NARRADOR OMNISCIENTE.
Ricardo espera con ansia la llegada de Aria, este viaje fue la excusa perfecta para tenerla para el solo y poder enamorarla.
Me vengare de su abandono y la dejare para que pase lo mismo que yo. Piensa mientras la ve entrando en el edificio de la empresa, no puede negar que el tiempo la ha favorecido, su cuerpo esta con más curvas, las caderas redondeadas y su cintura estrecha, su pecho es un poco más grande y su trasero provoca morderlo.
-Estoy retrasada lo siento, tuve que lidiar con mi madre.
Él sonríe y toma la maleta de su mano.
-No hay problema no tengo mucho tiempo de haber llegado, como esta Alicia?
Ella se encogió de hombros ante responder.
-Más fría cada día. Lo siguió al estacionamiento para montarse en el Lincoln.
Todo el camino se hizo en silencio, Ricardo iba atrás con ella pues el chofer tenía que regresar en el carro. Al llegar al aeropuerto entraron en el hangar y ya el avión estaba preparado y listo para partir.
El viaje fue tranquilo, hablaron de trabajo, como viejos amigos. Ella creía que ya todo estaba olvidado mientras el tenía un plan trazado para enamorarla y luego dejarla.
Pero la vida es caprichosa y juega sus cartas haciendo trampa a su favor.
-Crees que el acepte esos términos?
-No veo porque no, es un buen negocio y ambos salen beneficiado, se convertirán en exportadores y eso no es cualquier cosa se está hablando de palabras mayores. Yo les mande los papeles por correo para que los revisen con sus abogados.
Ella asiente y se acomoda con un vaso de refresco de cola negra su favorito, les sirven la comida y charlan de cosas sin importancia, parte del plan de el para darle confianza; ella midiendo sus respuestas para no decir algo que la delate a ella y sus amigos.
ARIA…
Sé que trama algo, no veo motivo para ir, está muy amigable y muy conversador lo que me da miedo creo que busca desquitarse de mí.
-De verdad Espero QUE Este viaje de buenos frutos, no quiero estar mucho tiempo alejada de mi Bubu.
-Ya verás que si dará buenos resultados y no será mucho tiempo, además no tenías cinco años alejada de él. Uno días más no hará mucha diferencia.
Bajo la cabeza para que no vea el dolor en mis ojos, porque me dolió y mucho su comentario, pero él no sabe que mi abuelo siempre viajo donde yo vivía.
-Lo siento ese comentario estuvo demás. Se disculpa Ricardo.
Miro por la ventanilla y le contesto. –No es necesario, al final es cierto.
Siento como se sienta a mi lado y me toma de la mano.
-Puede ser pero no tengo derecho a juzgarte.
Le palmeo la mano y retiro la mía. –No hay rencor.
Seguimos en silencio hasta el final del vuelo, bajamos ya había anochecido estaba cansada pero igualmente emocionada por la posibilidad de llevar la empresa a otro nivel.
Después de un recorrido de una media hora llegamos a una hermosa finca con una hermosa casa colonial de colores claros, de ladrillo de dos plantas, ventanas de madera roja, y techo de tejas.
Me enamore de inmediato de esa casa me hubiera gustado tener una así, no tan grande pero de ese estilo.
-Esta casa es hermosa, algún día tendré una así. Me rio. – Eso si más pequeña, cuatro cuartos, cinco baños, una hermosa terraza para ver las estrellas, a Alessandro le encanta verlas me tuve que aprender los nombres de las constelaciones para poder mostrárselas.
-Porque no se las aprendió el, es un hombre que puede hacerlo el mismo. Pregunta con saña Ricardo.
En ese momento me doy cuenta de mi error, trago fuerte y pienso rápido.
-Te acuerdas cuando aprendí hacer masajes para aliviar el dolor en las piernas, fue cuando practicabas maratón creo que también pudiste aprenderlo tú mismo.
El me fulmina con la mirada, se la mantengo pues no debo flaquear ante el.
-Lo entiendo. Asiente y en ese momento entra un señor alto delgado pero en forma.
-Buenas noches señor Ricardo. Lo saluda dándole la mano luego me la da a mí su apretón es firme y cálido.
-Señor Roberto un gusto, le presento a mi socia la señorita Aria Estrepo.
-Solo Roberto por favor, un gusto señora, pero siéntense. Nos invita señalando los muebles con la mano.
-Como vienen llegando y sé que el viaje es largo, que les parece si se refrescan y bajan a cenar. Nos invita.
-No es necesario, nos iremos al hotel solo pasamos para presentarnos ma..
-No señor ustedes son huéspedes aquí ya mande a bajar el equipaje y desde ayer que supe que vendría mande arreglar la habitación
Ricardo me mira y yo solo asiento.