocas brujas neutras que existen-me dijo.
-¿Qué pasa si gobierna alguna de las dos partes?-pregunte analizando las palabras que antes había pronunciado mi madre.
-tu cuerpo y mente colapsarían, tu cuerpo está hecho para tener un perfecto equilibrio entre el bien y el mal, si por alguna causa, tus poderes se descontrolaran no importa cual tu cuerpo enfermarías hasta morir al igual que tu mente, por esa razón hay tan pocas brujas neutrales, las brujas y cazadores le tienen miedo porque son las más poderosas, y si por alguna razón se descontrolaban caería el caos, entonces prefirieron asesinarlas-dijo triste-cuando era pequeña presencie como mi familia y otras masacraban a esas brujas, solo para que no las mataran más adelantes.
-mama…-la mire, eso era simplemente horrible, nadie tiene el derecho de quitarle la vida a alguien y ¿solo por un estúpido miedo?
-pero igual como iba diciendo…. ¿por dónde íbamos?-pregunto olvidando por completo el tema anterior, suspire dudo que pueda sacarle más información de la que me dio.
-por las preguntas-dije.
-pues pregunta-dijo sonriendo
-¿Quién es la reencarnación de Elena?-vi como su rostro pasó de sorpresa a nostalgia y por último seriedad, ¿será malo? ¿Hice mal en preguntar?
-es complicado-suspiro-tendrás que averiguarlo tú-la mire mal-no señorita, me mira bien o no le daré ninguna pista-casi al momento en que termino esa frase relaje mi rostro, ella sonrió- no sería divertido si yo te lo dijera, pero veamos una pista seria….-se quedó pensando, había olvidado que algo que siempre le gusto a mi mama son y fueron los juegos de misterio- es una chica, está más cerca de lo que esperas, solo mira con más detenimiento tu alrededor, no te fijes en las apariencias, ellas siempre engañan-termino, asentí sin entender ni una sola palabra; sentí como mi cuerpo comenzaba a perder fuerzas-ya vas a despertar-comento.
-¿te volveré a ver?-pregunte sintiendo como mis ojos comenzaban a pesar.
-siempre que me necesites-escuche hasta que la oscuridad me absolvió nuevamente.
Abrí mis ojos encontrando una potente luz, cerré mis ojos con molestia, mire mi alrededor….estaba otra vez en mi cuarto, sentí un peso de más en mi brazo izquierdo, mire encontrado a David durmiendo tranquilamente, estaba completamente despeinado y tenía su mano derecha en su boca, con cuidado de despertarlo lo acomode entre las almohadas, con varias a su alrededor para evitar cualquier caída.
Me encamine a mi escritorio, la única luz que había era la que pasaba por la ventana, mire hacia arriba encontrando a leila, le chifle, a los segundos ella ya se encontraba en mi hombro.
-¿lo cuidarías un rato?-dije refiriéndome al pequeño, ella asintió y volando se acostó al lado del pequeño, sonríe se veían súper lindos juntos; tome mi teléfono que estaba en mi escritorio al igual que mi computador ¿Cómo llegaron hay? Lo más probable es que el culpable sea mi padre, mire la hora…. ¿solo era las 4 p.m.? Veamos llegamos aquí cuando estaba amaneciendo, así que sería entre las cinco y media y las seis, luego creo que me demore una hora hasta ir a dormir por lo que había dormido nueve horas, eso responde porque me siento tan cansada.