RICARDO…
Por suerte no perdimos el rastro de ellos, me entere que Aria lleva escondido su celular y la están rastreando, llame a Joe y él explique lo que ocurre y la tiene ubicada por si la perdemos.
Legamos a la cabaña cuando están entrando, la puerta principal esta despejada pero por detrás el bosque está más cerca, Alessandro y damos la vuelta, se escuchan las voces de adentro pero no se entiende lo que dicen, hay dos ventanas pero evitamos asomarnos por miedo a ser descubiertos.
De pronto vemos a Aria pasar por una de las ventanas, nos acercamos y escuchamos su conversación con Manuel.
Me muerdo la mejilla pro dentro y me clavo las unas en las palmas de la mono para contener mi furia y las ganas de entrar en esa cabaña para rescatarlos, le mando un texto a Juan para decirle donde estamos, vuelvo a ver a Aria con ALess en los brazos, suelto la respiración que no sabía que estaba conteniendo, escucho a Alessandro hacer lo mismo.
Ella sale de la habitación, le hago señas a Alessandro para acercarnos.
Poco a poco llego a la ventana y veo una habitación con solo una cama desordenada, busco algo donde me pueda esconder pero no hay nada más que la cama y es tan alta que no me puedo meter debajo de ella. Lo más cercano para hacerlo es un árbol frondoso que da justo frente a la ventana. Le vuelvo hacer señas a Alessandro y le digo que voy a subir, el afirma y me señala donde estábamos primer para esconderse el.
Subo al árbol y acomodado ahí, veo a mi ángel entra con nuestro hijo es los brazos.
Logro escuchar lo que dice ya que la ventana está abierta,.
-Suéltame un momento amor, quiero ver si hay agua para bañarte.- En la aprieta y niega con la cabeza, mi niño estámás flaco y desmejorado.
-Amor no te voy a dejar, pero hay que bañarte te puedes enfermar.- El la suelta y puedo ver su carita, su mejilla está un poco hinchada y sus ojos enrojecido, ella beso su frente y va hacia una puerta que no había visto, entra en ella y luego sale.
Ayuda al niño a quitarse la ropa y desaparece en lo que supongo que es un baño, después de unos minutos, lo trae con el cabello húmedo, la puerta se abre y Manuel está en ella.
-Valla no pierdes el tiempo, ya lo bañaste, eres una buena madre.- Se está burlando de ella, pero mi ángel lo ignora.- Mi gatita nunca será madre, su atención es solo para mí, los niños son un estorbo.-
-Tráeme la comida para él, tiene hambre y si lo iban a secuestrar mínimo era que lo alimentaran.-
Eres muy altanera, debería bajarte esos humos.- Me retuerzo de la rabia al pensar que la puede lastimar pero mi ángel guerrera se para hacerle frente.
-Escúchame Miguel, si a mi hijo le pasa algo, no veras ni un centavo, la única razón por la que voy a colaborar es por él, así que dile a uno de esos inútiles que me traigan algo para que coma, y cuidado si ponen lo que no deben, el bienestar de él es lo único que les garantizan tener lo que quieren pero si le pasa algo mejor enfrentarse al diablo que a mi.—Siento miedo al pensar que él se enfurecerá por sus palabras, pero solo sonríe y sale del cuarto, media hora después llega uno de los matones y le entrega una bandeja con comida.
Ella prueba la comida y la bebida luego de unos minutos comienza alimentar nuestros hijos, estoy tan concentrado cuando ciento una pistola apuntar a mi sien, me tenso esperando el tiro.
-Señor Ricardo, necesito que se vuelva con su suegro al carro nosotros nos encargaremos de rescatarlos.- La voz de una mujer muy amable pero firme me sorprende.
-Quien es usted?- Le pregunto con desconfianza.
-Soy anaconda, el abuelo Alex me pidió que viniera a rescatar a Aria y su bebe.- Volteo a verla, lleva el cabello cubierto con un pasamontaña, sus ojos son azules y sonríen amablemente.
-No me iré y dejar a mi mujer e hijo en manos de esos tipos.- Le digo.
-Bien pero no me estorbes, mi trabajo es salvarlos a ellos no a ti.- Se aprieta de un lado de su oreja y escucha.
-Okey, el señor Alessandro tampoco se quiere ir, son necios.- Empieza a moverse como una culebra en el árbol, pasa del árbol al techo de la cabaña como un gato, sé que no la puedo seguir por lo que espero a ver qué hace mi ángel, ya ha alimentado al niño, ahora lo tiene en sus piernas y le canta una canción de cuna, él se aferra a ella de una manera que demuestra lo traumatizado que esta.
“Este niño lindo que tengo aquí,
Quiere conmigo dormir en el jardín,
En el arco iris que me encontré,
Baila un duende 1,2, y 3.
La nana que le canta es una inventada por ella, sé que la escribió cuando nació, ella misma me lo conto.
Regreso la vista por donde vi anaconda y ha desaparecido, trato de encontrarla pero me es imposible, de pronto la puerta del cuarto se abre y entra Aurora con esa arrogancia del quien se cree dueña del lugar.
-Ya alimentaste al mocoso, la laptop la tren en camino, quiero todo a mi nombre.-
Aria la ve sin contestarle, coloca al niño a un lado que se aferra con ella incluso dormido, ella le susurra algo y se levanta para hacer frente a Aurora.
-Cuando llegue la laptop lo haremos. Y ten cuidado como le dices a mi hijo Aurora, solo yo puedo pasar la empresa y las cuentas a tu nombre, por lo que es importante que siga viva y mi hijo bien, si lo vuelves a llamar así te arranco la cara.- aria me está dando la espalda pero imagino que la está viendo de tal manera que asusta Aurora.