La Mansión De Wisteria

XXVI: Jirones de Memoria

Las ramitas me arañan la cara y hojas secas me entran el los ojos y boca. Mantengo los labios presionados juntos pero no puedo mantener los parpados cerrados. Debo poder ver donde estoy si no quiero perderme. Caden debe estar detras de mi. Si alguien debe conocer este lugar, debe ser el. Muy en el fondo de mi, se que no hay bosque tan frondoso que pueda evitar que Caden encuentre su camino.

Protector de Nuestro Reino y Guardian de Nuestras Raices, dijo el señor en el funeral. No se lo que signifique, no puedo entenderlo totalmente, pero cuando todos se arrodilalron frente a Caden, pude sentir que no era un titulo hueco.

Grito el nombre de la gata. Si se perdio aqui, tal vez se desoriento y no pudo volver a la mansion. Debo encontrarla para regresarla. Ella no podra hallar su rumbo entre estos arboles.

Escucho hojas secar romperse bajo el peso de movimiento que no es mio. No me detengo a confirmar que lo produce. Aquellos pasos suenan muy pesados para mi gata y no puedo enfrentarme a los animales salvajes que rondan estas tierras.

Esta tan oscuro que a penas puedo ver frente a mi. Cuando las copas de los arboles dan paso a un poco mas de luz, mis ojos se ciegan. Es como si me golpearan el rostro. Cuando vuelvo a abrirlos, me doy cuenta de que he llegado a una especie de claro. Es una forma muy ambigua de decirlo. Pero los arboles dan paso a que se ilumine lo suficiente como para saber la noche aun no ha caido y se separan lo suficiente como para caminar hasta que llegar a un pequeño perimetro desierto. Del pasto crecen arbustos con pequeñas frutas y hay una capa gruesa de hojas y ramitas secas.

Mis pasos lastimosos crujen, advirtiendole a todo ser vivo en la distancia que estoy aqui. Pero debo descansar. Elijo creer que estoy suficientemente lejos de mi esposo y su comitiva como para permitirme unos minutos para recuperar mi aliento y examinar la zona.

Mis ojos se pasean por la grama y los arbustos sin notar nada peculiar. Pero empiezo a notar un aroma desagradable. El bosque en si no huele fresco y floral como los jardines de la mansion. Huele a frutas podridas y a cuerpos expuestos a los carroñeros. Por lo que el aroma no es nuevo totalmente. Sin embargo, se acentua mientras mas me acerco al medio del claro. No noto nada extraño al principio. Intento acuncliyarme junto a una formacion de grama alta. Me llega por las rodillas y empieza a crecer desde un arbusto hasta que vuelve a conectar con el otro lado del bosque. Trago saliva, no deseando seguir por alli. Pierdo el equilibrio por mi tobillo herido y caigo sobre el lado que me duele de la cadera. Suelto un quejido. Extiendo mi brazo para apoyar mi peso en mis manos, levantandome. Aquel era el plan. Pero grito cuando mi mano presiona algo viscoso y suave. Se hunde y siento como mi palma rompe una capa de coraza. La humedad envuelve mis dedos y la textura es indescriptible. Se siente como si metiera la mano en un plato de avena fria, con muchas ramas de canela quebradizas y punzantes. No, no. Es mas firme. Es casi como…

Retiro mi mano bruscamente y el olor se intensifica cuando la alzo para ver. Mi mano esta cubierta de una sustancia espesa oscura, casi negra. Siento las arcadas cubrir por mi cuerpo.

Es sangre. Es mas que sangre. Es piel muerta, son musculos e intestinos en descomposicion.

La coraza no era mas que el exterior seco.

–Oh, por…

Las arcadas sacuden todo mi cuerpo y vacio el interior de mi estomago sobre mi misma. Limpio mis manos de mi vestido desenfrendamente. Solo consigo estrujar los restos en mi vestido y empujarlos entre mis uñar. Lagrimas de asco queman en mis ojos pero no permito que caigan. Volteo mis ojos hacia aquello y aparto las espigas hacia ambos lados para mirar el cuerpo que se esconde.

Un destello de blanco, empuercado a tal puento de ser gris y rosado en muchas secciones. El pelaje se desprende de la piel, en muchas areas y la carne esta tan ennegrecidad y picoteada que a penas puedo entender lo que estoy viendo.

No. Eso no es lo que estoy buscando.

Aquel cuerpo esta tan desgarrado que se forman costras de sangre y mugre en las heridas. La cabeza esta magullada a tal punto de no ser reconocible. Pero cuando mis ojos caen en su cola peluda, en lo que queda de ella, se me hace un nudo en la garganta.

La forma desechada es un gato.

No, no.

Trastabillo, intentadno ponerme de pie y cayendome de inmediato. Las lagrimas no me dejan ver y me siento tan enferma que no puedo coordinar mis movimientos.

Mis ojos no se despegan de la gata. Mis labios tiemblan, llenos de saliva que se entremezcla con lagrimas.

–Ca…Cass…Ca…No, no.

No, esto no es real. Esa no es mi gata.

Pero luego de verla en ese cuerpo no puedo dejar de reconocerla. Sus proporciones, su cola. Su pelaje. Incluso sus ojos abiertos, casi saliendose de sus cuencas y a punto de podrirse. Son los mismos.

Creo que voy a caer inconsciente. Creo que voy a morir aqui mismo. Mi corazon se estruja al punto de que siento como si alguien intentara asfixiarme desde adentro.

Pero no puedo dejar de mirarla.

Escucho algo frente a mi, entre la hierba alta. Pero no me giro. Un gruñido en mi direccion. No tengo que ser muy lista para saber que es un animal salvaje. Pero estoy como en un trance. No tengo ojos para otra cosa que no sea Cassidy.

Otro gruñido me hiela la sangre y tira de mi atencion obligandome a olvidar a Cassy por un momento.

Frente a mi puedo distinguir a una bestia entre la grama.




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