El Entierro

Así amaneció, yo seguía despierta sin pensar en nada, Ele se había dormido del cansancio y Joe caminaba de un lado a otro siempre en silencio.

Nos asustamos cuando mi teléfono suena, lo contesto sin ver quien me llama.

- Alo, escucho un sollozo

- Nena debemos cancelar la boda. Al escuchar a Ricardo comienzo a llorar, Joe corre y me abraza

- Tranquila amor no es por nosotros, mi abuelo murió. El trata de consolarme sin saber que no es por eso que lloro

Joe me quita el teléfono - Que pasa Ricardo?

El escucha - De acuerdo allá estaremos. Cuelga el teléfono y me abraza

- Debemos irnos Aria, tienes que componerte hay que ver que paso.

Me levanto y voy a mi cuarto a bañarme y lo escucho despertar a Elena.

Llegamos rápido al pueblo y nos acercamos a la casa de Ricardo, la finca donde vivía se llama La Mansión Nublada, la casa es una mansión estilo victoriano. La niebla siempre ha sido más densa en esa zona razón por la que tiene ese nombre.

Ricardo está en la puerta de la casa esperándonos, me bajo y corro abrazarlo no puedo evitar llorar, el me abraza muy fuerte y mete su rostro en mi cuello, siempre ha hecho eso cuando me abraza. Una vez le pregunte porque lo hacía y decía que mi olor lo hacía sentir bien.

- Tranquila nena, estaremos bien. Escondo mi rostro en su pecho, Joe sube detrás de mí y le da la mano a mi novio.

- Mi sentido pésame, amigo

- Gracias hermano.

Ele se acerca y lo abraza sin hablar, entramos a la casa. Un salón alfombrado con unos estantes de madera griego de cada lado con fotos de la familia muy antiguas nos da la bienvenida.

Hay personas en el recibidor, al primero que veo es mi abuelo Albert Estrepo corro a su lado y lo abrazo, siempre me ha gustado su olor, una mezcla de menta de su colonia con el olor de tabaco de su pipa.

- Pequeña, como estas?

- Bien Bubu. Y tú? siempre le he dicho así, de bebe cuando empezaba a hablar no decía abuelo sino bubu y así se quedó.

Mi madre se acerca abrazarme pero me retiro no quiero que me toque no la soporto, es una mujer hermosa de ojos verde esmeralda, muy rubia natural pero nada tonta tiene un cuerpo de modelo con las medidas exactas, cosa que siempre me recalca, pues soy trigueña, de baja estatura y con mis curvas redondas, donde ella es 90, 60, 90 yo soy como ella dice 90, 60 y revienta.

- Buen día madre.

- Querida te ves horrible busca un baño y arréglate, no eres bonita por lo menos tapa las fallas. Dice con saña

La ignoro pero mi bubu la reprende.

- Cállate Alicia si no puedes decir nada bueno muérdete la lengua.

Mi mama nunca osaría replicarle a mi abuelo, así que se pone seria sin decir nada.

Así pasa el día mis amigos y yo estamos asustados no sabemos qué hacer con lo que presenciamos anoche o en quien confiar.

Ricardo ha estado pendiente de todo su madre esta desconsolada por la muerte de su padre, ella es viuda el papa de Ricardo murió cuando él tenía 6 años en un accidente de avión y ahora su abuelo muere de forma abrupta.

- Que haremos? hijo, nos quedamos solos.

- Tranquila mama saldremos adelante.

Papa llega alrededor del mediodía, ha estado encargándose de todo lo del entierro para que Ricardo acompañe a su mama.

Corro y lo abrazo - Papi, hola

Me besa en la cabeza y me abraza - Mi niña como estas?

- Bien pero muy triste papi, no sé cómo consolar a Ricardo

Mi madre se acerca y dice - Como se le ocurre a ese señor arruinar la boda.

Mi padre se tensa la agarra del brazo y la saca del salón, los sigo a ver qué pasa

- Qué diablos te pasa? ese comentario está de más.

- Solo me preocupa la boda de mi hija Alessandro, contesta cruzada de brazos

- Eso no es necesario, le digo indignada - Ricardo no está para bodas en este momento y no arrugues la frente se te notan las líneas de expresión, me volteo y los dejo solos.

Como puede ser ella mi mama es el ser más malo y egoísta que he conocido en mi vida. Busco Ricardo y paso el resto del día con él, mis amigos se han ido en algún momento no he podido hablar de lo que paso y debemos decidir qué hacer.

Fui a mi casa con Bubu para cambiarme de ropa y volver. El abuelo me mando hacer de comer pero no me paso bocado así que solo tomo el jugo de naranja y regreso a la Mansión Nublada.

Llega el día del entierro, voy en el auto de Ricardo un Mercedes Benz Cabriole, azul claro metalizado, va en silencio tengo mi mano en su muslo para darle apoyo no sé cómo consolarlo me siento perdida y desleal pero estoy confundida y asustada.

Llegamos al cementerio abrazo a mi chico por la cintura, mientras el lleva de la mano a su mama, me siento como una perra estar ahí y no poder contar la verdad pero todavía estoy en shock es increíble que se presente con su cara tan lavada como si no hubiera hecho nada malo.

De regreso a la finca, mi padre se ofrece a llevarme pero miro a Ricardo y sus ojos me suplican que no lo deje así que rechazo ir con mi padre.

El me necesita y por ahora voy a estar con el así cuando se sepa la verdad no podamos estar juntos.