NARRADOR OMNISCIENTE…
La mujer mira al niño que se agarra la cara llorando, el no entiende porque esa mujer le pega cuando el pregunta por su mami, el solo quiere a su mami.
-Ya deja de llorar maldito mocoso, me estas alterando los nervios.- Le regana la mujer.
-Yo…no…vuelvo a de…jar mis ju...guetes en la puer…ta de tía Chelen, pero llévame con mi mami.- La mujer se acerca con la mano levantada, pero el hombre que esta con ella la detiene.
-Cielo deja al niño y préstame atención a mí o seré yo quien te castigue.-
-Pero ese malcriado no deja de llorar, no me gusta.- El hombre se la lleva y el niño gimotea triste, tiene hambre, sed y aunque pelea con tío Yoel para bañarse tiene calor y quiere bañarse, extraña a los Belitos, no entiende porque nadie lo viene a buscar, llora calladito para que no le vuelvan a pegar.
Mami dice que cuando los niños están asustados deben llamar al angelito que los cuida, se arrodilla y junta sus manitas.
-Angelito que mami diche que me cuida prometo comerme la enchalada con mayonecha, guardar mis juguetitos, dile a mi mami que chere bueno, que me venga a buscar. Men.-
Vuelve a llorar no sabe si su angelito lo va a escuchar, se duerme acurrucado mientras en la otra habitación planean su futuro.
-Odio a ese mocoso, de verdad tiene que llorar tano, Dios! Que molesto.- Miguel comenzó a besarle el cuello.
-Olvídate de ese niño, estás conmigo ahora préstame atención.- muerde su oreja y baja de nuevo al cuello.
-Cuando vas a llamarla para que nos traiga los papeles? No quiero seguir cuidándolo.- Miguel la muerde en el cuello y le palmea una nalga muy fuerte haciéndola gemir.
La toma del cabello fuertemente para obligarla a verlo. –Que me pongas atención, olvídate de ellos.- La besa con fuerza haciendo que gima de placer.
Mientras tanto en el apartamento de Aria, esta prepara las maletas con el dinero y las joyas de su caja de seguridad de la bóveda del banco.
-Ella no entenderá que no podemos sacar el dinero de nuestras cuentas y de la fábrica sin tener que dar explicaciones, que vamos hacer?- Desesperada Aria se pasa la mano por el cabello.
-Trataremos con eso en su momento, princesa. Ella puede que no pero miguel si lo va a entender, ella es impulsiva pero él es calculador.
Confiando en su madre sigue acomodando todo dentro de las pequeñas maletas.
RICARDO…
Estoy en casa de mi madre, más enojado cada día, no puedo apoyar a Aria en este momento por el bien de mi hijo.
Mi hijo, aun no puedo creer que tenga un hijo, ella me lo oculto y aunque entiendo sus razones, no le perdono no haber confiado en mí para protegerlos, ella me alejo de su lado y de mi hijo pero una vez que esto se solucione no la dejare hacerlo nuevamente.
-Figlo come stai- Mi madre entra a mi oficina, también estoy enojado con ella, sabía que Aless era mío y lo callo.
-Bien.- Bajo la cabeza para seguir en mi laptop.
-Mi muchacho sé que estás enojado conmigo pero debes esperar hasta que Aless esté con nosotros para descargar toda tu rabia, aria la está pasando muy mal y aunque no estés allá, si sabe que no estás enojado le hará bien.
Suspiro cansado de estar enojado, cansado de sentirme un inútil e impotente.
-Me ocultaron algo muy importante y no confiaron en mí para protegerlos.- Le reprocho.
-Después que aparezca el niño, Ricardo reclama lo que quieras este no es el momento.-
_Sabes algo?- Le pregunto ella es la que llama por si tienen el teléfono intervenido.
-Ya tienen las cosas que habían en la bóveda del banco, pero el dinero de las cuentas esa no es posible sacarla sin alertar al banco y las autoridades.-
Me quedo en silencio, si la sigo cuando valla a entregar las cosas podría dar con el sitio donde tienen a mi hijo.
Me levanto de mi silla y me dirijo a la puerta.
-Donde vas hijo?- Pregunta mi madre.
-No sé pero encerrado aquí me volveré loco.- Salgo en mi carro rumbo a mi apartamento, quiero estar cerca cuando vallan a entregar las joyas.
-Te encontrare hijo, y te juro que te protegeré.- Digo para mí mismo. Estaciono cerca del edificio y esperare todo lo necesario que sea para seguirlos.
Media hora llevo sentado aquí en mi auto, ya me duele el trasero y no encuentro posición cuando veo llegar al oficial Garrett, entra al edificio y diez minutos después sale acompañado de Aria, se ve pálida, ojerosa y estámás delgada, siento deseos de ir abrazarla, aprieto el volante hasta que mis nudillos se vuelven blancos.
La ayuda a montar en el auto, y luego se sube el, espero que den vuelta en la esquina para seguirlos, cuando arranco el carro cuando veo salir corriendo Alessandro con una mujer con capucha, me acerco para que me vean.
-SUBAN!- Les grito, imagino que es Ele quien esta con la capucha.
-Ricardo, muchacho que haces aquí?- Me dice Alessandro mientras cierra la puerta.