Hice desaparecer el blanco escenario apareciendo nuevamente en la biblioteca; Isabel se agarró de uno de los estantes, creo que se mareo, sin poder evitarlo me puse a reír y ella luego de segundos se mirarme mal me siguió.
-zinerva-escuche mi nombre, mire a través de los estantes, viendo como Bastián estaba buscándome con David en brazos.
-creo que te llaman-dijo, mire de mala forma a Bastián poco me importa si no se ha dado cuenta de mi presencia.
-supongo-dije de mala forma- ¿quieres venir conmigo?-pregunte mirándola, observe como sus hombros se tensaban y luego poco a poco se relajaban después de unos dos minutos.
-¿crees que le caiga bien?-pregunto escondiendo su rostro en su chamarra, la mire sonriendo levemente, parece una niña pequeña, ¡que linda!
-claro, vamos- la jale del brazo y me hice ver a Bastián que suspiro de alivio al notar mi presencia, pero se tensó al momento de ver a Isabel.
-mama- dijo David emocionado extendiendo sus brazos hacia mí, solté a Isabel y tome a David en brazos, enseguida comenzó a jugar con mi cabello mientras yo le hacía varios mimos, no sé cuánto duramos así, pero Salí de mi ensoñación al escuchar un carraspeo, mire a Bastián que se notaba bastante incomodo al igual que Isabel.
-¿Qué paso?-pregunte mientras escuchaba a David quejarse por no tener mi atención, aunque no quisiera lo ignore mirando a los chicos.
-te distrajiste- dijo directo Bastián mientras tomaba a David en brazos, lo mire mal y me coloque enfrente de él.
-lo siento, pero dame a mi hijo-dije de forma enojada, el me miro enojado, sentí como una pequeña incomodidad comenzaba a formarse en mi pecho y duele.
-no es tu hijo, ni siquiera tiene tu misma sangre, solo es un huérfano raro que tu decidiste conservar por tu estúpido corazón y porque estas cansada de estar sola, aparte de eso para poder ocupar el lugar de tu madre, y…..- se escuchó el eco de la bofetada que le di a Bastián, el me miro sorprendido y con culpa, sentí como las lágrimas empapaban mis mejillas recorriendo hasta mi barbilla; David me miraba con lágrimas en los ojos y Isabel se notaba sorprendida, pero solo miraba sin decir nada.
-¡no vuelvas a hablar así!- gruñí enojada, pero en mi voz se notaba lo rota que estaba. Ya recuerdo porque decidí no tener amistades, después de todo en algún momento se cansan de estar cerca de mí o simplemente me traicionan, Bastián lo hizo, pensé que había encontrado donde encajar veo que no; siento unas grandes ganas de gritar sin importar nada, de llorar hasta el desmayo y de dormir por un siglo completo. Siento como mi corazón duele mucho más que antes, demasiado, yo confié en él y también me llegue a enamorar………….esperen ¿me enamore? Imposible ¿verdad? Pero eso sería las respuestas a muchas cosas como que por eso me afectaba todo, me sonrojaba y me sentía tranquila y en paz a su lado, parece que mi destino es tener una decepción amorosa, otra para la lista en donde solo hay un nombre.
Bastián Méndez.
-zinerva yo…..-regrese al mundo real saliendo de mis pensamientos, me seque las lágrimas con enojo y lo mire tranquilamente, guardando como me siento, es lo que siempre hago ¿Cuál es la diferencia de ahora y antes? Ninguna………creo.
-no importa Méndez- dije de forma cortante y fría, escuche un pequeño sollozo, mire a David que extendía sus brazos hacia mí, lo tome y el escondió su rostro en mi hombro mientras me abrazaba, no paraba de decir “mama” y “calma”. Mire a Isabel sonriendo tristemente.
-Isabel, te llamo después, no te preocupes sabré contactarte-dije de forma amable, ella solo asintió, de forma rápida salí de la biblioteca y corrí cuidando de no caer o tropezar o siquiera golpear a alguien, mi bebe no tiene la culpa de lo que está sucediendo, solo es mi culpa por ilusa, cuando llegue afuera estaba lloviendo, me quite la chamarra y se la coloque a David que solo me miraba mientras seguía recitando las mimas palabras, le sonreí mientras mis lágrimas seguían bajando.
-estoy bien pequeño-dije sollozando, lo agarre nuevamente y corrí por la lluvia, sin poder evitarlo entre al bosque y comencé a correr cuidando que a David no se le cayera la chamarra, no me gustaría verlo enfermo y menos si es por mi culpa.
Pude sentir como mis piernas comenzaban a fallar, mire a mi alrededor encontrando delante de mí al viejo pino, me acerque y me senté en sus raíces, hice que las ramas nos cubrieran para que no nos cayera alguna gota, aunque yo estoy completamente empapada.
Sin poder retenerme más, hice lo que quería hacer desde el comienzo. Grito, grito por ser tan fácil de manipular, grito porque mi corazón duele, grito por no ser perfecta, grito mientras lloro por todo los momentos malos que mi vida ha tenido, grito por la pérdida de mi madre cuando más necesitaba sus abrazos, grito porque siempre miento cuando se trata de mis sentimiento, grito porque me he roto, otra vez; las heridas que habían comenzado a cicatrizar volvieron a abrirse de una forma más agresiva y dolorosa, grite porque me enamore……