La máquina: versos de un sistema roto

Tornillos flojos

Soy inestable,
una estructura corroída desde el centro.
Crujo por dentro,
como metal viejo que ya no resiste el peso.

Hay grietas donde antes hubo firmeza,
ecos donde hubo voz.
Nada sostiene del todo,
y cada paso es una apuesta contra el colapso.

Me tambaleo con disimulo,
vistiendo sonrisas como armaduras
que se oxidan apenas cae la noche.
El viernes estoy bien.
El domingo, me derrumbo en silencio.

Evito tu nombre,
pero la vida lo repite en cada esquina,
como si quisiera que nunca te quite del pecho.

Te pienso cuando me odio.
Me odio por seguir pensándote.
Y entonces, busco refugio
en lo que antes despreciaba,
llenando vacíos con obsesiones nuevas,
con rutinas que finjo controlar.

Porque nadie te advierte
que amar también puede desarmarte.
Que a veces el amor no es un refugio,
sino un temblor constante.
Una pérdida de equilibrio.
Un tornillo que ya no encaja
en ninguna parte.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.