La Mansión De Wisteria

XXVII: El Amo de la Casa Wisteria

Casi no entiendo lo que estoy observando. Su rostro es como de ave. Tiene un pico firme y enorme. Sus ojos oscuros me estudian, y noto que para verme debe darme su perfil. Extiende unas alas imponentes y mi sangre se hiela. Casi pienso que va a emprender vuelo. Pero se para en dos patas como si quisiera intimidarme, lo cual no es necesario, y me doy cuenta de que el resto de su anatomia me hace menos sentido que lo que vi hasta ahora. Tiene cuatro patas y me recuerda como a un perro o un gato. Pero con menos pelo y recubierto de plumas. Pienso, por un momento en el que pierdo la lucidez, que debe ser muy incomodo ser un animal alado atrapado en un bosque en el que ni siquiera la luz del sol puede penetrar.

La bestia hace otro sonido y es como si mi conciencia no estuviera dentro de mi cuerpo. Mis dientes castañean violentamnete, lo se, pero no puedo concentrarme en eso. Mi cuerpo hierve del miedo pero no puedo moverme.

La bestia grazna, ruge, grita, o lo que sea que haga una criatura de su tipo al enojarse y escondo mi rostro en mi hombro. Estoy llorando pero no registro mis lagrimas. Sus ojos van de mi a Cassy y entiendo en el momento lo que significa. Es carroñera. Si no ha sido ella quien dejo a Cassy asi en un principio, sera quien lo termine. Sera quien comience la labor en mi.

Maldigo entre dientes. No puedo dejar que se coma a Cassidy. No. Voy a enterrar a mi gata en mi jardin. Volvera conmigo y le hare honor. Plantare un arbol en su nombre al que pueda visitar y regar. No voy a permitir que esta bestia nos trague a ambas y permanezcamos en su interior, consumidas como energia por toda la eternidad o hasta que se digne a morir tambien.

No, no.

La ira se apodera de mi.

Intento ponerme de pie lentamente, pero mis huesos crujen del dolor, mis musculos aullan. La criatura sigue cada movimiento con sus ojos, ladeando el pico en movimientos extraños.

Grazna y abre las alas, en un alarido amplio y alto. Todas las criaturas debes saber que estamos aqui, y si hay mas como esta, no tradaran en llegar.

La bestia tira el pico abierto en mi direccion como si me fuera a morder y grito, echandome a un lado. Pierdo el equilibrio y caigo sobre mi cadera. La bestia se gira hacia mi y se avalanza sobre mi.

Me atrapa con sus garras. Acabo de notar que sus patas no son normales. Son como las patas de pollo. Con uñas filosas y firmes que me agarran los brazos. Siento que me va a destrozar. Va a tirar de mi con tanta fuerza que va a desprenderme los brazos. Grito ahogadamente, el aire escapando de mis pulmones. Echo mi cara lejos de ella. Su pico cae en mi pelo y tira de el violentamente. Siento que va a arrancarlo. La pateo con todas mis fuerzas pero solo consigo airarla aun mas.

Suelta un sonido frenetico que me hace dar cuenta de que he sido ridicula al pensar que puedo salir de esto viva.

En comparacion, soy debil y destrozada. No tengo fuerza para pelear contra ella y entre a la pelea adolorida. No es una pelea, la bestia va a destrozarme viva y se va a comer mis restos igual que hizo con Cassidy.

Empiezo a pensar en como perder la conciencia o hacerlo mas rapido antes de que la bestia me torture. Mis lagrimas me cubren el rostro y solo puedo pensar en mi familia. Pienso en como mis padres y Max estaran devastados cuando se enteren de que mori de tan forma. Cuando ni siquiera puedan presentarles mi cuerpo, herido y depedazado. Pienso en lo desagradable que me vere en unos momentos, cuando mis extremidades se rindan y la criatura me picotee.

Y pienso en mi esposo. Su casa mancillada de mis restos sera lo unico entero que hallara de mi.

–¡Solar!

Estoy alucinando. Escucho su voz colerica retumbar en mis oidos. El tiempo se ralentiza y la bestia detiene su asalto hacia mi. Casi puedo palpar en ella el mismo miedo que siento yo.

–Matarte no sera suficiente. Tu cuerpo sera la comida de tus crias.

No entiendo lo que sucede, mi mente mareada. La bestia me suelta y caigo al suelto. Mi cabeza se golpea y rebota contra la grama. Me apoyo en mis codos y veo como la criatura despliega sus alas y las bate en un movimiento rapido. Desesperado.

Su rostro aterrorizado me mira una ultima vez antes de aletear e impulsarse hacia arriba. La brisa fria que crea me da de lleno en la cara, cegandome. Pero no tengo que observar para saber que no hay forma en la que salga. Las copas de los arboles estan demasiado entrelazadas para que con el poco momentum que tiene las rompa.

Mis ojos se abren y caen frente a mi.

Caden se encuentra parado en el claro, sus nudillos blancos. Su mandibula tensa y la ira destilando de cada poro. Su pelo despeinado indica que corrio hasta aqui, pero su ropa no esta rasgada como la mia. Sus mejillas no tienen arañazos como las mias.

No me mira aun. Sus ojos clavados en la criatura, viendo como se eleva intentando alcanzar el cielo. Una de las comisuras de su boca se eleva. Nunca lo habia visto sonreir de forma tan cruel.

–No hay un maldito rincon em este agujero en que puedas huir de mi.

Podria haber estado gritando, pero la paz en la que lo masculla lo hizo aun mas aterrador. Lo observo con ojos como platos sin concoerlo.

La bestia grita como si entendiera la amenaza y bate las alas aun mas desenfrenadamente.

–¿Escuchaste? ¡Como te atreves a atacar a alguien de la casa Wisteria!

Esta vez alza la voz. Sus ojos parecen relucir y extiende un brazo al cielo. Observo hacia donde la criatura intenta abrirse paso entre las ramas. Sus garras son fuertes y me caen pedazos de aserrin producto de su esfuerzo. Pero entonces, las ramas parecen cobrar vida propia y empiezan a crecer. Mi aliento se atrapa en mi garganta y vuelvo mis ojos hacia Caden.

Cuando lo miro, aquel no es mi esposo. Es el Lord Wisteria. Su ira es como nunca, sus dedos curvandose hacia adentro y respirando profundamente, como si no puedese concentrase del enojo.




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