Con la boda a dias de distancia, el ambiente de la Mansion de Wisteria empezó a vibrar de energia. Los sirvientes y damas que me acompañaban cuidaron de que yo estuviera lista para el gran dia. Mi madre las asesoro en como tratar mi piel para suavizarla sin aclararla. La forma correcta de estilizar mi pelo sin que la humedad lo esponja y los colores que hacian resaltar mis ojos. Me sorprendio encontrarme a mi misma disfrutando de aquellos momentos con ella. Se veia mas joven cuando sonreia. La felicidad le quedaba como una rara perla que no sacaba a menudo. Eso me hizo sentir ligeramente triste, pero lo puse a un lado. No queria manchar aquellos recuerdos con la idea de que nunca habia visto a mi madre feliz hasta entonces.
Llegaron personas de distintos lugares a ayudar con las preparaciones. Incluso invitados que no habian asistido al baile. Aquello lo supe por Caden y no por mi propia observacion, teniendo en cuenta mi estado durante aquella celebracion. Me dijo que eran familiares de su difunta madre. Tal vez no fuera muy unido a ellos, si solo venian para una ocasión relativamente oficial. Tambien me pregunte que seria de la familia de su padre. No conoci a una sola persona emparentada directamente al Lord Wisteria que no fuera Caden.
Imogen e Isabella volvieron. Max permanecio todo el dia de su llegada sentado en el recibidor. Su taza de te intacta y fria luego de horas de reposo al aire libre. Aquello no significo nada en comparacion con las horas de charla que pasaron cuando llegaron, tomando vino especiado y quesos frente a la chimenea. Sonrei para mi al captar el brio en su comportamiento. Su animo habia decaido ligeramente cuando Isabella tuvo que irse posterior al baile, pero ahora su espiritu habia sido refrescado.
Una tarde en la que la temperatura habia descendido lo suficiente como para espantarme del jardin, me encontraba vagando por los pasillos de la mansion. Caden se habia recluido en su oficina, atendiendo algun asunto concerniente al manejo de tierras externas o de naturaleza tributaria y habiamos acordado vernos luego.
Mi familia tomaba te en el comedor con la familia de Caden. Por mi parte, me excuse mas temprano que el resto para disfrutar de unos minutos a solas. Era agobiante a veces. Todo un mundo se abria ante mi. Nuevas personas que traian consigo nuevos lazos que debia honrar. Atencion que debia entregarles. Era facil pasar horas con mi hermano o con mi prometido. Ellos entendian mi naturaleza sin necesidad de que trastabilleara en las palabras para explicame a ellos. Presentarme constantemente ante la familia de Caden, sus amigos y conocidos, ademas de los invitados de mi parte, era algo para lo que tenia que guardar mis reservas. No estaba acostumbrada a estar bajo escrutinio tan continuamente. No estaba acostumbrada a ser estudiada sin negatividad, pero con una neutralidad que bordaeba con frialdad. Era como si quisieran abrirse paso dentro de mi sin importar que mis defensas estuviesen altas. Ah, era una posicion dificil. Yo queria ser aceptada por ellos. Queria sostenerme por mi misma y probarme merecedora de formar parte de su familia. Pero mientras mas me acercaba a ellos, mas distante los sentia de mi. No les impresionaba. Me preocupaba que Max hubiese tenido razon sobre algo que recorde que dijo al llegar aqui. Ver es conocer. Y mientras mas me veian, mas se daban cuenta de que no habia nada valioso que ver en mi.
Mis pies me llevaron bajo decicion propia hasta el salon del ventanal. El invernadero reflejo los rayos del sol, creando una vision cautivante. Me sente sobre el piso alfombrado y recoste la cabeza en la pared. Sabia que alli nadie me buscaria. Se hallaba de camino a una de las alas a las que menos transitaba la gente. Y aunque alguien requiriera de mi, podian esperar que estuviera afuera en vez de aislada en el interior.
Me quede observando la estructura a la distancia. No habia tenido la oportunidad de visitarlo todavia. Pense en pedirle a Caden que me llevara a verlo, pero me habia distraido por todo lo ocurrido hasta ahora. Honestamente, me parecio lo suficientemente trivial como para posponerlo hasta que el resto del mundo se marchara de la mansio. Luego de la boda, no podia esperar a que el gentio volviera a casa. Aun no estaba segura si mi familia decidiria quedarse o no, pero habia espacio suficiente para ellos. Isabella era un factor que inclinaba la balanza hacia su partida.
Vi a la distancia una bola blanca de pelo estirarse perezosamente y acomodarse en el pasto. Cassidy insistia en mantenerse afuera, a pesar de mis intentos constantes de domesticarla a que me hiciera compañia dentro. Con la cercania del invierno, presenti que mis esfuerzos darian fruto pronto.
–Oh, señorita Hesperia, no esperaba encontrarla por aqui.
La jovencita trajo de vuelta mi enfoque a la habitacion. Era una de las sirvientas que veia por ahi. Pero no era ningua que conociera. Claro, eso no significaba que no me conocieran todas. Le di una sonrisa a la vez que hice un gesto restando importancia.
–Por favor, Solar es suficiente.
La chica se rio nerviosa. Realmente, fue un gento mas cercano a horror ante la idea de hablarme informalmente.
–No podria, señorita. El señor Wisteria no lo permitiria.
Frunci el ceño. Caden era la ultima persona de la que esperaria aquella reaccion. Intente imaginarmelo tomando ofensa de una chica, aun en su adolescencia, por usar mi nombre. El recuerdo de Caden presentandose sin ningun titulo no resonaba con aquella imagen.
– ¿Que dices? Caden no es de esa forma.
–Oh, disculpe la confusion. No me refiero al amo Caden. –Asenti lentamente, entendiendo mi error. En todo el tiempo que llevaba en la mansion, aun no habia visto al padre de mi prometido. Su presencia era tan diminuta, que en ocaciones olvidabas que supuestamente convalecia en algun rincon de la mansion. Inmediatamente me senti mal por aquello. Caden debia sufrir mucho debido a eso y yo habia sido tan insensible como para pasarlo por alto.