La máquina: versos de un sistema roto

Partículas sueltas

¿Qué parte de que te quiero
aún no has entendido?
¿Debo dejarlo más claro?
¿Tatuarlo en la lengua de todos los silencios
que compartimos?
¿Acaso debo gritarlo
hasta que me sangren los huesos?

Después de ti,
¿quién soy?
¿Una sombra sin dueño?
¿Una cicatriz andante?
¿La desconocida que te sostuvo
cuando ni tú sabías quién eras?

¿Soy el hombro que te dejó llorar,
aunque nadie se detuvo a mirar?
¿El abrazo que te intentó calmar,
incluso cuando tú solo sabías huir?

Dime quién demonios soy,
o al menos,
dime que fui algo.

¿Soy más que la boca
que mordías al besar,
con esa urgencia que tenía algo de rabia
y algo de necesidad?

¿O solo fui el pecho que te dio de amamantar
emociones rotas,
una madre sustituta para tus miedos,
una amante que también fue escudo?

Pero al final,
nada de esto importa.

Porque si no entiendes que te quiero,
si lo mío te pesa
y lo tuyo se disfraza de amor sin serlo,
si tú me quieres sin quererme…
entonces no soy.

Soy un eco.
Soy el polvo que queda
después del derrumbe.
Soy partículas sueltas,
esperando que alguien
me vuelva a formar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.